Octubre nº 77
La mayoría de los tunecinos que han votado el domingo 26 de octubre tenían ante sí un dilema: eliminar por la votación al partido islamista, vencedor en las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente en 2011, y a sus aliados, dada la catastrófica gestión llevada a cabo durante sus dos años de mandato.
Lo que se ha logrado parcialmente, ya que el partido En Nahda ha perdido más de un cuarto de sus electores y una parte de sus diputados, que han pasado de 89 a 69, y sobre todo el primer lugar, que le hubiera permitido formar el nuevo gobierno.
Es el partido Nidà Tunis («Llamamiento por Túnez»), constituido por un antiguo ministro de Burguiba y ex primer ministro a raíz de la revolución, el vencedor de estas elecciones. Está compuesto por un conglomerado de elementos a los que nada unía, salvo la gestión caótica de los islamistas, que han arriesgado el futuro del país al tratar de cambiar por la fuerza el modelo de sociedad y volver a los modelos «modernistas».
Al lograr 85 escaños, este partido de tendencia liberal está llamado constitucionalmente a formar el próximo gobierno. Empero, hay que destacar sobre todo la victoria del Frente Popular, que permite a la izquierda, por vez primera en la historia del Túnez independiente, estar representada en el Parlamento y formar grupo: 15 militantes del Frente han sido elegidos en las regiones más pobres del país. Esta victoria es tanto más meritoria dado que el Frente Popular, sin apenas medios materiales, ha debido afrontar una campaña en la que el dinero se distribuía «generosamente» para comprar el voto de los más pobres con promesas alucinantes.
Los militantes del Frente, mujeres y hombres, jóvenes y menos jóvenes, merecen que los felicitemos por el coraje con el que han llevado a cabo la campaña, sin medios, basándose sólo en sus esfuerzos, su entusiasmo y su capacidad de imaginación. Han recorrido el país, puerta a puerta, llevando valerosamente el debate allá donde era necesario, y eso durante todos los días de la campaña: en las fábricas, en lo barrios populares de las ciudades, y también en las zonas rurales más recónditas del país. El portavoz del Frente y candidato para las elecciones presidenciales, Hamma Hammami, ha batallado apoyando a sus camaradas y las listas del Frente en casi todas las regiones del país.
Señalamos que, pese a todo, el número de escaños obtenidos está por debajo no sólo de las aspiraciones de los militantes del Frente, sino también de su presencia real: las campañas de denigración de la prensa burguesa, y sobre todo en las mezquitas, la influencia del dinero «sucio» y el llamamiento al «voto útil» para derrotar al partido islamista… Todos esos elementos hay que tenerlos en cuenta para comprender los resultados obtenidos.
Orgullosos del trabajo realizado, los militantes del Frente Popular ya trabajan para las elecciones presidenciales y por su candidato, el camarada Hamma Hammami.