Los partidos dominantes, causantes de los principales problemas que afronta el pueblo, no pueden ser la solución
Las elecciones del 24 de junio se llevaron a cabo bajo las condiciones del estado de emergencia, la desigualdad, el monopolio de los medios y el discurso político opresivo y polarizador del gobierno. Por lo tanto, la declaración de Erdogan de una «celebración de la democracia» -que justificó por la alta participación- no refleja la realidad. No se puede afirmar que la elección fuera justa o que se realizara en condiciones de libertad y de igualdad de oportunidades para la propaganda: la ‘Alianza Presidencial’ utilizó temerariamente todos los recursos del gobierno y convirtió su opresión en violencia física, causando la muerte de cinco personas en una elección sangrienta, cuya legitimidad seguirá siendo discutida.
A pesar de la confirmación de la presidencia de Erdoğan percibida en las urnas y la transición a un nuevo régimen, está claro que un sector considerable de la sociedad no está de acuerdo con un «régimen de un solo hombre».
Los partidos dominantes, verdadero origen de los problemas a los que se enfrenta la sociedad, no pueden resolver los problemas que han creado. El AKP y sus aliados son los arquitectos del alto desempleo, la corrupción, la política de opresión, la violencia y el belicismo; estos problemas se multiplicarán y aumentarán bajo el dominio continuado de estos partidos, y la vida de la sociedad entera se verá afectada por sus consecuencias catastróficas.
El sistema presidencial, basado en un «régimen de un solo hombre», ideado para el liderazgo ininterrumpido de Erdoğan, es un sistema político diseñado para servir a los intereses de la clase financiera. Está claro que el pueblo tendrá que pagar la factura de la desaceleración económica, incluida la elevada deuda externa; serán planteadas decisiones severas; y la opresión aumentará en este difícil período. De ahí que, a través de su declaración postelectoral, TÜSİAD (la Asociación Turca de Industria y Negocios) le haya dado al Ejecutivo la tarea de reformar y distribuir la carga tributaria entre las capas inferiores. Las clases dirigentes nunca se abstuvieron de utilizar el apoyo popular como base para las políticas agresivas, y no hay garantía de que vaya a actuar de otra manera de ahora en adelante. Hoy se puede ver que las condiciones de vida y de trabajo de todos los sectores de la sociedad, y principalmente de la clase trabajadora, irán a peor. Sin embargo, estas políticas agresivas: la prohibición de las huelgas, los aumentos de precios, la limitación de los derechos y las libertades democráticas, el belicismo tanto en el interior como en el exterior, también aumentarán las dificultades del gobierno.
Durante las elecciones, se declaró que la «Alianza Presidencial» era «local y nacional» y se afirmó que los que no la apoyaban eran terroristas. Los resultados de las elecciones no pueden ser democráticos cuando las campañas tanto del HDP como de los partidos de la «Alianza del Pueblo» fueron abiertamente atacadas. En las declaraciones de Erdoğan se puede advertir que estas agresiones no se limitarán al período electoral, sino que continuarán durante la construcción del nuevo régimen político.
El conflicto entre aquellos que están reestructurando el régimen en línea con los intereses de los monopolios y quienes luchan por el gobierno del pueblo, la democracia, los derechos y las libertades y exigiendo paz e igualdad no terminó con las elecciones: continuará.
Nuestro partido se esforzará por cumplir con su deber de asegurarse de que los obreros y trabajadores en general que han votado por Erdoğan y la Alianza Presidencial, con la esperanza de que arreglen los crecientes problemas del país, adviertan el tamaño de su error; y de asegurarse de que se unan al resto de su clase y se lancen a la lucha por su propio futuro y su liberación.
El “régimen de un solo hombre” tomará decisiones económicas, sociales y políticas agresivas que tendrán un impacto directo sobre las condiciones de vida y de trabajo, y que tendrán como objetivo todos los logros, derechos y libertades democráticas de los obreros, del conjunto de los trabajadores y de todos los demás sectores de la sociedad. Independientemente del resultado en las urnas, nuestra lucha contra el “régimen de un solo hombre” continuará.
Emek Partisi (Partido del Trabajo)
Oficina central