Zumarraga no se cierra – ACB adelante
Comité del PCE (m-l) en Euskadi
Si el 21 de enero, ArcelorMittal anunció la parada “temporal” e “indefinida” de la planta de Sestao (Acería Compacta de Bizkaia, sucesora de la antigua Altos Hornos de Bizkaia), el 15 de marzo la multinacional del acero mueve una nueva ficha y anuncia el cierre de la ArcelorMittal Zumarraga (la antigua Orbegozo), dejando en el paro a unos 330 trabajadores en cada una de las plantas, a los que hay que sumar otros 250 trabajadores de empresas subcontratadas, como consecuencia de la externalización que en los últimos años se ha ido incrementando.
En ambas plantas los trabajadores ya habíamos visto recortados sustancialmente los salarios bajo la amenaza de una supuesta inviabilidad empresarial. Los trabajadores de Zumarraga convocaron una manifestación que recorrió las calles de Zumarraga y Urretxu el sábado 19 de marzo, a la que acudimos camaradas del Partido portando banderas republicanas, que fue ampliamente secundada por el pueblo, al igual que ocurrió con la manifestación de los trabajadores de ACB en Sestao y de la que ya informamos.
Las movilizaciones y el encierro permanente que mantenemos los trabajadores de Sestao desde el anuncio de la parada de la planta, y la combatividad de los compañeros de Zumarraga, indican que la lucha es el único camino que nos queda a los trabajadores para defender nuestros puestos de trabajo. El miércoles 23 realizamos la primera concentración conjunta de las dos plantas afectadas frente a las dependencias del Gobierno Vasco en Lakua, denunciando la pasividad de las instituciones ante la bravuconería de la multinacional.
Los trabajadores estamos demostrando que, pese a la influencia mediática del “ciudadanismo” y el intento de hacer desaparecer la conciencia de clase, sabemos defender nuestros derechos y que la clase obrera debemos organizarnos, empezando por exigir un sindicalismo combativo y de clase y por la unidad de acción sindical en defensa del empleo.
Pese a los intentos de la empresa de desviar la responsabilidad a las importaciones de acero procedente de China o al coste de la energía eléctrica, tenemos que denunciar que el responsable sólo es ArcelorMittal. La empresa tiene sedes en paraísos fiscales como Luxemburgo, donde está la sede principal, y la planta que ArcelorMittal tiene en China tiene su sede en otro paraíso fiscal como son las Islas Bermudas. La empresa, que curiosamente solicita aranceles para el acero chino, guarda silencio para las importaciones de acero de sus propias plantas en China o sobre el acero importado en sus fábricas de Brasil.
Los trabajadores tenemos claro que esto solo tiene un nombre: Capitalismo. Cuando la empresa ha tenido beneficios, estos eran privados; y ahora la empresa pretende utilizarnos como peones con el objetivo de que seamos nosotros quienes exijamos a las instituciones, tanto nacionales como europeas, que las pérdidas sean socializadas. A este respecto, fue curiosa la manifestación convocada por la patronal del acero europeo el 15 de febrero en Bruselas, en la que exigió la presencia de los sindicatos y trabajadores. Ante esta situación, la propuesta de la clase obrera solo puede ser la renacionalización de la industria siderúrgica.
Por la nacionalización de la industria siderúrgica y empresas energéticas
Por una economía planificada