Felipe Annunziata, Redacción “A Verdade” órgano del PCR do Brasil
Las inundaciones en Libia, provocadas por el huracán Daniel, pueden haber matado a 20.000 personas. El país es víctima de 12 años de guerra civil y saqueo por parte de las potencias imperialistas.
Desde el día 9, la población de Libia, en el norte de África, sufre las consecuencias de las inundaciones provocadas por el huracán Daniel. Según el alcalde de Derna, la ciudad más afectada, unas 20.000 personas (o el 20% de la población de la ciudad) pueden haber muerto en el desastre.
El huracán arrojó una enorme cantidad de lluvia sobre el país norteafricano, provocando el colapso de una serie de presas y puentes sobre el Wádi que atravesaba la ciudad. Wádi es un tipo de río estacional que se encuentra en zonas del desierto del Sahara, donde se encuentra Libia. Durante la mayor parte del año el cauce del río está seco.
La ciudad de Derna, en el este, está atravesada por un Wádi, que alcanzó niveles históricos debido al huracán, que provocó el colapso de las presas. Imágenes aéreas muestran la ciudad libia completamente devastada, como si hubiera sido azotada por un tsunami.
Libia sufre 12 años de intervenciones imperialistas Libia hoy es víctima de una de las intervenciones imperialistas más brutales que se están produciendo en el mundo. Desde 2011, cuando la Unión Europea, Estados Unidos y grupos fundamentalistas derrocaron al presidente Muammar Gaddaffi, el país ha sido víctima de una guerra civil.
Hoy el país está dividido entre dos facciones apoyadas por potencias extranjeras. En el oeste, el llamado Gobierno de Acuerdo Nacional, que cuenta con el apoyo de Turquía, Italia y el Reino Unido, se concentra en la capital, Trípoli. En el este, donde se encuentra Derna, se encuentra el gobierno de la Cámara de Representantes de Libia y el Ejército Nacional Libio, apoyado por Rusia, Francia, Arabia Saudita y otros países de mayoría musulmana.
El hecho es que Libia, que tenía el IDH más alto de África en 2011, es hoy uno de los países más pobres del mundo. El imperialismo, especialmente el europeo, alimenta la guerra en el país para garantizar el suministro de gas y petróleo baratos desde el país. El pueblo libio es ahora víctima de una de las guerras olvidadas del mundo.
Con las inundaciones provocadas por el huracán Daniel, la explotación de Libia quedó al descubierto. La guerra civil y el expolio significaron que la nación africana no tenía servicios meteorológicos ni de defensa civil funcionales.
El huracán también provocó fuertes tormentas en Italia y Grecia, pero con muchos menos daños. La intervención imperialista hizo posible que el 20% de la población de una ciudad entera muriera en un desastre evitable.
La situación muestra que no hay solución para los pueblos del mundo sin la derrota de todas las potencias imperialistas. Los gobiernos en guerra en Libia hoy llevan a su pueblo a la muerte en nombre de los beneficios de tal o cual potencia extranjera. La única salida es la derrota de estos sectores reaccionarios y el establecimiento de un gobierno de trabajadores sin interferencia externa.