A. Torrecilla
En esta ocasión nos encontramos ante una de las obras maestras del «realismo socialista» y, sin ninguna duda, una novela fundamental de la literatura universal. No demasiado extensa, la obra despliega una intensidad emocional impactante a medida que el lector es testigo de la transformación de su protagonista.
Pelagia Nilovna Vlásova es una mujer madura que vive la situación habitual para una esposa y madre en la Rusia de finales del siglo XIX y principios del XX: un marido alcohólico, violento y desagradable y un único hijo, tímido y con poca relación con ella. Sin embargo, tras la muerte del marido, el hijo comienza a demotrar intereses y actividades misteriosas, que atraen la curiosidad de la madre. Así, Pelagia descubre que su hijo no solo forma parte de una célula clandestina del Partido Socialdemócrata Obrero Ruso, sino que es uno de sus líderes más destacados en la zona.
A medida que madre e hijo se van implicando más activamente en el trabajo clandestino de agitación entre los trabajadores de la fábrica y los campesinos de los alrededores, se establece una relación familiar completamente nueva, basada en el respeto y la admiración mutuas, con plena consciencia de la obra que están realizando juntos.
Gorki plasmó en esta novela el agitado ambiente político que se vivía en Rusia entre la revolución democrático-burguesa de 1905 y las grandes revoluciones de 1917; la democrático-popular de febrero y la proletaria de octubre. Se retrata el clima de apoyo popular masivo a los revolucionarios a pesar de la feroz represión del gobierno (representada tanto por la presión policial como por la farsa judicial), y la sensación general de que la victoria revolucionaria era inminente e inevitable.
Cabe destacar que aunque Máximo Gorki está universalmente considerado uno de los autores comunistas fundamentales, tuvo una relación contradictoria con los revolucionarios bolcheviques. De un apoyo incondicional inicial, pasó a la crítica frontal del camarda Lenin y la construcción del socialismo (llegando a exiliarse de la URSS entre 1921 y 1932) para, finalmente, vivir una reconciliación tardía gracias a la mediación del camarada Stalin, que fue uno de los porteadores del féretro del escritor tras su muerte en 1936.
La actual ciudad de Nizhni Nóvgorod, donde nació Gorki, llevó el nombre del escritor entre 1932 y 1991, cuando fue retirado por considerarse demasiado vinculado al socialismo. A partir de esta premisa aparentemente simple, la novela despliega una profundidad y unos giros insospechados, recurriendo al llamado «realismo mágico» latinoamericano (siendo uno de sus mayores exponentes) para conducir al lector hacia profundidades psicológicas que no dejan indiferente, para bien o para mal.
Pedro Páramo es la primera novela publicada por su autor, el mexicano Juan Rulfo, quien además de varios cuentos (recopilados bajo el título «El llano en llamas»), solo escribió otra novela como tal («El gallo de oro») 45 años después.La obra relata la última noche de vida de un poeta arruinado y ciego, Max Estrella, recorriendo diversos lugares del Madrid nocturno y tabernario acompañado de su cómplice y lazarillo don Latino de Hispalis, otro intento de poeta fracasado. Ambos representan la caricatura de los artistas de la Bohemia parisina de finales del siglo XIX pero, cual Quijotes, lo hacen fuera de contexto, en el Madrid de las primeras décadas del siglo XX, cruzándose en su deambular con buena parte de la fauna nocturna de Madrid; prostitutas, proxenetas, borrachos, serenos, guardias y taberneros de dudosa moral, frente a los que no dudan en lanzar discursos poéticos totalmente fuera de lugar.
Bajo la apariencia de una historia caótica y delirante se esconden reflexiones políticas y culturales de una profundidad sorprendente. No faltan las críticas al «Gobierno largo» de Antonio Maura (1907-1909), y a la agitación social que se produjo alrededor de la Guerra de Melilla de 1909, cuyo máximo exponente es la conocida como «Semana Trágica» de Barcelona, que se menciona tácitamente a través del personaje del anarquista catalán con el que Max Estrella se encuentra en los calabozos, y varias referencias tanto a la Revolución Rusa como a Lenin.
Se da por hecho que el personaje protagonista se inspiro en la vida real del poeta, periodista y escritor Alejandro Sawa (1862-1909) que vivió la bohemia parisina a finales del siglo XIX y, de regreso a España, terminó arruinado, ciego y mentalmente trastornado.
La última función, de Luis Landero (Barcelona, Tusquets, 2024
C. Hermida
Luis Landero (Alburquerque,1948) es uno de los mejores novelistas españoles, y lo viene demostrando desde que publicara en 1989 Juegos de la edad tardía.
Magnífico narrador de historias protagonizadas por personajes que podríamos definir como mediocres o perdedores, Landero construye sólidas arquitecturas narrativas en las que se entremezclan la ternura, el humor y los deseos frustrados.
En su nueva novela –La última función– nos cuenta la historia de Tito Gil y Paula, unidos por la puesta en marcha de una obra de teatro en un pueblo que podría ubicarse en lo que se conoce como la “España vacía”. Pese al trasfondo de ese abandono rural, el autor considera esta obra un canto y un homenaje al mundo de las tablas.
Con maestría literaria, Landero narra la vida de Tito Gil, un antiguo niño prodigio que reaparece en su pueblo natal de la sierra madrileña y propone a los escasos habitantes del lugar volver a escenificar una leyenda religiosa que en su momento había sido inmensamente popular. De esta forma, el pueblo se convertiría en atracción turística y lograría salir del estado de postración en el que se encuentra. En la búsqueda de una protagonista femenina para la función, aparece Paula, una mujer frustrada en sus aspiraciones vitales por la rutina de su trabajo y su matrimonio.
El encuentro de ambos personajes, que no han podido alcanzar sus deseos y esperanzas forjados en tiempos juveniles, les infunde un nuevo espíritu, una ilusión renovada por un proyecto que terminará en fracaso.
Como en anteriores novelas, el autor va ensamblando las dos historias con una gran habilidad técnica hasta llegar al desenlace final, a la vez que nos acerca a unos personajes que podríamos denominar como héroes de la cotidianeidad, que mantienen una lucha contra la dura realidad de la vida diaria.
Magnífica novela de un escritor que en 1990 obtuvo el Premio Nacional de Narrativa, Luis Landero es autor, junto a ‘Juegos de la edad tardía’, de las siguientes obras: ‘Caballeros de fortuna’ (1994, Tusquets), ‘El mágico aprendiz’ (1999, Tusquets), ‘El guitarrista’ (2002, Tusquets), ‘Retrato de un hombre inmaduro’ (2009, Tusquets), ‘Absolución’ (2012, Tusquets), ‘La vida negociable’ (2017, Tusquets), ‘Lluvia fina’ (2019, Tusquets), ‘El huerto de Emerson’ (2021, Tusquets) y ‘Una historia ridícula’ (2022, Tusquets).