Aníbal, PCE(m-l)
El pasado fin de semana se desarrollaron unas jornadas de formación de la JCE (m-l).
Dado que la “Jota” hará una crónica de todas las jornadas, nosotros queríamos centrarnos en los debates que se llevaron a cabo el sábado por la mañana: “La juventud y el movimiento obrero y sindical” y “Las asambleas republicanas”.
El primero se introdujo con una exposición de los camaradas Adele y Joan, en la que explicaron brevemente la estructura económica y laboral de España, hablaron de los sindicatos y presentaron una experiencia de organización sindical en una empresa.
Algunas conclusiones del debate fueron:
-La importancia de trabajar con nuestra clase y en los sindicatos, donde parte de ella se organiza.
-La conveniencia de participar en sus secciones juveniles.
-La militancia, en este frente, debe desarrollarse en el entorno natural del trabajo.
-La utilización de las contradicciones capital-trabajo para elevar el grado de conciencia de los trabajadores.
-La utilidad del análisis, de la situación, de las inquietudes de los compañeros en el “tajo”, de su nivel de conciencia y compromiso, para hacer las propuestas adecuadas.
-La necesidad no solo de apoyarse en la organización en la que se milita para desarrollar esa labor con los trabajadores sino que ésta sea debatida colectivamente y colectivamente se marque su rumbo.
-No caer en la dinámica de la rutinaria y estricta labor de sindicalista sino de dar, con inteligencia, al trabajo sindical, con los trabajadores, una proyección sociopolítica; y de tener siempre en mente nuestros objetivos políticos.
El segundo de los debates lo introdujeron los camaradas David y Antonio, que explicaron la motivación de las asambleas republicanas (ARs), como espacio de organización de los sectores populares, espacio de unidad, de unificación de las luchas y para dotarlas de un objetivo general: la república. Varios camaradas expusieron sus experiencias con las asambleas republicanas, las dificultades y obstáculos encontrados, las insuficiencias y cómo fueron superados.
Aquí se incidió en la importancia de que el esfuerzo colectivo esté organizado, de los planes de trabajo, de su valoración continua y colectiva; en que las reuniones deben ser fructíferas, servir para sacar trabajo y que no se conviertan en un club de debate; en no caer en el “habría que hacer” sino en el “hacerlo”; en no perder de vista nuestros objetivos tácticos. Se subrayó, de nuevo, la importancia del análisis, del barrio, de sus espacios, asociaciones y dinámicas para saber dónde centrar el trabajo; la necesidad de impulsarlas las ARs siempre con nuestro entorno, de no caer en el caso error de convertirlas en apéndices, de que tengan su propia vida, sus propios ritmos, donde los compañeros de lucha tomen las tareas y responsabilidades en sus manos.
Se insistió también en la relevancia del desarrollo de actividades lúdicas, artísticas, deportivas, etc. y en la atención a los problemas que tenemos las clases populares: vivienda, carestía de la vida, servicios públicos,…
La valoración general de las ARs, a pesar de los errores y del mucho trabajo que queda por hacer, fue positiva, como un espacio de participación donde los vecinos del barrio o de la localidad hablen de sus problemas y traten de darlos solución, como una herramienta útil para unir, asociar y elevar la conciencia política de nuestra clase, de nuestra gente. Se señaló, también, que la labor en ellas está sirviendo, además, a los jóvenes de la JCE (m-l) para formarse como comunistas en la práctica política.
Ambos debates fueron muy ricos y positivos, y ayudaron, así como el conjunto de las jornadas, a los jóvenes de la JCE (m-l) a avanzar en su formación como comunistas.