Diario Evrensel, Turquía
El líder del Partido Kurdo, Öcalan, quien lleva más de 20 años en prisión, declaró que su partido, el PKK, debería deponer las armas. Las guerrillas kurdas de este partido, han tenido las armas en sus manos desde 1984. Se sabe que hubo negociaciones entre Öcalan y los representantes del Estado y, al final, Öcalan hizo un llamamiento a sus organizaciones a través de los parlamentos del partido kurdo legal que fueron a la prisión donde está, en una isla y hablaron con él, recibieron su carta y la leyeron en una reunión en Estambul.
La llamada de Abdullah Öcalan. Expectación, ansiedad e incertidumbre, Yusuf Karadas
El líder del PKK, Abdullah Öcalan, pidió a su organización que convocara un congreso, depusiera las armas y se disolviera. El proceso fue dirigido por el líder del MHP, socio del gobierno, Devlet Bahçeli, continuó con las conversaciones de la delegación del Partido DEM con Öcalan y entró en una nueva fase con el llamamiento de Öcalan a la disolución del PKK.
Por otra parte, antes de pedir al PKK que convoque un congreso y deponga las armas, Öcalan hace hincapié en la reorganización de las ancestrales relaciones turco-kurdas en un espíritu de hermandad y señala que esto sólo es posible mediante la política democrática y la reconciliación. Por lo tanto, ya podemos decir que los pasos que se den y la dirección de la evolución del proceso hasta que el PKK convoque un congreso serán determinantes para las decisiones que se tomen en ese congreso. (…) el anuncio de hoy tiene un significado y una importancia históricos. En un ambiente político en el que la política de la región (Oriente Medio) y del país es muy activa, es posible resumir el impacto del llamamiento de Öcalan en tres palabras: Expectación, miedo e incertidumbre.
Expectativa: El llamamiento de Öcalan para que el PKK deponga las armas y se disuelva crea una cierta expectativa entre el pueblo kurdo y las fuerzas democráticas, así como en el Estado y el poder gobernante, aunque la dirección de la expectativa es diferente.
El mensaje de Öcalan en 2013 había creado esperanza entre el pueblo kurdo y las fuerzas democráticas por una solución democrática a la cuestión kurda y la democratización. Aunque la última declaración ha creado una cierta expectativa entre el pueblo kurdo por una solución democrática y el desarrollo de una política democrática, los acontecimientos del pasado llevan a un enfoque más cauteloso de gran parte de la población hacia el proceso actual. Hemos visto que este enfoque cauteloso también se refleja en las declaraciones del PKK.
El gobierno y el Estado, por su parte, han reducido el proceso desde el principio a que el PKK deponga las armas y se liquide a sí mismo. La razón que impulsó a Bahçeli a iniciar un nuevo proceso fue la preocupación de que la aparición de Israel como potencia impactante en la transformación de la región limitara el margen de maniobra de Turquía y que en este proceso se eliminaran los posibles riesgos de conflictos derivados del problema kurdo. En otras palabras, el gobierno no trata de resolver el problema kurdo, sino de prevenir los riesgos que el PKK, la administración autónoma de Rojava y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) podrían suponer para sus propias políticas.
Preocupación: La mencionada actitud del gobierno hace temer seriamente que el nuevo proceso se desperdicie. Esta preocupación no es infundada; mientras esperaba la llamada de Öcalan, el gobierno nombró síndicos en los municipios del partido DEM. Los municipios que se ganaron a través del «consenso urbano», una alianza de fuerzas democráticas, especialmente el CHP y el partido DEM, también se incluyeron en el ámbito de los ataques … contra amplios sectores del trabajo y la democracia, desde periodistas a sindicalistas, partidos y organizaciones dedicados a la política democrática.
Todos estos acontecimientos hacen temer que el gobierno intente utilizar este proceso para su propia supervivencia e intereses, desde la candidatura de Erdoğan hasta la nueva Constitución, y que acabe con él si no le favorece.
Incertidumbre: Uno de los aspectos más sorprendentes de la declaración de Öcalan es que no hizo un llamamiento explícito a Rojava y las FDS. Esto se debe a que las incertidumbres creadas por la presencia de muchos actores sobre el terreno en cuanto a la configuración de la nueva Siria dificultan hacer un llamamiento explícito sobre esta cuestión.
Al igual que los acontecimientos en la región desempeñaron un papel decisivo en el inicio del nuevo proceso por parte de Bahçeli, las consecuencias del llamamiento de Öcalan no vendrán determinadas únicamente por el Estado turco, el PKK y las SDF. Muchos actores, desde Estados Unidos e Israel hasta los Estados del Golfo, Rusia e Irán, pasando por el PDK y el YNK en la administración del Kurdistán iraquí, desempeñarán un papel importante en este proceso. El hecho de que todos los actores sobre el terreno tengan un enfoque que no duda en instrumentalizar la cuestión kurda para convertir los acontecimientos en su propio beneficio está arrastrando este proceso a una grave incertidumbre. Por supuesto, la negativa del gobierno de Erdoğan en Turquía a crear los mecanismos y las bases jurídicas necesarias para la solución del problema tiene un gran impacto en esta incertidumbre.
Para ver en qué dirección se desarrollará esta incertidumbre, es necesario esperar al resultado de las negociaciones entre el nuevo gobierno de HTS en Siria y la Administración Autónoma de Rojava y las SDF.
En conclusión, el llamamiento de Öcalan abre la puerta a una nueva era en términos de silenciar las armas y ampliar el espacio para la política democrática en medio de expectativas, preocupaciones e incertidumbres. Sin embargo, para abrir esta puerta de par en par y convertir las expectativas en posibilidades, las preocupaciones en esperanzas y las incertidumbres en voluntad de solución democrática y de paz, es necesario establecer la más amplia unidad de lucha de las fuerzas del trabajo, de la paz y de la democracia.