C.Hermida
David Uclés (Úbeda, 1990) ha tardado quince años en escribir esta novela sobre la guerra civil española de 1936-1939. Pero no se trata de otro relato más sobre la contienda. El autor narra la peripecia de la familia Ardolento, asentada en Jándula, un imaginario Macondo andaluz que se corresponde con el pueblo jienense de Quesada, y sitúa el escenario bélico en Iberia. En el extenso relato, de 700 páginas, se mezclan realidad y ficción, recreando los acontecimientos en un universo de realismo mágico que debe mucho a García Márquez.
Los hechos y los personajes históricos aparecen inscritos en las vicisitudes de los miembros de la citada familia a lo largo de la guerra. Sucesos fantásticos, donde se mezcla el surrealismo y lo onírico, junto a descripciones duras de la crueldad del conflicto bélico, conforman una novela extremadamente original en la que interviene también en determinados momentos la voz del autor.
La rutinaria vida del pueblo, con sus faenas agrícolas, sus creencias ancestrales, las supersticiones populares y los ritos seculares, se ve sacudida por la sublevación militar y una larga guerra de tres años que acabará con los cuarenta miembros de la familia del protagonista: Odisto Ardolento.
El autor se ha documentado a fondo sobre la guerra de España y ha visitado decenas de ciudades y pueblos durante los largos años que ha durado la escritura de La península de las casas vacías. El resultado es un inmenso fresco en el que aparecen Alberti, Unamuno, Robert Capa, María Zambrano, María Teresa León, Picasso y otros tantos intelectuales, políticos y militares de la época.
Estructurada en cuatro partes, David Uclés ha conseguido crear una magnífica novela, con un lenguaje original, y contarnos un episodio trascendental de la historia de España, que ha tenido, y sigue teniendo, profundas consecuencias en la vida política de nuestro país. No es, desde luego, una novela histórica convencional, pero consigue transmitirnos fielmente la ferocidad del conflicto, la destrucción de la convivencia, la brutalidad de la represión y todo el dolor que provocó la rebelión militar de julio de 1936.
Sin alcanzar la calidad literaria de Juan Benet, Chaves Nogales, Joan Sales o Juan Iturralde, que escribieron magníficas novelas sobre la contienda, a David Uclés se le puede situar ya, por su madurez narrativa y su sólida escritura, entre los novelistas más prometedores del actual panorama literario español.