Diálogo abierto de Nayef Hawatmeh, secretario general del FDLP, sobre Palestina y el Próximo Oriente.
«La solución radica en poner fin a la división interna palestina, o sea, en otras palabras, recuperar la “Unidad Nacional”. Nosotros, en el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), hemos hecho grandes esfuerzos para poner fin a la división interna palestina, e impulsar la situación hacia una verdadera unidad nacional, en especial cuando quedó bien probada la certeza de nuestra posición tras el fracaso de toda solución basada en gobernar sobre la base de cuotas bilateralmente acordadas entre Hamas y Al-Fatah, porque se basan en la distribución del poder y en los intereses sectarios de cada destacamento».
P1- ¿Cómo evalúan la situación actual en la Franja de Gaza y – desde su valoración y punto de vista- cuáles son las prioridades humanitarias más urgentes?
La situación en la Franja de Gaza es de extremo dramatismo en los planos tanto humanitario como social, debido a la incesante agresión israelí, que emplea en sus bombardeos todo tipo de armamento y dirige sus agresiones contra todos los barrios poblados. La última guerra protagonizada por Israel bajo el llamado “Muro Protector”, dejó como saldo más de 2131 mártires, entre ellos más de 500 niños, y 11 mil heridos (la mitad quedó con incapacidad permanente). Barrios enteros fueron barridos por la metralla, y los lugares que sirven de refugio, como las escuelas y sedes de la ONU, fueron atacados pese a la bandera azul de la ONU.
Los informes de la ONU reflejan de manera directa una de las formas de racismo practicadas por la ocupación israelí y las fuerzas racistas extremistas representadas por los diferentes gobiernos israelíes y precisamente el actual, encabezado por Netanyahu, y es que el 95% de los recursos hídricos que usan los palestinos de Gaza se caracterizan, desde hace décadas, por la insalubridad. Al mismo tiempo, las limitaciones energéticas, el injusto bloqueo impuesto sobre este sector, los intencionales y repetidos ataques contra la infraestructura del servicio eléctrico por parte de la ocupación israelí, han limitado enormemente las capacidades de tratamiento del agua y los sistemas de drenado y alcantarillado, y afectado en gran medida el suministro de agua potable a las viviendas. Esta situación agudizó los procesos de evacuación de las aguas sucias y no tratadas hacia el mar, por falta de procesamiento.
Esto se produce bajo un bloqueo total de Gaza, la zona de mayor densidad poblacional en el mundo, donde no existe la energía eléctrica necesaria e indispensable para hacer funcionar las redes sanitarias, ni las posibilidades de tratamiento del agua para suministrar al sector de viviendas el agua potable.
Lo que se pretende es “el desecamiento sistemático de Palestina”. Esta práctica –que se ejecuta en el contexto de una política racista— incluye a Cisjordania. Durante el período de 2009 a 2011 fueron destruidos 173 sitios de las infraestructuras del sector hídrico y de la salud pública. A ello se puede añadir la prohibición del paso de las cisternas de agua a la zona C en Cisjordania, según las divisiones hechas por la ocupación, o sea, un área equivalente al 62% de la superficie total de Cisjordania. Los colonos someten esos recursos a actos de saqueo, destrucción y pillaje, apoderándose de las fuentes naturales del líquido para fines recreativos, actuando de manera sistemática y programada, apoyados por el ejército israelí con el fin de lograr la destrucción total de la infraestructura palestina.
Los sabotajes y daños al suelo, al hombre y a las plantaciones son otros más de los actos premeditados y planificados, donde el ejército destruye las cuencas hidrográficas, las presas donde se recolecta el agua de lluvia, los pozos y sistemas de riego. De esos hechos vandálicos no se salvan siquiera aquellas redes construidas desde la época del Imperio Romano. Todos los actos están encaminados a asestar golpes al desarrollo, al ingreso y a la salud, así como a privar al ganado del acceso al agua.
Esta situación exige el ejercicio de las presiones políticas contra “Israel”, ya que el objetivo israelí consiste en desarraigar a la población autóctona, mediante el empleo de todos los medios propios y característicos de un estado racista, lo cual incluye las guerras, las detenciones y la anulación de todos los medios de vida, para –acto seguido— arrasar con los poblados palestinos y borrar así las huellas del crimen mediante la táctica de los hechos consumados, como “las colonias” y “la judaización”.
No obstante, tales medidas (como las agresiones, guerras y crímenes de lesa humanidad) se llevan a cabo con mayor intensidad en el caso de la Franja de Gaza. Israel agrede de forma sistemática a lo largo de varias décadas. Pone en práctica una política colonialista y racista contra todas las motivaciones de la vida, contra el ser palestino en su propia tierra, mediante la judaización, el desplazamiento, el desalojo, el asesinato, el bloqueo y la represión diaria. Por otra parte, Washington –que se presume que presume de ser paladín de los derechos humanos— ignora los derechos del ser palestino, y al mismo tiempo proporciona ilimitado apoyo a Israel en las esferas militar, política, económica y diplomática, todo lo cual redunda en mayor arrogancia e intransigencia israelíes.
La situación en Gaza retornó al punto de partida. El cerco continúa, la reconstrucción está paralizada desde la guerra de 2008-2009 y pasando por la Guerra de 2014 (respectivamente las agresiones llamadas “Plomo Fundido” y “Margen Protector,” según las denominaciones israelíes). No hay destello alguno de las mínimas señales de reconstrucción. Las violaciones israelíes del cese al fuego siguen a diario, al disparar la soldadesca israelí contra los agricultores y pescadores, llegando a detener a algunos de ellos, mientras mantienen abiertas todas las opciones… entre las que no se descarta la posibilidad de ingeniar una nueva agresión en cualquier momento…
P2- El Acuerdo del Cese al Fuego que puso fin a la más reciente agresión israelí contra Gaza, suponía principalmente el inicio de unas conversaciones con miras a levantar el ilegal cerco impuesto sobre la Franja, y el apoyo internacional al proceso de reconstrucción. ¿En qué etapa se encuentra el cumplimiento de esas demandas palestinas? ¿Cuáles son los logros alcanzados en este contexto?
Como señalé hace poco, la situación en Gaza volvió al punto de partida…
La solución radica en poner fin a la división interna palestina, o sea, en otras palabras, recuperar la “Unidad Nacional”. Nosotros, en el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP), hemos hecho grandes esfuerzos para poner fin a la división interna palestina, e impulsar la situación hacia una verdadera unidad nacional, en especial cuando quedó bien probada la certeza de nuestra posición tras el fracaso de toda solución basada en gobernar sobre la base de cuotas bilateralmente acordadas entre Hamas y Al-Fatah, acuerdos que se derrumban con la tinta fresca aún, apenas firmados, porque se basan en la distribución del poder y en los intereses sectarios de cada destacamento, muy ajenos al interés mancomunado del pueblo. Muy tempranamente, hemos planteado una nueva estrategia basada en las resoluciones de la legalidad internacional, apoyada en una verdadera unidad nacional y a todos los niveles, con la representatividad porcentual como principio y sobre la base de ser “socios en cuanto a derramar nuestra sangre, socios en cuanto a la toma de decisiones”. Es una fórmula elemental que se impone en el caso de los movimientos de liberación nacional, en función de los objetivos fundamentales: la libertad y la liberación nacional, al margen de toda postura ideológica, y como bases y constantes que avalan y garantizan los derechos nacionales y mediante la diversidad de la resistencia según pasos premeditados, que incluye desde la resistencia popular a todas las formas de lucha. Tal lucha debe estar enfocada en los intereses del pueblo con vista a alcanzar la libertad y la liberación, y no por un poder, por intereses sectarios de un destacamento o partido. Debemos dirigirnos a todos los organismos y altas instancias de Naciones Unidas, entre ellos el Pacto de Roma, el Tribunal Penal Internacional. Hemos presionado en este sentido y lo hemos alcanzado.
Para reforzar esta tendencia, hay que darle plena continuidad y preparar el terreno para una unidad nacional global y democrática, aprobada unánimemente en las instituciones de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Tal como observa el mundo entero, el extremista gobierno israelí mantuvo las puertas de Gaza herméticamente cerradas, mientras dejó las puertas de sus opciones abiertas de par en par al incumplir los compromisos contraídos en el último Acuerdo de El Cairo. Israel dejó las puertas abiertas de par en par a las agresiones y masacres de lesa humanidad, cuando su necesidad lo aconseja, mediante acciones militares con fines precisos.
P3- Durante el año pasado, el Estado de Palestina recibió numerosos reconocimientos internacionales y a todos los niveles. ¿Cómo podría repercutir este hecho en las negociaciones de paz?
La experiencia de los últimos 21 años de negociaciones sin el referente de las resoluciones internacionales, sin el cese completo de la geofagia colonial, la individualidad del patrocinio de la administración de EEUU, solo reafirman y prueban la inviabilidad de tal tipo de negociaciones, destinadas únicamente a favorecer los objetivos de Israel en cuanto a ganar tiempo e imponer “hechos consumados”, lo que equivale, en otras palabras, a apoderarse de las tierras palestinas y transformar su morfología mediante la judaización, colonización y menoscabo el más mínimo y elemental de los derechos nacionales palestinos.
Israel no está preparado para –ni está en condiciones de— ir a negociaciones bajo la sombrilla de las resoluciones de la legalidad internacional y emprender el sendero de “una paz equilibrada”. Por tanto, no concederá voluntariamente nada si no se le obliga por la fuerza. Quien quiera verificarlo, le bastará con pasar revista a la historia de la causa palestina y la marcha de las vanas e inútiles negociaciones a lo largo de 21 años. Por tanto, nos queda una sola opción indicada por el abecedario de la lucha y la confrontación en el escenario palestino que es: la estrategia nacional palestina que hemos planteado y que luchamos por poner en práctica y cumplimentar: la internacionalización de la causa y de los derechos nacionales palestinos. Vemos a aquellos pueblos del mundo que presionan a sus gobiernos para que los palestinos puedan disfrutar de sus inalienables derechos nacionales a través del reconocimiento del Estado de Palestina, pero vemos también cómo la ocupación israelí, representada por el gobierno extremista, desafía al mundo entero y responde a la posición internacional –con su acostumbrado descaro— mediante nuevas violaciones al Derecho Internacional, desafiando la voluntad de la comunidad internacional. En la práctica vemos cómo se estrecha el cerco en torno a Jerusalén Oriental (ocupado desde 1967) y se intensifica el proceso de judaización de su territorio, cómo desobedece las resoluciones de la ONU e irrespeta el máximo órgano internacional. Con esto están dejando bien evidente su posición, la forma y el contenido del “Arreglo Final”, como en ocasiones anteriores, cuando el premier israelí Netanyahu declaró, desde las tribunas internacionales e incluso de la ONU, que Jerusalén Oriental (la parte árabe) quedará bajo la soberanía de Israel en calidad de su capital eterna. ¡Acaso se quedará el mundo como espectador inmóvil, presenciando las prácticas racistas israelíes…!
No nos ilusionamos con “las negociaciones inviables” y el absoluto patrocinio de EEUU, mientras el Cuarteto Internacional padece una muerte clínica desde 2003 hasta nuestros días en 2015, en un mundo de elites sociales e instituciones cívicas, sobre todo en Europa y Occidente, cuyos pueblos reflejan un elevado respeto del Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas. Ellos ven que no es permisible que continúe la ocupación por medio siglo a un Estado ya reconocido por la ONU. O sea, un Estado miembro de la ONU ocupa el territorio de otro Estado. Nos preguntamos: ¿Seguirán las vanas negociaciones indefinidamente? Se requiere una fecha tope para la aplicación de las resoluciones internacionales, bajo los auspicios de las cinco grandes potencias, miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
No podemos olvidar que el Estado ocupante, «Israel», goza de privilegios, especialmente con la Unión Europea, donde cuenta con las ventajas de la membresía y se considera como «socio» del bloque europeo, que es también, el principal socio comercial del mundo árabe, interés reflejado en la votación de las asambleas legislativas de Francia y España a favor de «reconocer el Estado de Palestina antes de finales del año pasado, y por otra parte, el reconocimiento del parlamento italiano el primero de marzo de 2015».
Teníamos muy claro que la presentación de la solicitud de membresía plena ante el Consejo de Seguridad estaba condicionada al veto norteamericano en caso que alcanzase más de nueve votos. El hermano Mahmoud Abbas erró en sus cálculos en el caso de Nigeria. Esto fue precisamente lo que sucedió y lo que sabíamos que iba a suceder al solicitar la membresía plena en la ONU.
No podemos pasar por alto el hecho de que “el Tsunami de Suecia” desencadenó una serie de reconocimientos diplomáticos del Estado de Palestina por parte de las diecinueve naciones europeas. A ello se agrega un programa claro y bien conformado para consolidar las sanciones de la Unión Europea contra “Israel” en aras de obligarlo a someterse al Derecho internacional y a las resoluciones de la ONU vinculadas a la causa palestina, tales como la referente a la retirada total de la ocupada Palestina. En este sendero no perderemos la esperanza y nos apoyamos en nuestra firmeza y la de nuestro pueblo, descartando totalmente todo logro diplomático del presidente Obama, premio Nobel de la Paz, que podría dejar como herencia histórica en su política exterior, más aún tras el control del Congreso de EEUU por el Partido Republicano. Dependemos de la preparación de nuestras capacidades colectivas a nivel nacional, las capacidades y la firmeza de nuestro pueblo, confiando de forma absoluta en la actitud de todos los hombres libres y nobles que aspiran sinceramente a la paz en este mundo, basada en una dosis “equilibrada” de justicia y sustentada por la Legalidad Internacional y la Carta de Naciones Unidas.
P4- Recientemente Palestina se incorporó al Tribunal Penal Internacional. Se trata de un paso que acogieron con mucha satisfacción. ¿Qué significa este paso para ustedes? Y ¿cuáles son las sensibles repercusiones que pueden obtener de ello?
La incorporación al Tribunal Penal Internacional es un paso estratégico de gran envergadura e importancia. Hemos impulsado a lo largo de los últimos años la incorporación palestina a esa instancia, dentro del contexto de nuestra estrategia de internacionalizar la causa en favor de los derechos palestinos y para enfrentar las sangrientas campañas y los crímenes de guerra de carácter racista que lleva a cabo el Estado de Israel mediante la continuada agresión, y sus campañas de colonización sin precedentes desde la ocupación de Cisjordania y Jerusalén Oriental en 1967. El Estado de Israel prosigue las acciones de exterminio, destrucción y desarraigo iniciadas en 1948, al borrar de la faz de la tierra cientos de poblados palestinos en la más extensa y duradera operación de depuración racial de la era moderna.
Entre los días 20 y 23 de enero último, fueron demolidas las viviendas de 77 palestinos. Según los informes de la propia ONU, ocho de las viviendas destruidas habían sido construidas gracias a donaciones internacionales. Al mismo tiempo, las autoridades de la ocupación demolieron 25 casas en Jerusalén Oriental ocupado, y ya habían hecho lo mismo en el 2014 con otras 12 viviendas. Por otra parte, Israel rechazó (e hizo caso omiso de) los llamados de la ONU, de la UE y de organizaciones internacionales de derechos humanos con vista a que pusieran coto a este tipo de acciones, que se cometen bajo el pretexto de ser viviendas construidas sin autorización. Mientras tanto, por otra parte, las bandas de los colonos saquean las propiedades y las tierras de los palestinos, con la protección del ejército de la ocupación.
Tales vejámenes al derecho palestino solo pueden considerarse como violatorios y degradantes respecto a los valores humanos, y una infracción abierta a las bases del Derecho Internacional Humanitario, que prohíbe al ocupante la destrucción de las propiedades, tanto públicas como privadas, de acuerdo con el Artículo 53 del IV Convenio de Ginebra de 1949, hecho que la organización Human Rights Watch considera como una violación abierta y arbitraria; al mismo tiempo, las demoliciones de viviendas constituyen una violación al Artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, que estipula textualmente que “no se puede despojar a ningún ser de sus bienes de forma arbitraria”.
Ya es hora de que el Estado de Israel sepa que sus crímenes no quedarán impunes, que no puede seguir actuando como un estado por encima de la ley, y que debe deponer su actitud de menoscabo y desprecio respecto a la legalidad internacional. Israel ya debe saber que las denuncias y condenas que se suscitan respecto a él no son meras “condenas” sin sentido ni efecto, y no debe actuar de forma enajenada, reincidiendo en su actitud de cometer crímenes de guerra, castigos masivos o discriminación racial.
En torno a este paso decisivo y certero –mejor dicho, este salto cualitativo—, basta con ver la reacción de EEUU y las presiones que ejerce. Washington hizo suya tenazmente la batalla de Israel contra la incorporación palestina al Tribunal Penal Internacional, aun cuando dicha incorporación ya estaba decidida tras la aprobación por parte del Secretario General de la ONU de la solicitud palestina a principios de este año (el 7/1), lo cual entrará en vigor a partir del 1 de abril próximo, con la posibilidad de que el Tribunal inicie investigaciones, tras la aceptación de la parte palestina -el 13 de junio de 2014- de su jurisdicción sobre las tierras palestinas usurpadas en 1967, en virtud de la Resolución N° 19 de la ONU cuando la Asamblea General acordó, el 29 de Noviembre de 2012, la membresía de palestina como “Estado Observador”.
Desde entonces nos percatamos de que las tormentas de amenazas de EEUU e Israel no se calmarán. Era de esperar que todo tipo de amenazas, chantaje y emplazamientos serán esgrimidos y no sólo contra Palestina, sino también contra numerosos países del mundo entero. Las amenazas fueron enfiladas incluso contra los propios jueces del Tribunal en caso de acoger la demanda palestina. Las causas son numerosas, pero en primer lugar: se despoja a Israel de la inmunidad internacional y de las posibilidades de permanecer impune tras cometer violaciones del Derecho Internacional o del cuestionamiento en las instancias internacionales y de salvarlo de sanciones y castigos por sus crímenes. En segundo lugar, el Estado de Israel está consciente de haber cometido numerosos crímenes de guerra y violaciones de los pactos internacionales, y de que cualquier juicio justo lo condenaría, y pondría a sus dirigentes políticos y militares en la lista de los perseguidos por la justicia internacional. En tercer lugar, mientras la causa palestina se encamina hacia la legalidad internacional y sus resoluciones, disminuye inevitablemente la posibilidad del monopolio norteamericano de la causa palestina, caracterizado por su parcialidad a favor de Israel, y la consiguiente salida de las inútiles y vanas negociaciones, y encaminarnos hacia una solución basada en las resoluciones de la legalidad internacional y la pérdida de posiciones internacionales que lo favorecían. Como vemos, EEUU se encontraba en total aislamiento en la Asamblea General de la ONU (Solo 9 estados frente a una mayoría abrumadora de 138 estados y la abstención de 41) en la votación de noviembre de 2012. Solo nueve estados junto a Washington en contra de la aceptación de Palestina como Estado observador. Por esto, internacionalizar la causa palestina y someterla a la legalidad internacional pone fin al monopolio norteamericano de la misma, lo cual solo sirve a la ocupación y protege a Israel del Derecho Internacional.
Podemos darnos cuenta de esto cuando la Fiscal General del TPI, Fatou Bensouda, anunció el 16 de enero pasado el inicio de estudios e investigaciones preliminares en torno a crímenes de guerra que “las tropas israelíes pudieron haber cometido en Palestina”, y la convulsa reacción norteamericana a través del portavoz de la Secretaría de Estado fue la de describir este paso como “tragicomedia”, mientras el premier israelí lo consideró una declaración “fatal y absurda”.
Europa se ha distanciado de EEUU con respecto a su posición específicamente en lo relativo a esta causa sin fuerte anuncio de contraposición. Vemos diferencias que aumentan paulatinamente. Los parlamentos europeos, considerados fieles medidores y reflejos de la opinión pública y popular, y coordinadores sinceros con los factores sociales de cada país, rechazan cada día la ocupación israelí que se ha prolongado contra un pueblo sometido a las más diversas formas de racismo, totalmente repudiado en el mundo de hoy, que solo pertenece a una era extinta. Ya es hora de poner en práctica el derecho palestino a la autodeterminación y a un estado independiente y soberano a la par con el resto del mundo. Israel debe percatarse de que la continuidad de esa situación conlleva peligros para su propia supervivencia, y su relación especial con la Unión Europea, dada su absoluta dependencia de sus organismos e instituciones, sin lo cual estaría condenado al aislamiento en el plano internacional.
A nivel palestino, debemos respaldar este movimiento popular, europeo e internacional. Primero, en virtud del factor subjetivo, al llevarlo al nivel de una batalla nacional global, innegociable y sin claudicar, en función de la cual se movilicen todas las capacidades palestinas en un esfuerzo mancomunado y colectivo, de carácter acumulativo, oficial, popular y nacional. En este sentido debemos emprender una lucha que se cumplimente con todas las demás formas de resistencia con vistas a llevar la causa palestina de nuevo al seno de la legalidad internacional y de sus instituciones, tomando en cuenta la experiencia del apoyo unánime del pueblo palestino a la incorporación al Tribunal Penal Internacional, y a partir del boicot palestino a los productos del ocupante. El boicot en sí es una forma de resistencia. Es el boicot económico precisamente -además del boicot académico- que obligó a decenas de instituciones europeas y norteamericanas a retirar sus inversiones de Israel.
Tomando en cuenta todo lo anterior, quisiera señalar en líneas generales las más importantes expectativas y tareas futuras que nos esperan en el nuevo año en aras de fortalecer nuestra visión y aspiración hacia “la internacionalización de la causa por los derechos nacionales palestinos con el retorno a la legalidad internacional y el derecho Internacional”, o sea, retirar la alfombra debajo del monopolio norteamericano de la causa palestina, porque la realidad objetiva demuestra la falta de seriedad de las administraciones norteamericanas para pasar de una posición de imparcialidad a favor de Israel a otra de satisfacción del mínimo de los derechos inalienables del pueblo palestino. No hay ni las mínimas señales de que Washington esté dispuesto a presionar a Israel para que renuncie a sus políticas de agresión y aceptar un arreglo equilibrado. Todo lo contrario: le brinda a Israel mayor apoyo militar y económico que le insufla un “excedente de fuerza” para emprender más colonización y aventuras militares, y mantenerse por encima del derecho Internacional. ¿No es esto acaso lo que hace que toda mención estadounidense de “la solución de los dos estados” sea no más que simple verborrea para el consumo y sin sentido verdadero…?
Es precisamente el absoluto respaldo que brindan los EEUU a Israel lo que afianza y fortalece la ideología, el racismo y el genocidio israelíes como un hecho consumado desde su fundación hasta nuestros días…
Hemos visto que la batalla contra Palestina en el Consejo de Seguridad es una batalla por excelencia de los EEUU, y no solo la batalla de Israel. Lo vimos bien claro al solicitar la incorporación de Palestina a los organismos de la ONU, y en particular al Tribunal Penal Internacional … Estados Unidos asume la batalla de Israel con toda su fuerza y peso…
Además, podemos decir que la preocupación política y diplomática de “Israel” es mucho mayor que sus alegatos de “preocupación por la seguridad”. Hay mayor preocupación por el deterioro de su posición internacional. Esto lo atestiguamos al producirse la declaración de la Fiscal General del TPI, Fatou Bensouda, de iniciar las investigaciones preliminares en “la posible comisión por parte de Israel de crímenes de guerra”, imprescriptibles, tras haberse adherido Palestina al Pacto de Roma. Netanyahu sufrió un shock y acudió más raudo que veloz, reclamando el socorro de Obama, quien le respondió en tiempo récord declarando que “la Autoridad Nacional Palestina no es un Estado soberano, y por tanto no está calificada para ser miembro de la Corte Penal Internacional”… y luego la respuesta dada por esta instancia.
Es sumamente importante señalar el deterioro del prestigio de Israel en el plano internacional. Según el Yediot Ahronot (13/1/2015, Documento Secreto – Expectativas de que la posición de “Israel” sufra mayor deterioro a nivel internacional, si se persiste en la inmovilidad política respecto a los palestinos y sus derechos), el documento hace referencia al posible recrudecimiento del boicot europeo de los productos de las colonias implantadas en los ocupados territorios de Cisjordania y las Alturas del Golán sirio, además de la posible reducción de las exportaciones de armas israelíes, disminución de las inversiones extranjeras y la ampliación del boicot académico. Este documento es resultado de las previsiones del ministerio Israelí del Exterior.
A la luz de esos hechos, el Profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Tel Aviv, Aeyal Gross, publicó un artículo en Haaretz (18/1/2015) donde recomienda a Israel “entender una verdad dada y comprobada, de que las reglas del juego han cambiado”, al plantear: “Los líderes israelíes deben comprender las facultades del Tribunal Penal Internacional (Pacto de Roma) o aceptar sus mandatos, o que el Consejo de Seguridad pueda dirigirse a la misma (…). Palestina se adhirió al Pacto de Roma y tiene el derecho de solicitar la verificación e investigación de lo que sucede en su territorio (…). Si el canciller israelí se siente sorprendido, pues ello se debe a que no ha asimilado aún la situación jurídica de Israel con relación a una serie de asuntos, comenzando por la política del ejército israelí en Gaza, llegando a la colonización expansionista en Jerusalén y Cisjordania. En resumen, Israel está en el lado totalmente opuesto a lo que es aceptado mundialmente”…
A nivel palestino, debemos acordar una estrategia bien aplicada donde la resistencia popular civil, junto a la resistencia en el terreno, se complementen y vayan al unísono. Que sea una fuerza preponderante que se imponga y que sea tomada en cuenta por la comunidad internacional y la opinión pública mundial. Una fuerza que se dirija a las fuerzas vivas e influyentes en la palestra internacional y trabaje por lograr un mayor boicot internacional hasta aislar al Estado de Israel por ser un estado bandolero que choca contra sus propias prácticas y conductas y deja al mundo sorprendido con sus prácticas y motivaciones ideológicas racistas…
P5-El proyecto de identificar a Israel como estado judío impone en la práctica una discriminación racial activada mediante la expulsión del 21% de la población israelí, que son los palestinos. ¿Qué hay detrás de esta actitud y de qué manera podría influir en el proceso de paz?
Los palestinos del 48 desafían a Israel a través de la unidad y de la Lista Común.
Desde la fundación de la entidad sionista en 1948, se intensificaron los planes y tendencias racistas encaminados a extinguir la identidad nacional palestina en los que quedaron en su suelo patrio. Comenzaron emitiendo legislaciones de diferente índole, realizando enormes esfuerzos por dividir a la población autóctona en drusos, beduinos, cristianos, musulmanes, etc…, sin abandonar las prácticas –realizadas a la sombra de legislaciones—, de desalojo y expulsión de las tierras de sus ancestros, imponiendo restricciones sobre su crecimiento poblacional y posibilidades de enseñanza, influyendo sobre su cultura y tratando de disolver su identidad y desgarrarla… Al llegar la extrema derecha racista al poder, se atizó tal situación con la aprobación de nuevas restricciones contra los palestinos del 48, dando espacio y rienda suelta a la fiebre del extremismo y el terrorismo en su contra. Más terrorismo, más represión y más detenciones. El racismo israelí se manifestó de las formas más burdas cuando se producía cualquier manifestación de repudio a las agresiones de Israel contra sus hermanos en Gaza, llegando al límite de dispersar las manifestaciones de protesta empleando municiones de guerra, o brindándoles impunidad a las organizaciones terroristas tales como “Hay Precio”, “Paga el precio”, etc, etc…
A pesar de todo esto, las fuerzas políticas, los partidos y las fuerzas sociales árabes en los territorios del 48 lograron emprender la batalla de las próximas elecciones en el parlamento (knesset), y por primera vez con una lista única, luego que Israel estableció como porcentaje permisible para postularse un 3.25%, una maniobra dirigida a sacar a los árabes del parlamento. Han tenido que unirse en un solo bloque electoral, por primera vez desde la fundación del Estado de Israel. Esta es una respuesta y un reto a la tendencia racista. La parte palestina recrudece su reacción y respuesta: son los dueños originarios de la tierra a través de la unidad. Es la primera vez que las fuerzas palestinas, políticas e intelectuales, traducen en realidad un importante y decisivo acto unionista. Así se proclamó la primera lista electoral que abarca las tendencias intelectuales, nacionales e islámicas. He de señalar aquí que representan el 21% de la población total y el 15% de los electores, lo que les permite obtener 14-18 asientos en la knesset de un total de 120, para constituir la tercera fuerza, según cálculos y previsiones.
El mundo de hoy observa al arrogante Estado de Israel inmerso en un estado de histeria racista, armado hasta los dientes con los medios bélicos más sofisticados. No obstante, Israel enfrenta como nunca un desperfecto estructural e insoluble, producto de sus excesos de arrogancia e ideología racista, las matanzas y el genocidio… exceso de arrogancia e intentos de consagrarse como “Estado judío” y recibir el reconocimiento como tal…y a pesar del “exceso del poderío” no logra la victoria rápida y contundente como en la guerra de 1967. El poderío militar del ejército israelí, sostén de la colonización y las guerras coloniales, no le sirve hoy de nada. Esto lo vimos en el fracaso israelí en las guerras, con la liberación de Líbano en 2000, la Guerra del Muro Protector en 2002, la guerra de 2006 contra Líbano, sus tres guerras contra la Franja de Gaza. Como resultado, todas esas guerras no lograron sus objetivos estratégicos, sobre todo tras el gran cambio en las reglas del juego en el terreno militar.
Nunca antes, como ahora, Israel ha encarado tanto rechazo, en aumento constante, a nivel popular e internacional. Los pueblos, en particular los occidentales, se han despertado y percatado de los continuos crímenes de guerra, genuinas muestras de atrocidad, fascismo y racismo. Esta valoración la reflejan las diferentes encuestas, hasta calificarlo como “el estado más peligroso para la paz y la estabilidad internacionales”.
Hay un aumento de conciencia, mayor dominio de la realidad y de la verdad, que se convierte paulatinamente en presiones sobre los parlamentos occidentales para imponer el boicot. O sea, deviene en la práctica un proceso político que se traduce en campañas de boicot político, económico y académico de la ocupación y de sus colonias.
P6- Israel se aferra a aquellas posiciones respaldadas por la fuerza, las decisiones unilaterales e ilegítimas, que a fin de cuentas solo llevan a la imposición de la política de hechos consumados. ¿Cuál es la posición del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) con respecto a las bases esenciales que deben conducir a la posibilidad de alcanzar un acuerdo de paz para Palestina?
Esta descripción de Israel es real, y es más, cada día demuestra mayor arrogancia e intransigencia y se distancia –contradiciéndolos— de los valores del mundo de hoy. Israel rehusó participar en “la Conferencia de Paz en Madrid” en 1991. Sin embargo, el entonces premier israelí Shamir fue obligado a presentarse, ocasión que le valió para dejar en claro la esencia de su estrategia “Negociaremos con los palestinos a lo largo de veinte años”, visto en la práctica, “proseguiremos nuestra estrategia de agresión, desarraigo y geofagia; de modo que no dejaremos espacio para un arreglo”… ningún arreglo y nada de una solución equilibrada en virtud de las resoluciones de la Legalidad Internacional.
Es así que admitió el principio de negociar “solo por negociar, y punto”. Únicamente para ganar tiempo… En aquel entonces, los EEUU tergiversaron los hechos e hicieron ver, en los medios masivos de difusión, “la posición de Israel” pretendidamente de tener serias intenciones de alcanzar la paz, en lugar de la aceptación formal del diálogo. Washington lanzó todo su peso y presionó a la Asamblea General de la ONU para que anulase la resolución que considera al “sionismo como una forma de racismo”. Este paso, dado con tremenda facilidad, devino en una recompensa que Israel nunca soñó.
Esto se dio luego de que los EEUU colocaran la piedra angular del mundo unipolar, tras el derrocamiento de la Unión Soviética. La prensa oficialista árabe se dedicó a proclamar que, tras la derrota de sus enemigos y contrarios y liberarse de la guerra fría, Washington seguramente presionaría a Israel para admitir el margen mínimo de los derechos árabes y palestinos, en base a la Legalidad Internacional. Se apostó demasiado por esta frustración, además de las teorías de que EEUU ya no necesitaba a Israel, al estar presente en vivo y en directo en la región. Nunca se hizo el esfuerzo de entender la mentalidad pragmática de EEUU y mucho menos concebir el hecho de que un polo único y exclusivo no puede dirigir al mundo. Nunca vieron la posibilidad de que similar desequilibrio en la correlación de fuerzas a nivel mundial se pueda traducir en mayor e incluso ilimitado apoyo al Estado de Israel en el Medio Oriente, y por consiguiente mayores excesos, mayor reactivación de la anomalía de su existencia “como un estado por encima de la legalidad y del Derecho Internacional”, siendo esa la quintaesencia del conflicto.
En el mundo de hoy y desde hace una década, cayó en el vacío la máxima que tanto entonaba Israel. “El ejército invencible”, el ejército capaz de protagonizar las guerras y agresiones y campear por su cuenta en los campos de batallas. Sin embargo, desde el año 2000 y su salida estrepitosa del Líbano, y la guerra de 2006 contra el Líbano, quedaron atrás aquellos tiempos de lograr victorias rápidas, decisivas e indiscutibles, al estilo de la guerra de 1967. Este nuevo hecho refleja un cambio cualitativo a manos de los pueblos y la resistencia. Israel reconoció el fracaso y tuvo que formar una comisión y asignarle la tarea de investigar las causas del fiasco militar tras su agresión del verano del citado año.
Hoy enfrenta un nuevo dilema. El apoyo occidental, político, diplomático, económico y científico ya no es absoluto, sino que está condicionado a su renuncia a los territorios palestinos que ocupó en 1967. Los centros del pensamiento de la política exterior en Israel perciben este cambio y advierten su peligrosidad. Es reflejo de la enemistad popular internacional en aumento constante, donde los pueblos de Occidente han abierto los ojos y ven los crímenes, la actitud arrogante, la intransigencia y el bandolerismo fascista, y los intentos de consagrar a Israel como “el estado del pueblo judío” y lograr ese reconocimiento. Las horribles atrocidades y los crímenes de lesa humanidad hicieron que los pueblos presionasen a sus parlamentos, impulsaran un vuelco en la conciencia y la opinión, que a su vez se convirtió en una práctica política que lleva el nombre de Boicot, en todos los sentidos: político, económico y académico, contra la ocupación y sus colonias.
El especialista que siga de cerca la situación del Medio Oriente, se daría cuenta de que en el actual Israel, los líderes políticos, militares, y los responsables de los sectores de seguridad y economía no son de confianza para “sus ciudadanos”. La corrupción es una plaga predominante que involucra a un ex jefe de estado, un ex primer ministro, un jefe del Estado Mayor del ejército, dirigentes de partidos, y las sospechas de corrupción rondan a numerosos líderes políticos. El ciudadano en Occidente está sintiendo que una parte de los dividendos de los impuestos del contribuyente va hacia Israel, cuyo único empleo visible a todas luces es sufragar los gastos de las incesantes guerras e interminables crímenes. Este sentimiento se ha extendido a la comunidad cívica de EEUU, donde hay amplios sectores empobrecidos, víctimas de la miseria, el desempleo, deterioro del nivel de enseñanza y de la atención médica y la insoluble calamidad de la vivienda.
Además del deterioro de la imagen pública de los mandos políticos, partidistas, militares, etc, sobresalen las profundas diferencias, casi abismales, entre los judíos orientales (sefardíes) y los occidentales (askenazis); entre los ricos y los pobres, donde cada día que pasa hay más gente en la extrema pobreza; entre los laicos y religiosos; entre los colonos de Cisjordania y Jerusalén y los demás colonos en los territorios ocupados en 1967; y por ende entre los israelíes religiosos y liberales en los territorios de 1948.
Todo aquel que se atreve a desafiar el Derecho Internacional, viola sin titubeo toda norma o ley. Recordemos cómo Netanyahu estampó su presencia en París en la Marcha Mundial contra el Terrorismo, como “combatiente anti-terrorista”. Tanto los políticos franceses como la prensa internacional vieron esta farsa como “un acto repugnante”, cuando lo que más teme Netanyahu es el boicot contra Israel y los productos de sus colonias en Cisjordania, así como el boicot contra sus productos militares. Últimamente, los líderes israelíes están atentos a los comentarios de la prensa internacional. Leen la historia de Israel como si estuvieran releyendo la historia de Sudáfrica, conscientes de que tarde o temprano enfrentarán la misma suerte.
Finalmente, Israel está temeroso por la posibilidad de que las comisiones internacionales de investigación abran los expedientes que allanen el camino a una nueva lectura de numerosos hechos y acontecimientos, desde el asesinato del Conde Folke Bernadotte en 1948 a manos de la banda terrorista Stern, hasta el Informe de Goldstone de 2009 sobre los crímenes de guerra que Israel cometió durante la agresión bautizada con el nombre de “Plomo Fundido” en 2009 contra la Franja de Gaza.
Los temores israelíes no son infundados. Ellos conocen mejor que nadie la magnitud de sus vejámenes y las sangrientas formas de aplicarlos. Con razón temen la formación de comisiones de investigación bajo la supervisión de las instancias especializadas en temas jurídicos internacionales, y en particular en las acciones bélicas contra concentraciones civiles. Israel rechazó los informes del observador de derechos humanos en Palestina, Richard Falk, y ha volcado toda su ira y odio en su contra, aún luego de haber finalizado su mandato. No se atrevió a acusar al experto australiano de antisemita, dado su prestigio e integridad, y origen judío. Por esto su ira no conoció límite. Lo expulsaron de sus aeropuertos, prohibieron sus visitas de seguimiento de sus misiones. ¿Acaso no han hecho lo mismo con la prestigiosa abogada judía Felicia Langer?…
En estos días se opusieron al jurista canadiense William Schabas, y ejercieron todo tipo de presiones, chantajes y amenazas en su contra desde que fue nombrado Presidente de la Comisión que investiga las matanzas cometidas en la operación militar llamada Muro Protector. Su renuncia no cambiará la esencia y el contenido del informe ya elevado, y nadie creerá los alegatos de Netanyahu, de estar “parcializado en contra de Israel”. El jurista canadiense exhibió las serias amenazas de que fue objeto, cuando Netanyahu, tras su renuncia, trató de anular el informe. Goldstone había recomendado con anterioridad: “Israel debe comprometerse a colaborar con la Comisión y su Presidente desde el punto de vista legal”, ya que ellos representan el punto de vista jurídico internacional. Schabas a su vez señaló: “La acumulación de pruebas sobre la última guerra contra la Franja de Gaza llegó a su fin”, y “la oposición en contra de su persona no influirá sobre los resultados de la investigación”.
El Estado de Israel disfruta de la excepción desde su fundación e incorporación a la organización internacional, al ser condicionada su membresía al cumplimiento de la Resolución 181 (El derecho del pueblo palestino a un estado independiente) y la Resolución 194 (El derecho de los refugiados palestinos a retornar a sus hogares dentro de los territorios ocupados en 1948). Es el único estado en el mundo cuya membresía en la ONU está condicionada a la aceptación de resoluciones. Entonces su presencia es contraria a la Carta de Naciones Unidas. Las graves violaciones de las leyes internacionales que avalan los derechos humanos exigen el logro de la justicia y la rendición de cuentas, el cumplimiento del IV Convenio de Ginebra… Todo esto como ejemplo, ya que puede prolongarse interminablemente la narración de hechos y documentos, sin mencionar el deterioro de su fuerza y de su posición internacional… para entender su histeria… cuando esté más encaminado hacia el aislamiento. ¿Hasta cuándo seguirán los EEUU con el papel del abogado del diablo?
P7- El pasado 5 de enero, el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) emitieron un Comunicado Conjunto de suma importancia, mediante el cual ofrecen su visión y análisis de las tareas urgentes con respecto a la difícil situación que vive la población de la Franja de Gaza. Al mismo tiempo, ambos frentes determinan sus posiciones hacia el tema de la unidad de los destacamentos palestinos y una agenda estratégica de acción a nivel internacional… ¿Qué significa la toma de esta posición de la izquierda palestina? Y ¿cómo pretenden impulsar esas propuestas?
En principio –y sobra decirlo, tal como conocen— la izquierda democrática palestina, y el Frente Democrático en particular, ha presentado sus iniciativas nacionales políticas, ante todos los momentos claves de la revolución palestina. Gracias a las empecinadas y pacientes luchas, tales iniciativas se convierten en una posición nacional palestina. El Comunicado Conjunto dado a conocer por los frentes Democrático y Popular expone los detalles del Programa General Nacional adoptado por el Frente Democrático y encaminado a movilizar el máximo de fuerzas para enfrentar a la ocupación, a la agresión y al sitio impuesto; y al mismo tiempo, por otra parte, para poner fin a la división que tanto daño ha causado a la causa palestina. Nuestro programa sigue atento a todos los detalles en el caso de la Franja de Gaza, al analizar los pormenores de los problemas y crisis en Gaza, sin olvidarse del Proyecto Nacional General y la necesaria movilización de fuerzas en torno a ello, a partir de aquellos detalles de carácter socioeconómico y penal. Depositamos nuestra confianza en la presión que pueda ejercer el pueblo sobre los dos polos de la división, y convocar a la constitución de una Alta Comisión Nacional para la Reconstrucción –integrada por los ministerios, fuerzas nacionales e instituciones de la sociedad civil- que asuma la puesta en vigor del proyecto de reconstrucción y alejarlo de la disputa bilateral a tirones entre los dos polos de la división.
Los frentes –Democrático y Popular- plantean con insistencia dar los primeros pasos para la conformación del “Frente Unido de Resistencia Nacional” con un Estado Mayor Conjunto y una referencia política unificada, con poderes para decidir la guerra y la paz, así como la reactivación de la delegación palestina unificada para las negociaciones indirectas con Israel con vistas a cumplimentar el análisis de los expedientes pendientes.
P8- Del Comunicado Conjunto cito: “Ante el fracaso de Al-Fatah y Hamas en alcanzar una solución bilateral a la división, los frentes Democrático y Popular invocan la celebración de un diálogo nacional serio y responsable por medio del Alto Mando Nacional de la Organización para la Liberación de Palestina – OLP”.
En su criterio, ¿cuáles son los pasos que se deben dar de inmediato para alcanzar la “anhelada y necesaria unidad entre las distintas fuerzas palestinas”?
Este planteamiento aparece en la parte política del comunicado, y en cada uno de sus seis puntos, y en particular el cuarto y el quinto. Esos puntos rezan:
Los frentes acogen la firma del estatuto del Tribunal Penal Internacional – TPI, paso dado tras dos años de retraso, siendo la materialización de la voluntad nacional, de la posición unánime nacional. Los frentes afirman que el valor de este paso depende de su activación al solicitar llevar a juicio a la ocupación y a los líderes enemigos y condenarlos por los crímenes de lesa humanidad que cometieron contra nuestro pueblo. Los frentes llamaron a contrarrestar la piratería israelí de congelar los fondos del sistema tributario, mediante la anulación de la cooperación de seguridad, la reactivación del Acuerdo Económico de Paris y la aplicación del boicot total contra los productos israelíes.
Los frentes llaman a la constitución de un Comité Nacional Especializado, apto para dirigir el expediente de la adhesión a las organizaciones internacionales, y para darle poderes, al margen de las decisiones sectarias y unilaterales.
Advierten de las graves consecuencias de replantear el Proyecto en el Consejo de Seguridad, el cual está por debajo de los derechos y constantes nacionales palestinos; y solicitan que se devuelva al Comité Ejecutivo de la OLP con vistas a formular un nuevo proyecto con miras a poner fin a la ocupación, basado en el reconocimiento por parte de la ONU del Estado de Palestina, y en sus fronteras anteriores al 4 de Junio de 1967, y Jerusalén Oriental como capital; y asegurar una solución definitiva al problema de los refugiados según la Resolución 194. Rechazan terminantemente el retorno a las inútiles negociaciones basadas en la vieja fórmula.
Poner coto a la marginación de las legítimas instituciones palestinas y la nociva política de actuar unilateralmente, rehabilitando la legalidad jurídica palestina mediante la activación periódica del Comité Ejecutivo, el Consejo Central y el Mando Provisional (la instancia encargada de reactivar y desarrollar la OLP).
Ante el despertar popular, las opciones políticas y el fracaso de Al-Fatah y Hamas en arribar a un arreglo bilateral de la cuestión de la división, los frentes abogan por un diálogo nacional serio y responsable mediante el Alto Mando de la OLP para eliminar los escollos y acabar con la división destructiva, poner en práctica las cláusulas del Acuerdo Nacional Global del 4/5/2011, y acordar una estrategia nacional alternativa, que combine el trabajo político con la resistencia.
Difundir el fenómeno de los Comités de Defensa de la Tierra y enfrentar la colonización en Cisjordania y Jerusalén, y el cinturón de aislamiento en Gaza.
En el marco de la reevaluación de la pasada experiencia, los frentes reiteran su llamado a la más amplia movilización de fuerzas, y convertir a la presión popular, democrática, pacífica y nacional en una vía de salida de tales crisis. Y llaman a los sectores afectados por la agresión y el bloqueo a organizarse y movilizarse en defensa de sus intereses y causas.
P9- En la etapa reciente se observa enorme interés por parte de variadas fuerzas y estados con vista a trazar un nuevo mapa del Medio Oriente e incluso trazar nuevas fronteras. En su opinión ¿Cómo repercute esto sobre la causa palestina, la confrontación regional y la empecinada injerencia foránea en la región?
Los acontecimientos actuales en el Medio Oriente dan “prioridad a la guerra de la Coalición Internacional-Regional contra el Estado Islámico de Iraq y Siria (Daesh) y hermanos”. Esta situación puso a nuestra causa en “la sombra”, en “segundo plano”, con lo que conlleva de bandolerismo israelí, expansionismo colonial y asentamientos israelíes en Jerusalén y la Ribera Occidental del Río Jordán (Cisjordania), pasando por alto el derecho de los palestinos a la autodeterminación, el establecimiento del Estado de Palestina y el retorno de los refugiados a sus hogares, y por supuesto impedir el restablecimiento en el Medio Oriente de una paz basada en la Legalidad Internacional.
Tal pregunta se puede formular de otra manera que nos conduzca a la actual situación internacional, como un rasgo globalizado abarcador no solo del Medio Oriente, sino también de todos los demás puntos candentes en el mundo, sobre todo si excluyéramos la situación muy particular que vive el Medio Oriente y que se pone, positiva o negativamente, al servicio de esos acontecimientos, dada la polarizada confrontación mundial.
En las conclusiones históricas, tanto antiguas como modernas, podemos observar este fenómeno claramente, y en modo peculiar en el Medio Oriente, en la parte oriental del Mediterráneo, siendo el puente clave entre los continentes y paso obligatorio entre mares y océanos. Para mayor fatalismo geográfico, esta zona está saturada con los principales recursos energéticos (gas y petróleo), hasta el punto que la última copa de crudo fósil del mundo saldrá de esta región, además de ser el área de conexiones energéticas e itinerarios de oleoductos con sus respectivos puertos, oriente y occidente.
En las causas antiguas –ubicación geopolítica- y modernas –fuentes energéticas- entendemos este extenso espacio de guerras, inestabilidad, intervenciones sangrientas o suaves en la historia moderna, cuando EEUU ocupó Iraq para inaugurar el liderazgo de su antiguo unipolar imperio a nivel mundial, en 2003. A lo largo de la historia, la posición geográfica del Medio Oriente ha sido causa y motivo contemplado en los proyectos imperiales desde Alejandro de Macedonia hasta el Imperio Romano, etc…
Vivimos cambios, el proceso de transición de un mundo unipolar, el de EEUU, a otro mundo democrático multipolar que encabezan Rusia, China, India y el grupo BRICS. No obstante, tal cambio no será ni suave ni exento de traumas, sobre todo tras los sucesivos fracasos de EEUU en Afganistán, Iraq y Georgia en el Cáucaso. Es más, podemos arribar a la conclusión de que, luego de la II Guerra Mundial, todas las campañas militares de EEUU han fracasado en todos los parámetros militares, políticos y estratégicos (la guerra de Vietnam, Indochina, península de Corea, el bloqueo contra Cuba, etc…) Son guerras que afectaron su posición y prestigio como gran potencia, y su papel en la palestra internacional, y solo dejaron como saldo un mayor odio acumulado entre los pueblos del mundo, y el Tercer Mundo en especial, contra los EEUU, viendo el desesperado empleo del exceso de la fuerza para doblegarlos e imponer su hegemonía y despojarlos de su voluntad. Se han dedicado a proteger y darles cobijo a los gobiernos totalitarios y conspirar contra los gobiernos patriotas contrarios a su explotación y a sus políticas. Aún está fresco en la memoria su intervencionismo durante una época en América Latina, que sarcásticamente llama su “patio trasero”, haciendo gala de sus intervenciones directas o agenciadas, tal como ocurrió en Chile para derrocar al gobierno democrático de Allende en Santiago de Chile.
Todas esas guerras se consumaron bajo el lema “Pax Americana” o las consignas de engaño como “la democracia” y “los derechos humanos”; guerras catastróficas al margen de la legalidad internacional, dejando atrás estelas de inconcebible destrucción para el hombre y la naturaleza, millones de muertes, devastación de naciones enteras y su división. Todas esas guerras se enmarcan dentro del término genocidio y les son aplicables los Convenios de Ginebra y las Leyes Internacionales.
Por ejemplo, en su guerra contra Filipinas fueron exterminados más de un millón y medio de civiles (1899-1902). En la Guerra de Corea las tropas norteamericanas dieron muerte a cientos de miles de coreanos tanto del norte como del sur. El saldo de muertos en la guerra de Vietnam oscila entre cuatro y cinco millones, sin contabilizar las decenas de masacres y las ciudades y aldeas enteras y extensas áreas de bosques borradas de la faz de la tierra, mediante el empleo de pesticidas defoliantes. Sin mencionar las dos bombas atómicas lanzadas durante la II GM sobre Hiroshima y Nagasaki para lograr la rendición de Japón. Acciones que causaron la muerte de cientos de miles de nipones inocentes, y las malformaciones congénitas por radioactividad que siguen apareciendo hasta nuestros días.
Quien investigue más a fondo hallará sin dudas muchas guerras secretas o agenciadas, hasta 1999 con la guerra contra Yugoslavia y su división, y luego la guerra contra Afganistán, donde al cabo de 13 años se retiraron las tropas norteamericanas y atlánticas (2014). La invasión de Iraq en 2003 para retirarse 10 años más tarde. Todas son guerras llevadas a cabo fuera de los marcos legales internacionales y justificadas con pretextos burdos y falsos, como “combatir al terrorismo”, que ellos mismos crearon. Guerras encaminadas a “la eliminación de las armas de destrucción masiva” y “la difusión de la democracia y la libertad”, pero tras su retirada solo dejaron en Afganistán e Iraq el terrorismo y el saqueo, sembrando la discordia y las guerras fratricidas y de tipo confesional, allanando el camino a la desarticulación de estos países. Se retiraron sin lograr la victoria en el correcto sentido militar y estratégico pretendido. Las guerras costaron miles de muertos entre sus filas, y pérdidas materiales de cifras astronómicas en trillones de dólares. Guerras de extraordinarios costos en todos los sentidos y sus enormes repercusiones domésticas, desembocando en la crisis monetaria (2008), sin contabilizar la tamaña destrucción y devastación en esos países.
Lo mismo han hecho los EEUU y aliados de la OTAN en Libia, dejando al país en ruinas y presa de las milicias y luchas intertribales, convirtiéndolo en un estado fallido y en terreno fértil para el terrorismo takfiri (exclusión religiosa) en todas sus dimensiones salvajes.
Los especialistas y los ideólogos de “Las Guerras de las Civilizaciones” proclaman un principio: “Donde se encuentra la organización terrorista Al-Qaeda estarán más tarde las tropas norteamericanas”. Vemos esto hoy en el Gran Sahara, en Níger, donde EE. UU. compite con Francia por el control del uranio, y el traspaso de “los seguidores de la Sharia y la Sunna en el Magreb” a Boko Haram al sur del Sahara, sin olvidar jamás que Al-Qaeda es el hijo pródigo que engendraron los servicios de inteligencia de EEUU a lo largo de décadas, y llevando sus genes, son siempre el prólogo de las guerras norteamericanas contra los pueblos, cuyos resultados son visibles, y todo en aras de “la libertad, la democracia y los derechos humanos”, en la deslizante rampa norteamericana…
Daesh (Estado Islámico) y el mandato de Bush hijo
Ante el mundo de hoy se despliegan las más horribles imágenes del fomento de las guerras en las sociedades árabes, la propagación de la plaga terrorista takfiri, los planes para dividir las sociedades con el pretexto de cambiar los regímenes, en medios candentes que afectaron a todo lo vinculado a la civilización humana y el patrimonio universal. En el clímax de planes pre-elaborados, están destruyendo las razones de vivir. No iremos lejos en nuestra exposición, ya que todas esas organizaciones, independientemente de las nomenclaturas, se graduaron en la misma escuela, la comunidad de “militarizar la política exterior de EEUU”, o sea preparar y caldear el terreno político de la ofensiva bélica exterior, que no conoce límites, y dentro del marco de “justificar” el derecho de intervenir mediante todas las formas.
El líder de los halcones y su principal inspirador en la Administración Norteamericana, Michael Ledeen (destacada y reconocida figura del American Enterprise Institute for Public Policy Research, y uno de los mayores ideólogos de “la estrategia de seguridad nacional”, durante el mandato de Bush hijo) y sus seguidores están concentrados en el Pentágono y tuvieron mayor peso al llegar Bush al poder y ocupar la Casa Blanca. Tiene seguidores y alumnos en el Washington Institute, algunos de sus adeptos aún ocupan posiciones en la Administración Obama, quien, con relación al terrorismo, adoptó algunas de sus ideas y algunas prácticas de su antecesor –sobre todo- en lo relativo a los grupos terroristas, y continuó “la firma de acuerdos con la Hermandad Musulmana Internacional”.
Ledeen fue descrito por sus colegas como una persona muy parcializada con la ideología del sionismo mundial. Y como dice el refrán: “Dime con quién andas, y te diré quién eres”. De éstos conocemos, por ejemplo, a Richard Perle, apodado el Señor de las Tinieblas… para quien recuerda su papel en Iraq. Douglas Fieth y Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa, y Paul Wolfowitz, Elliott Abrams, Condoleezza Rice, John Bolton, ex representante de EEUU en la ONU durante el mandato de Bush hijo, donde desde su propia tribuna pidió la eliminación de la ONU, porque Washington la sustituye…y otros muchos. Ellos tienen un pie puesto en el mismo punto que les une: Israel; y el otro pie, a la misma distancia sobre las llamadas “Guerras Justas”. Son pregoneros de la militarización de la política exterior. Sus ideas las resume el escrito de Ledeen sobre lo que él llama “Destrucción Creadora”, término aplicado a la destrucción de las sociedades árabes desde su interior, y él terminó diciendo: “Esto lo hacemos de forma automática”. Insisten en que: “Ya es hora de exportar la revolución democrática”. Con esto se ve que el objetivo a lograr es destruir y dividir las sociedades y restablecerlas sobre nuevas bases y fronteras. “La esencia de la historia humana es la violencia”, dicen, y que EEUU debe actuar en consonancia con este principio: “La difusión de la Democracia –Americana- a través del empleo de la violencia”. Llaman a la ejecución de esta política en el Medio Oriente, a partir de la idea de que la Guerra Total en la región, impulsará los cambios subjetivos y objetivos, que no se limitan a lo político y económico, sino que abarcan la idiosincrasia, las tradiciones e identidad cultural de esas sociedades árabes.
De ahí entendemos por qué EEUU cometió crímenes y matanzas contra el patrimonio y la historia en Mesopotamia, el saqueo planificado de bibliotecas, la destrucción anticipada de museos, el incendio de Dar Al-Hikma (Casa de la Sabiduría), los archivos históricos. El caos es el medio “idóneo” para la reproducción de la amebiasis del terrorismo y sus derivaciones en Iraq. Quien empleó el término “Caos Creador” fue Condoleezza Rice –Secretaria de Estado durante la presidencia de Bush hijo- y fue divulgado este término, sobre todo, en medio de la fracasada guerra israelí contra Líbano en 2006, a solicitud y con la luz verde de EEUU, y en el mismo momento del arranque de los tanques y cazabombarderos, dijo Rice: “Son los dolores de parto del nuevo Medio Oriente”. No obstante, los expertos de EEUU plantean que EEUU tenían sus planes para la destrucción de Iraq, pero no había nada para la etapa posterior, ni siquiera ideas ni estrategia para la reconstrucción y el restablecimiento de un estado democrático…
¿Acaso no es esto precisamente lo que repite el portavoz de Daesh, en nombre del “Califato y el Califa”, al declarar “Nosotros primero destruimos, y luego reconstruimos”?
Del mismo modo actúan todas las organizaciones terroristas engendradas del mismo útero, aunque varíen y difieran las nomenclaturas y nombres. Son fabricados por la misma incubadora. Si Washington no las incluyó en la lista de organizaciones “terroristas” u “organizaciones moderadas”, es porque cumplen las normas de su terrorismo y lo que se ha trazado para ellas, porque saben que no pueden hacerle frente a todo el mundo, y para que no se atrofien ni pierdan las fuentes del sustento ni ganen la enemistad de su propio fundador.
La intransigencia de Daesh es lo que más se parece al “lavado sionista de la conciencia” y “el choque y la aterrorización”, con lo que nos ofrece a diario pruebas para su condena, al degollar y despedazar personas ante la vista de todo el mundo, e incluso incinerar vivo al piloto jordano Muaz Kasasaba como crimen imperdonable de lesa humanidad, y presentar la ejecución al estilo de Hollywood no es más que prueba de salvajismo y menoscabo de todos los valores humanos y las normas que alega aplicar. Tal tipo de organizaciones se han puesto al margen de la historia y de su movimiento. El mundo está en cambio constante y acelerado. Nadie puede sobrevivir si trata de aislarse de la comunidad internacional. El aislamiento de un estado, en nuestros días, es un factor más que suficiente para su derrumbe y fracaso, en lugar de avanzar y sobrevivir. Esas organizaciones son un fenómeno pasajero como nube de verano, porque el papel para el que fueron creadas es un papel pasajero y provisional. El rol que desempeñan se parece más bien a la escena de “la boda del asno” en la novela de Al-Taher Wattar.
P10- ¿El llamado Estado Islámico y el terrorismo abierto a la zona?
La estrategia norteamericana… “Daesh y hermanos”… “la guerra contra el terrorismo…el papel de Turquía…e “Israel”¡…la religión y la política….!
¿Cómo se puede justificar y “entender” la estrategia norteamericana de combatir el terrorismo (¡!), cuando es una política selectiva? “El terrorismo es el terrorismo” en definición, concepto, función y práctica. No se puede combatir el terrorismo sin ir a la raíz, secar sus fuentes y su financiamiento, cuando se emplea “una alianza amplia”, limitándose a los bombardeos que pueden durar tres años, según Obama. Las decisiones norteamericanas son selectivas, ya que “Daesh” es una organización entre decenas, y junto con sus hermanos son engendrados del mismo origen, nacidos de la misma manera, siguen la misma metodología, y una misma ideología. Solo se distinguen en llevar diferentes nombres, según la ramificación. Entonces ¿por qué limitar el terrorismo a Daesh, cuando las demás organizaciones campean a sus anchas en Siria, Irak, Libia, Yemen, así como en Egipto y el Magreb Árabe? Sus suministros son facilitados por los países vecinos a Siria, para dirigirlos a Yemen, Túnez, Egipto, Somalia y el Sur del Gran Sahara en África, y en Libia presa del terrorismo…
“La Alianza Internacional” no tiene ni programa ni estrategia clara, y su actitud hacia Daesh no es más que “tratar de reducirlo y limarle las garras”, en lugar de elaborar una estrategia de objetivos bien claros, que comiencen por obligar a su aliado en la OTAN, me refiero a Turquía, a cerrar sus fronteras con Siria ante “las caravanas” de terroristas y el flujo de mercenarios de todo el mundo, ya que “la bestia” se soltó del corral (mejor dicho, se salió de control) pese a la cobertura que ofrece la Resolución 2170 del Consejo de Seguridad a las maniobras militares de Washington, con miras a enfrentar a Daesh y sus acólitos, gemelos y colegas de organizaciones terroristas. Dicha Resolución del Consejo de Seguridad aprobada bajo el VII Capítulo de la Carta de Naciones Unidas, requiere de serios mecanismos de consulta y coordinación entre los estados que decidan enfrentar al terrorismo, y decidan participar a través del Consejo de Seguridad.
El estilo daeshista de exterminio y desalojo, tal como ocurrió en Raqqa, y las masacres contra los armenios en Kassab, en Siria, en las llanuras de Nínive y Mosul en Irak, coincide plenamente con el de la invasión sionista de Palestina, donde se cometen las matanzas para aterrorizar a la población, desalojarla, y ocupar las tierras vaciadas de su población autóctona. Son los métodos de las organizaciones terroristas sionistas como Stern y Haganah, empleados en las aldeas de Palestina para obligar a su población al destierro. En este contexto, no podemos pasar por alto las películas de terror que fabrica Daesh, cuya difusión no prohíbe la estrategia norteamericana a través de los canales satelitales, y que sus propios medios son los primeros en difundir… de escenas que las leyes de información prohíben por razones humanitarias… sangre que ocupa un lugar protagónico en los medios y sus juegos, y el “Server de Daesh” (Servidor de Daesh) que emite esas películas, está registrado en EEUU.
La Turquía de Erdogan… y Daesh
La derrota de Daesh en la ciudad de “Ein Al-Arab / Kobani” se considera como una derrota del propio Erdogan, quien, al quedarse sitiada esa pequeña urbe siria, muy cercana a la frontera turca, no pudo ocultar lo que pasaba por su mente: “No queremos que se repita la situación del norte de Irak… este ente será una gran fuente de problemas en el futuro”. También las matanzas contra los armenios en Kassab, Siria, son mensajes de Erdogan al terrorismo, ejecutados a manos del terrorismo, y la continuación de las matanzas turcas contra los armenios, cometidas en 1914.
En el caso de los kurdos en Siria, no hubo nunca reclamos –por parte de los kurdos de Siria— de formar un estado kurdo en el norte de ese país árabe, o una entidad política. Nunca hubo planteamientos o expresiones en este sentido. Los temores turcos no son, pues, más que aspiraciones a un nuevo papel otomano de la Turquía de Anatolia, de los Hermanos Musulmanes. Esto nos permite entender por qué Erdogan no permitió a los kurdos de Turquía defender a sus hermanos en Ein Al-Arab – Kobani, así como por qué rechazó los llamados norteamericanos y occidentales a prestar apoyo a la ciudad. Tenía la esperanza de que Daesh cometiera una gran masacre, y así romperle la espina dorsal a los kurdos, mientras las bestias de Daesh completaban el cerco en torno a la urbe y sus tropas estaban a punto de tomar toda la ciudad, con un ataque desde el norte.
La victoria de “Ein Al-Arab / Kobani” significó un duro golpe para Erdogan y sus sueños, porque la resistencia y firmeza de la ciudad durante cuatro meses, el heroísmo de las jóvenes kurdas, la decisión de los jóvenes kurdos, nos enseñan que con modestos recursos se puede superar a Daesh y ridiculizar sus intentos de mitificación, salvajismo y barbarie. Este simbolismo es todo lo contrario a las escenas hollywoodenses, destinadas a ubicarlo en una posición de invencibilidad a través de un “lavado de cerebro” mediante los sangrientos juegos fílmicos. No olvidamos cuando Erdogan tildó de terroristas a los defensores de la ciudad (¡!)…como si “Daesh no fuera terrorista”.
Tales ideas se pusieron de manifiesto tras la retirada del ejército iraquí de Mosul, y los medios masivos de difusión de EEUU le hicieron eco. No tiene futuro, y hoy se ve su impotencia, cuando la sociedad ha tomado conciencia del peligro que entraña, por las masacres cometidas, en el Valle de Nínive, contra cristianos, yazidíes y demás sectas religiosas musulmanas, con todo lo que se proclama de islamista. No dejaron a salvo a nadie de los que no los siguieron a ellos o a su “califa”.
Conclusión: el plan de división regional está condenado al fracaso, pese a la coincidencia en objetivos de las sucesivas administraciones norteamericanas, y su instrumento sionista, y de aprovechar todos los puntos débiles de las sociedades árabes para lograrlo. Esta región se caracteriza por una presencia nacional multicultural, y así tratan de olvidar que es la región del mundo de mayor concordancia y diversidad cultural, y que este mosaico etnocultural puede ser un fenómeno de belleza por su diversidad, y fuente de fuerza en el estado de la ciudadanía e igualdad ante la ley y la constitución.
Lo que pretenden es la división del Levante árabe, sobre esas bases, de modo que el bolsón sionista pueda crecer. En 1981 y en una conferencia en Israel, similar a la conferencia de Herzliya de hoy, se planteó esta teoría. El primer orador en exponer sus ideas en este sentido fue Ariel Sharon, y la “Teoría de la Fragmentación” fue aprobada con unanimidad. Con anterioridad la abordó Brzezinski en su libro publicado en 1977, Entre dos épocas, reclamando la constitución del “Nuevo Medio Oriente”, formado por cantones étnicos, raciales, confesionales y comunitarios.
Las organizaciones terroristas causaron confusión, de modo que no se puedan trazar límites entre los que buscan realmente la reforma democrática, la dignidad nacional, la modernidad de la patria, la igualdad ciudadana y la justicia social; y por otra parte, la tragedia árabe que derrama sangre y destrucción. Con este fin, vieron la luz el mercenarismo de las organizaciones terroristas que actúan en el círculo de fuego, la muerte y la destrucción, precisamente en el círculo vicioso de “la destrucción creadora”.
“La Hermandad Musulmana… y los Estados Unidos de América”
Las verdades completas están aún por revelarse, a pesar de que el escenario ya está formado por completo. Cada día que pasa surgen nuevas y variadas interrogantes. Las masas populares egipcias desarticularon los lazos entre “la Hermandad Musulmana egipcia” y los cálculos del imperio norteamericano. Es justo preguntarse cómo han salido a la luz tras la Revolución del 25 de Enero, cuando se había preparado el terreno hacía años para su arribo al poder…y como ayudó Washington a desatar las riendas del fundamentalismo islámico. Robert Dreyfuss, hombre de la inteligencia de EEUU, nos brinda la respuesta en su libro La jugada del Diablo, al narrar cómo la Casa Blanca recibió en los años cincuenta a varias delegaciones de la HM, y en primer lugar figura el yerno de Hassan Al-Banna (fundador de la Hermandad Musulmana en Egipto). Desde entonces se están manipulando el Islam y sus disciplinas, luego de que Washington encontrara en ellos un socio cómodo para todas las etapas de la Guerra Fría; desde la construcción del imperio norteamericano y su ascenso en el Medio Oriente, junto al comienzo de su entrada y expansión en la región, y el reemplazo de las bases británicas por las suyas.
Desde los años cincuenta y su séquitos en los sesenta, el retorno a Egipto en los setenta, pasando por el asesinato de Sadat -lo cual los devolvió del exilio en octubre de 1981- la aparición de las oleadas de terrorismo en los noventa, hasta la firma de un acuerdo oficial con Washington en 2002. Esta concordancia en la relación tripartita en 2012 quedó evidente con las respuestas de Morsi, cuando el ejército egipcio le exigió renunciar y entregar el poder, etc…: “¡EEUU no se lo permitirá!”. En el Acuerdo de 2002, figura como parte Martin Endick, y el acuerdo en su esencia no es estadounidense, sino israelí por interposición, o sea, la HM en Egipto respeta los Acuerdos de Camp David al llegar al poder. Esto es precisamente lo que facilitó a la HM en Irak integrar el gobierno que constituyó el Gobernador norteamericano Bremer tras la invasión de 2003. También se firmó un acuerdo de colaboración programático en todas las esferas. De este modo, el temprano acuerdo con la HM de Egipto hizo las cosas fáciles para su hermana iraquí ante el Gobernador norteamericano.
Cada vez crece más el número de las evidencias respecto a los hechos posteriores a Camp David y el interés en preservar el estatus de las relaciones egipcio-israelíes, así como los vínculos entre la Hermandad Musulmana y EEUU, detalles que requieren de muchos escritos.
En conclusión: se trata de mezclar la religión con la política y fundirlas a través de métodos que puedan ser llamados “religionización de la política… y politización de la religión” para convertirlo en un proyecto político. De este modo, la religión se aleja del papel que le corresponde y se convierte en un instrumento al servicio de intereses de personas y grupos, en total contradicción con el espíritu de la religión como vínculo cultural de sociedades que profesan y practican sus creencias de forma libre y según las enseñanzas divinas. Lo más grave del caso es cuando se trata a la religión como un proyecto político de una confesión o comunidad: entonces se rebaja a los demás y se los margina y excluye de la religión (usando el método de takfir, es decir, acusarlos de ser ateos). Así es como desune a la nación y la lleva al abismo a partir de una lógica de exclusión, causando divisiones sociales dañinas al factor común nacional. Se comenzó a introducir la religión en la política –de forma forzosa— en 1928 por parte de la Hermandad Musulmana en Egipto, y comenzó a convertirse en un medio de terror, acoplándose a las ideas intrusas ajenas, sin vínculo alguno con la religión, debido a su pragmatismo político, y por vaciarla de los valores que representa.
La segunda década del Siglo XX registra el inicio de la lucha entre dos corrientes: la primera, la corriente nacional democrática, y la segunda: la llamada “el Islam Político”, cuando se comenzó a cargar la religión con contenidos partidistas y organizativos partiendo del lema “el Islam es la Solución”, y que la religión debe ser la piedra angular del estado.
No obstante el nacionalismo es el factor común unificador capaz de pasar por alto la división ficticia impuesta por el colonialismo británico–francés, y –de acertar sus programas— puede constituir un denominador común civilizado del pueblo y de la Nación y desempeñar, gracias a sus capacidades, el papel de una gran e importante fuerza en la palestra internacional y a nivel de la humanidad, siendo así capaz de continuar como un ente unido y único a partir de las posibilidades humanas, la diversidad cultural y las riquezas. Con la división ficticia, en cambio, la nación se disgrega, porque se han implementado y cristalizado los proyectos de división y de mayor fragmentación (dividiendo lo ya dividido), en lugar del factor unificador, fortificante y unionista. ¿Acaso no es esta la razón por la que se practica el terrorismo contra el Egipto del pueblo, el Egipto de la Revolución del 25 de Enero de 2011, y la Revolución del 30 de Junio de 2013…? ¡No es por ser la locomotora árabe! Sino que se trata de desarticular a Egipto, a partir de dividir a los árabes según creencias, confesiones, etnias… y esto es lo que vemos claramente en Siria, Iraq, Libia, Yemen…
En consecuencia, con un panorama árabe caracterizado por la debilidad, y la mínima participación regional, volvemos al punto de partida; la confrontación internacional por posicionarse en la zona árabe del Medio Oriente, lo cual caracterizamos, en nuestra introducción, como parte importante del proceso de transición del mundo unipolar a otro multipolar y democrático, de los regímenes totalitarios y corruptos de los países árabes y el Medio Oriente a las sublevaciones y revoluciones de los pueblos árabes y los programas: el pueblo quiere “pan, libertad, democracia, justicia social, el estado cívico-democrático”, y que se produzcan de forma pacífica y espontánea. Los acontecimientos del Medio Oriente apuntan hacia esos cambios, por medio de las convulsiones y luchas, y, en este mismo contexto, surge el fenómeno del terrorismo en niveles nunca antes vistos. EEUU, a pesar del deterioro de su posición y capacidades, no renuncia a sus posiciones y se aferra al ya decadente poderío, rechazando ceder el terreno a la participación de otros. Mientras, por otra parte, Rusia y China, y demás agrupaciones regionales e internacionales que los respaldan, ven el futuro en un mundo multipolar, democrático, basado en la Legalidad Internacional, el Derecho Humanitario e Internacional.
De ahí observamos la contundencia de la confrontación en los extremos, poniendo la paz mundial en serios peligros, cuando una fuerza fuera de control toma parte en el enfrentamiento, o se produce un enfrentamiento directo entre los grandes, debido a la fuerte y descontrolada competencia política, junto a los intentos de aislamiento y presiones económicas que se vislumbran en más de un rincón del mundo, pone la paz mundial en una situación muy inestable, susceptible a cualquier error.
Nos preguntamos sobre la posición de los polos de Europa Occidental, si quisieran liberarse del dominio norteamericano…¡¡hacia un mundo multipolar…!!
En una sola palabra, la lucha en los países árabes y el Medio Oriente es el punto de convergencia de los polos opuestos; entre el expansionismo sionista por un lado y, por el otro, el movimiento de liberación nacional y progreso palestino y árabe; entre los regímenes tiránicos y corruptos por un lado y, por el otro, las sublevaciones y las revoluciones por “el pan, la libertad, la democracia representativa, el estado cívico democrático, la justicia social, la igualdad ciudadana y la igualdad de género”; mientras la tercera dimensión es entre las alianzas regionales-internacionales versus “la politización de la religión y la religionización de la política” en su forma sangrienta, salvaje y destructiva.
Fuente: FDLP