Con motivo del trigésimo aniversario de la masacre de presos políticos en el verano de 1988
Este año marca el 30º aniversario de la masacre de presos políticos en Irán. En el verano de 1988, el régimen capitalista de la República Islámica encabezado por el Líder Supremo y verdugo, el ayatolá Jomeini, ejecutó a miles de prisioneros políticos. Jomeini arrastró la guerra Irán-Iraq durante ocho años y, en el verano de 1988, se vio obligado a apurar el cáliz de veneno, declarando el alto el fuego y admitiendo semioficialmente la derrota. Para continuar con su gobierno medieval e intimidar a la sociedad, lanzó al demonio de la muerte sobre la cabeza de los prisioneros políticos y, con indescriptible crueldad y salvajismo, ordenó la ejecución de miles de esperanzados comunistas y revolucionarios. Jomeini llevó a cabo un baño de sangre sin precedentes en la historia contemporánea de Irán. Como el ministro de Inteligencia de Jomeini, Ali Falahian, declaró el año pasado, «El régimen islámico vio su supervivencia en la limpieza de las cárceles y la eliminación de sus enemigos, y esto se llevó a cabo con la orden del imán Jomeini».
La orden de Jomeini fue:
«En todos los casos, para cualquiera que todavía esté en desacuerdo con la República Islámica y cualquiera que sea la fase en la que se encuentra su caso, la sentencia es la pena de muerte. Destrúyase inmediatamente a los enemigos del Islam. Todos los casos deben revisarse lo más rápidamente posible».
Esta atmósfera de miedo e intimidación conmocionó a la sociedad y, durante la presidencia de Rafsanjani, la política gubernamental neoliberal de ajuste económico comenzó a clavar sus garras en el cuerpo de la sociedad. Los desastrosos resultados de esta política son muy claros hoy para todos los trabajadores y trabajadoras en Irán.
En esta horrible matanza, los camaradas Mehdi Mehralian (Hashem), Hojat Alian (Kiumars) y Farhad Pashaki, miembros militantes del Partido del Trabajo de Irán (Toufan), perdieron la vida junto a gran número de revolucionarios. Ellos sacrificaron sus vidas por la revolución iraní y no se sometieron al gobierno reaccionario de la República Islámica. Las fosas comunes descubiertas en Khavaran son testigo de los horrendos crímenes cometidos por todos los altos funcionarios de la República Islámica. El pueblo de Irán no perdona a los responsables de la masacre de prisioneros políticos, de la eliminación física de los luchadores por la libertad desde el comienzo del gobierno de los ayatolás, desde Teherán al Kurdistán, al desierto turkmeno, a las universidades y a los centros de trabajo… La sociedad iraní está impaciente por que llegue el día en que estos criminales sean juzgados.
Con motivo del trigésimo aniversario de la masacre de presos políticos en el verano de 1988, el Partido del Trabajo de Irán (Toufan) conmemora a los camaradas del Partido caídos y a todos los que llevaron a cabo un sacrificio supremo por la libertad, la igualdad, la independencia y la justicia social. ¡Convirtamos el dolor por esta ofensa criminal en un arma para intensificar la lucha contra el criminal régimen de la República Islámica de Irán y sus matones!
Partido del Trabajo de Irán (Toufan)