Redacción
Camaradas, compañeros y amigos mexicanos.
El Partido Comunista de España (marxista-leninista), sus órganos directivos y toda su militancia, os envían un caluroso saludo, fraternal y solidario, en el convencimiento de que vuestro Congreso será un completo éxito que os permitirá el reforzamiento organizativo, político e ideológico para afrontar las duras luchas que se avecinan. Vuestro partido y el nuestro están unidos por inquebrantables lazos de hermandad; vuestra lucha es la nuestra, nos alegramos de vuestros triunfos y nos duele la pérdida de vuestros camaradas víctimas de la represión.
Es muy emocionante para mí estar en esta tierra, porque el pueblo español no olvida, ni olvidara nunca, la ayuda que recibió del gobierno mexicano durante nuestra guerra civil. El presidente Lázaro Cárdenas se colocó al lado de la República Española, defendió su causa y envió ayuda material al gobierno republicano. Y cuando la República perdió la guerra y decenas de miles de españoles marcharon al exilio, el presidente Cárdenas envió barcos a Francia para rescatar a muchos españoles y abrió las puertas de México al exilio republicano. Miles de hombres y mujeres, muchísimos intelectuales y escritores, como León Felipe y Max Aub, por poner solo un ejemplo, encontraron trabajo en México y pudieron reanudar su vida académica y sus investigaciones. México se convirtió en su segunda patria. Por eso, los trabajadores españoles siempre estaremos agradecidos y esta es la razón de que vuestro país siempre esté en nuestro corazón.
Vivimos en un momento histórico difícil y complejo. El capitalismo lleva años sumido en una crisis estructural que intenta superar incrementando la tasa de ganancia a costa de intensificar brutalmente la explotación sobre los trabajadores. En una época donde la capacidad científica y técnica permitiría tener aseguradas a toda la Humanidad unas condiciones de vida dignas, la pobreza, el hambre, el desempleo y el analfabetismo son una dura realidad para cientos de millones de seres humanos.
Las contradicciones interimperialistas se agudizan, como pone de relieve la guerra de Ucrania, y la posibilidad de un conflicto entre las grandes potencias capitalistas es una posibilidad real. Con la actual tecnología militar, una guerra a escala global amenazaría la existencia de nuestro planeta.
Nuestro apoyo y total solidaridad con la lucha del pueblo palestino contra la brutal dominación y opresión ejercida por el Estado de Israel. Frente a la agresión sistemática, frente a la violación constante de los derechos humanos, frente a unas políticas que condenan a vivir sin futuro, la lucha armada es absolutamente legítima y necesaria.
En un contexto de agudización de la lucha de clases, el fascismo ha vuelto a reaparecer en la escena política. Derrotado hace 78 años en la Segunda Guerra Mundial, gracias al decisivo papel que tuvo la URSS en la contienda, el fascismo nunca murió del todo, estuvo durante años latente, agazapado, oculto, hasta que de nuevo ha hecho acto de presencia en numerosos países, financiado y apoyado por sectores de la burguesía para aplastar a la clase obrera, destruir sus organizaciones, eliminar los derechos laborales y suprimir las libertades democráticas.
La disyuntiva entre socialismo y barbarie es hoy una realidad incontrovertible. La superación del capitalismo es una necesidad histórica, pero la conciencia de clase de los sectores populares es todavía muy baja en relación con las condiciones objetivas económicas. “La clase en si” no ha llegado a convertirse en una “clase para sí”. Y para que esto ocurra, para que esa transformación ideológica se produzca, es imprescindible la labor de un verdadero partido comunista, de un partido marxista-leninista, que oriente y organice a las masas.
Quiero referirme con especial cariño y afecto a los jóvenes comunistas. Sois el mejor ejemplo de la juventud de México, el espejo en que deben mirarse todos los jóvenes. Yo os animo a proseguir en vuestro combate contra el capital, a que incrementéis vuestra formación política, ideológica y cultural para que en el futuro integréis los nuevos cuadros del Partido. Y cuando el socialismo sea una espléndida realidad, vosotros podréis decir con la cabeza muy alta: yo estuve allí, yo participé en esa lucha. Y sentiréis un enorme orgullo, porque ser comunista, luchar por el comunismo, es una de las cosas más dignas que se pueden hacer en la vida.
Nuestra solidaridad y aliento para las mujeres que en el Partido y en diferentes organizaciones sociales libran una batalla decisiva contra el capitalismo y la odiosa discriminación de género.
De igual forma es necesario intensificar el internacionalismo proletario y, en este sentido, la labor de la CIPOML es especialmente importante para analizar científicamente la situación mundial y orientar las luchas de los trabajadores a escala internacional.
Camaradas mexicanos: tenemos ante nosotros un horizonte político extremadamente complicado. El único camino posible es reforzar nuestras organizaciones con cuadros y militantes cada vez mejor preparados, mantener los principios del marxismo-leninismo, evitando caer en el dogmatismo y en el sectarismo, combatir incesantemente el revisionismo y estar estrechamente unidos a las masas.
El camino hacia el socialismo está lleno de dificultades, pero ustedes y nosotros, y todos los partidos agrupados en la CIPOML, lo vamos a recorrer hasta la victoria final. Nunca nos rendiremos. ¡VENCEREMOS!
¡¡¡VIVA EL PARTIDO COMUNISTA DE MÉXICO MARXISTA-LENINISTA!!!
¡¡¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!!!
¡¡¡VIVA EL SOCIALISMO!!!