Secretariado del Comité Central del PCE(m-l)
12 de enero de 2024
La guerra de Ucrania que ha causado ya más de medio millón de muertos y de cuyo inicio se cumplirá en febrero 2 años, y el brutal ataque de Israel contra el pueblo palestino que ya ha provocado más de 30.000 muertos, la mayoría mujeres y niños, y el éxodo de dos millones de palestinos de sus casas, son la prueba de que el imperialismo busca abiertamente la guerra para dirimir sus contradicciones, lo que pone en riesgo la paz y la seguridad de todos.
El genocidio sionista contra el pueblo palestino ha desatado un conflicto que amenaza con extenderse rápidamente, provocando una situación de guerra que provoque nuevos sufrimientos a pueblos que llevan décadas padeciendo el acoso imperialista (al dolor de los palestinos habría que sumar el de los pueblos de Siria, Irak, Afganistán, Irán y otros, cuyos derechos han sido y siguen siendo pisoteados desde hace décadas, utilizando la “guerra de religión” entre dos ramas del islam: suníes y chiies, como justificación en la pelea entre las potencias por controlar una zona geoestratégica clave en la defensa de los intereses de la oligarquía financiera parasitaria).
El bombardeo de Yemen llevado a cabo por aviones británicos y yanquis, es un paso más en la dinámica de guerra del capitalismo imperialista. Yemen, está inmerso desde 2014 en una guerra civil iniciada por Arabia Saudí que ha sido el ariete, junto al nazisionismo, de los intereses norteamericanos en Oriente Próximo.
Más allá de las declaraciones “pacifistas” y algún gesto diplomático positivo de rechazo formal del salvaje exterminio de los palestinos de Gaza, un gesto que el gobierno nazisionista de Israel respondió con la llamada a consultas de su embajadora en España, lo cierto es que el Gobierno de coalición poco ha hecho para alejar a nuestro país de la criminal deriva belicista del imperialismo yanqui: la pertenencia a la OTAN continúa; el ejército participa con cerca de 3000 efectivos en 17 misiones militares en zonas de conflicto, en muchos casos bajo el control de la OTAN, lo que nos implica directamente en las decisiones que adopte este bloque militar agresivo controlado y dirigido por EEUU.
Lo cierto es que, a pesar de que desde hace tiempo cambió radicalmente su status jurídico al ampliar su ámbito de intervención (a día de hoy ha actuado en Irak, Afganistán, Libia, etc., fuera del marco geográfico en el que lo hacía cuando España se integró en ella), a pesar de que se han incumplido los compromisos del régimen en el referéndum de 1986 (por ejemplo, desde 1999 España forma parte de la estructura militar de la OTAN(1)), España sigue plenamente comprometida con un bloque cuya intervención en los conflictos internacionales, siempre bajo el control político de EEUU, pone en riesgo la paz mundial y niega nuestra soberanía nacional.
Lo cierto es que, a pesar de las declaraciones pacifistas, el Gobierno de coalición ha metido de hoz y coz a nuestro país en la guerra de Ucrania y se ha comprometido a elevar el presupuesto militar hasta el 2% del PIB en el año 2029; lo cierto, por último, es que si, además del presupuesto consolidado del Ministerio de Defensa, tenemos en cuenta el resto de partidas de carácter militar en otras carteras ministeriales, el gasto militar real del pasado año superó los 27.000 millones de euros; todo en plena crisis económica, social y política y cuando se cicatea hasta el último euro para el sostenimiento de los derechos sociales y servicios públicos.
Día a día cambia el panorama internacional, y siempre lo hace en un sentido cada vez más amenazador, en el que los intereses de los trabajadores y los pueblos del mundo únicamente son tenidos en cuenta como el precio a pagar para garantizar el beneficio de los parásitos capitalistas. En estas circunstancias, no cabe hablar de lealtad y respeto de los compromisos internacionales con unas potencias cuyas políticas reaccionarias amenazan con provocar un enfrentamiento abierto, y con un bloque militar cuya actuación es día a día más criminal. Con su cínica política, el gobierno amenaza la paz y la estabilidad y arriesga el interés de nuestro pueblo implicándonos en conflictos que solo obedecen al interés del capital imperialista. Extendamos las consignas:
¡¡Fuera las garras de la OTAN de Oriente Próximo. Fuera el ejército yanqui de nuestro suelo!!
¡¡España Fuera de la OTAN!!
¡¡Alto al genocidio nazisionista: Ruptura de relaciones con Israel!!
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(1).- Este era el texto de la papeleta del referéndum: “El Gobierno considera conveniente, para los intereses nacionales, que España permanezca en la Alianza Atlántica, y acuerda que dicha permanencia se establezca en los siguientes términos:
- 1º La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada.
- 2º Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio español.
- 3º Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España.”