Redacción
QUE NO TE ENGAÑEN: en la crisis actual entre la Rusia de Putin y Ucrania, no están en juego los intereses de los respectivos pueblos. Las amenazas de la OTAN de intervenir en el conflicto no pretenden tampoco salvaguardar los intereses de los pueblos europeos, sino reforzar la posición hegemónica de EEUU entre las potencias imperialistas. Este conflicto forma parte de la pelea entre Rusia, China, EEUU y la UE por imponer los intereses de sus respectivas oligarquías financieras en un periodo de crisis del imperialismo.
El Gobierno de coalición español, que se define a sí mismo como «el más progresista de la historia», ha decidido implicarnos en un conflicto ajeno que puede traer graves consecuencias para la seguridad de nuestro país.
Los lamentos de plañidera de los ministros de UP en el Consejo de Ministros o ante las cámaras de televisión no son más que otra excusa para encubrir su actitud de convidados de piedra cuando están en juego los intereses del capital financiero. Los mismos que consensúan la reforma laboral con la gran patronal, agachan la cabeza escudándose en su socio de coalición.
Los ministros de UP deben abandonar un Gobierno que decide actuar en otro país, siguiendo órdenes de una potencia y sabiendo que con ello crea una situación de inseguridad al país que representa.
No es el único lugar en el que el ejército español participa en tareas de apoyo a los intereses imperialistas: hoy, unos 3000 militares españoles participan en 17 misiones en el extranjero bajo mando de otra potencia, sin que la soberanía española esté comprometida en ellas.
No es tampoco la primera vez que el ejército español se ve implicado en la agresión a otro pueblo. En 2011 participó en el conflicto de Libia, hoy dividida en dos partes controladas por Rusia y EEUU respectivamente. No debemos olvidar que el exgeneral Julio Rodríguez, exjefe del Estado Mayor de la Defensa, asesor militar del presidente del Gobierno y máximo responsable operativo de las Fuerzas Armadas españolas en la intervención de la OTAN en Libia, hoy es dirigente de Podemos.
La retirada de las fuerzas imperialistas de Afganistán en agosto pasado, tras la caída del gobierno títere de EEUU, negociada con los talibanes entrenados y armados militarmente y defendidos políticamente por las potencias reaccionarias del Golfo (Dubai, Arabia Saudí, Qatar, etc.), fue el último y vergonzoso ejemplo de la participación del ejército español en conflictos ajenos.
Con su actitud, el Gobierno prueba una vez más que incumple las tres condiciones que fijó en el referéndum de marzo de 1986 (celebrado con una abstención de más del 40%), demostrando una vez más su nulo compromiso con la verdad y con la seguridad de nuestro país. Esas condiciones significaban que 1) España no se incorporaría a la estructura militar integrada de la OTAN; 2) se prohibía instalar, almacenar o introducir armamento nuclear en territorio español y 3) se reduciría progresivamente la presencia militar de EEUU en España.
Hoy como siempre:
¡NI GUERRA ENTRE PUEBLOS,
NI PAZ ENTRE CLASES!
¡OTAN NO, BASES FUERA!