JCE(m-l)
Raúl Marco tuvo siempre una preocupacion especial por la juventud. Tuvo siempre claro que somos el futuro del Partido, de la clase obrera y de la Revolución. Para nosotros, Raúl es un ejemplo a seguir. Estudiar sus obras, aprender sobre su vida y sus acciones o escuchar alguna anécdota de los camaradas que le conocieron más profundamente tiene un efecto movilizador.
Nos dejó como herencia su defensa implacable del Marxismo-Leninismo frente a todo tipo de ataques y traiciones, desde los Carrillo y Líster con sus amenazas de muerte hasta los liquidacionistas y su dolorosa traición. Defensa de los principios que se debe hacer sin sectarismo, sin dogmatismos y sabiendo escuchar las críticas y opiniones discrepantes. Así como, a la hora de transmitir nuestras ideas, hacerlo sin pedantería ni soberbia.
Raúl nos dejó muy clara la importancia de combinar teoría y práctica. De trabajar codo con codo con nuestra clase en la calle, analizar la realidad, aprender de los errores, intercambiar experiencias… Nos dejó su dedicación absoluta a la lucha contra el franquismo y la monarquía, por la liberación del proletariado y los pueblos de España.
Nos dejó su persistencia y su optimismo revolucionario, que surge de la certeza de que por muchos vaivenes que dé la vida, por muchas dificultades que surjan y derrotas a las que nos enfrentemos, la aparición del socialismo es una necesidad histórica que emana del propio desarrollo objetivo de la sociedad.
Nos dejó, y esto es lo que queda plasmado en el libro que hoy presentamos, un ejemplo imborrable de internacionalismo proletario. Su preocupación por las luchas de liberación nacional de los pueblos oprimidos (Argelia, Palestina, Vietnam…) y sus esfuerzos por estrechar los lazos entre los marxista-leninistas del mundo entero, que podemos ver materializados en la CIPOML, nos deben impulsar a seguir adelante, a luchar con optimismo y esperanza, aprendiendo de nuestros errores y de nuestros aciertos, hasta la victoria final. Termino con una cita del propio Raúl Marco, de su intervención en VIII Congreso del PCE(m-l): “Pueden los años marcarnos físicamente, mas nuestros corazones se mantienen jóvenes, con la juventud de unos principios siempre jóvenes y actuales que nos animan al combate, con la certeza de que llegará el día en que en los montes y valles de nuestros países, ondeen alegres las rojas banderas de la revolución.”