Por P. Recife
¿Una herramienta represiva contra la clase obrera?
En anteriores artículos ya hemos visto diversos aspectos de cómo es utilizada la tecnología por el capitalismo para su sostén y desarrollo, para su crecimiento y acumulación de capital pero nunca para los intereses de la inmensa mayoría de la Humanidad. Pero también hemos visto cómo trata de controlar nuestras vidas por diversos medios telemáticos. En esta y siguientes entregas tratamos algunas tecnologías que pasan desapercibidas pero que sirven, o pueden servir, para controlar y, en última instancia, reprimir.
En enero del año pasado fue presentado en Lleida, por el denostado Ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, acompañado por el director de la policía, Ignacio Cosidó, el nuevo DNI electrónico. Esto no tendría mayor relevancia si no fuera porque este nuevo DNI, que es obligatorio para cualquier ciudadano, trae innovaciones de dudosa legalidad y respeto a la intimidad de las personas.
«La segunda característica es la instauración de un Poder público, que ya no coincide directamente con la población organizada espontáneamente como fuerza armada. Este Poder público especial hácese necesario porque desde la división de la sociedad en clases es ya imposible una organización armada espontánea de la población… Este Poder público existe en todo Estado; no está formado solamente por hombres armados, sino también por aditamentos materiales, las cárceles y las instituciones coercitivas de todo género, que la sociedad gentilicia no conocía.» (F. Engels, El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado).
Conviene recordar estas palabras de Engels citado por Lenin que explica: “Engels desarrolla la noción de esa “fuerza” a que se da el nombre de Estado, fuerza que brota de la sociedad, pero que se sitúa por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella. ¿En qué consiste, fundamentalmente, esta fuerza? En destacamentos especiales de hombres armados, que tienen a su disposición cárceles y otros elementos”. (El estado y la revolución, V.I. Lenin). Entre esos aditamentos materiales y otros elementos que citan ambos es dónde entra en juego el DNI 3.0.
El auge y continuidad de las movilizaciones, luchas, huelgas, paros, manifestaciones populares por la defensa de sus derechos llevaron al gobierno de Rajoy a aplicar una serie de medidas restrictivas y represivas en los primeros meses de 2015. Se presenta en enero el DNI 3.0 que entra en vigor en junio de ese año y en marzo se aprueba la conocida popularmente como Ley Mordaza (ley de seguridad ciudadana) que, entre otras cuarenta medidas medidas, sanciona hasta con 600 mil euros la resistencia pacífica y las sentadas, parar un desahucio o fotografiar o hacer un vídeo a la policía. El Estado, la oligarquía en el poder, ejerciendo su labor coercitiva contra sus clases antagónicas: la clase obrera y trabajadora.
En la presentación del DNI 3.0, el ministro señaló las excelencias del nuevo documento que nos facilitará las gestiones online que requieran el uso del carné de identidad que evitará que sea necesario disponer de un lector de tarjetas o andar peleando con drivers. Pero el ministro se olvidó (o quizá su burricie tecnológica se lo impidió) mencionar con la misma contundencia y detalle expositivo las características técnicas y otros usos que de ese documento se pueden desprender.
Hasta ahora, nuestros carnés, disponen de un chip que permiten su lectura introducidos en una máquina (lector) para ese efecto. La novedad más destacable del nuevo carné es que dispone de tecnología RFID (Radio Frequency Identification) es decir, de un sistema de identificación por radio frecuencia. ¿Qué quiere decir esto?, pues en principio que todos los datos de nuestro carné pueden ser obtenidos por la policía (o cualquiera) a distancia. Algo que el ministro confirmó de pasada y que ha levantado agrias polémicas entre los expertos en el tema.
La tecnología RFDI no es nueva1 y se usa ampliamente con las mercancías de superficies comerciales, equipajes facturados o el chip identificador de una mascota que llevan adherido un dispositivo que permite hacer su seguimiento. La tecnología RFID hace posible la autoidentificación de un objeto (o un ser vivo como el caso de las mascotas) que contiene una emisora de radio. En el estado actual de desarrollo, el abaratamiento de los costes y la reducción en su tamaño permite que estas emisoras sean lo suficientemente pequeñas como para tener la forma de etiquetas adhesivas o chips pudiéndose incorporar casi a cualquier objeto o ser vivo. Gracias a estas microemisoras o transpondedores (tags) el portador puede ser localizado a una distancia variable, desde pocos centímetros hasta varios kilómetros. La distancia de recepción, fiabilidad y velocidad de la transmisión y la capacidad de información emitida, depende de varias características de los tags como pueden ser la frecuencia de la emisión, la antena o el tipo de chip que se use para cada aplicación específica (precisamente esto es lo que el ministro no aclaró y que desató toda la polémica que aun hoy continúa).
El peligro residirá en si podemos ser identificados remotamente como sospechan algunas fuentes a falta de mas información. No obstante, la realidad se impone y ese escenario no parece que sea real, porque para poder acceder a los datos del nuevo DNI de forma remota es necesaria una clave de acceso única para cada documento. Esa clave está impresa en el DNI y en realidad no es nada nuevo, ya que es como el pasaporte que se lleva varios años utilizando, que también tiene tecnología RFID. Han pasado años y seguimos sin noticias de que alguien haya conseguido vulnerar el sistema, aunque con la tecnología ya se sabe que nada es seguro al 100%.
En opinión de otros expertos, “el paso a RFID, lejos de ser un movimiento ladino del gobierno para identificar manifestantes, va en el sentido de que se pueda usar desde dispositivos móviles y por consiguiente se le pueda sacar más utilidad. Actualmente, el hecho de necesitar lectores de tarjeta, ha sido un mazazo a la usabilidad ya que casi nadie los tiene o los quiere usar, pero ¿quién no va a tener un móvil con RFID de aquí a 3 años? Los habrá, seguro, igual de seguro que el número de personas que los tengan será notablemente superior al que hoy día tiene lector de tarjetas smartcard”.
Lo cierto es que, si ahora las fuerzas represivas del Estado ya se ensañaban a la hora de usar las identificaciones como método de control y represión, con esta nueva herramienta en su haber podrían tenerlo más fácil, si su alcance y tecnología utilizada es de otras características que no se hayan dicho2. No necesitarían justificar el porqué de una identificación, porque podrían saber quiénes somos a distancia, sin molestarse a solicitarnos que les mostremos el DNI. En todo momento estaríamos vigilados y controlados sin que nosotros mismos nos diéramos cuenta. Las consecuencias de ello podemos imaginarlas. El gobierno, al servicio de los monopolios, podría usar este nuevo DNI para identificar quién acude a las manifestaciones o a las huelgas y qué hace, creando así inseguridad entre los asistentes a las convocatorias.
La idea no es descabellada, en los medios de comunicación ya han sido denunciados los ficheros policiales ilegales de datos sobre personas organizadas. Ya hace mucho que la policía dejó de molestarse en ocultar de verdad que tiene una base de datos con nombres, apellidos y más información sobre gente con afiliación política y/o sindical obtenida ilegalmente. Este dispositivo les permitiría incrementar esos datos.
Obviamente, el proceso de implementación del DNI 3.0 será lento, pues muchos ciudadanos no van a renovarse el documento de identidad en breve. Los que acaban de renovárselo antes del verano del 2015, no tendrán el nuevo carné hasta dentro de diez años y es probable, muy probable, que para entonces ya hayan surgido o desarrollado otras tecnologías que nos inquieten aun más.
1 Probablemente su origen se remonta a los años 20, aunque parece que ya se empieza a utilizar durante la Segunda Guerra Mundial, donde comenzó su uso para que los aviones se identificasen como “amigos” ante sus propios efectivos. Con el tiempo, esta idea se traslada a sistemas más reducidos, sirviendo para el seguimiento de personal y equipamiento militar hasta que dos empresas norteamericanas comienzan su comercialización civil a finales de los años 70.
2 Hay una enorme variedad de técnicas RFID, existen diferentes tipos dependiendo de la fuente de energía que utilicen, la forma física que posean, el mecanismo que utilicen para almacenar datos, la cantidad de datos que pueden almacenar, la frecuencia de funcionamiento o de la comunicación que utilizan para transmitir la información al lector. Hay tags pasivas, activas y semipasivas. Dependiendo de la frecuencia de operación, las tags se pueden clasificar en baja, alta, ultra alta frecuencia y microondas. La frecuencia de operación determina aspectos del tag como la capacidad de transmisión de datos, la velocidad y tiempo de lectura de éstos, el radio de cobertura y el coste del mismo.