David Marí
A raíz de la III Escuela de Primavera surgieron conversaciones fuera de las charlas y debates programados que giraban en torno a la cuestión de la República. Más concretamente, la relación que tiene la juventud trabajadora y estudiantil con el concepto que la República Popular y Federativa.
Para empezar, ¿qué es la República Popular y Federativa? Primeramente, una república consiste en un gobierno en el que la monarquía no exista y se le expropie de todas las posesiones que haya conseguido mediante el sufrimiento de los pueblos. En el caso de España, durante la dictadura franquista la monarquía española consiguió una posición de poder que alcanza hasta el día de hoy.
Pero no sería suficiente para considerarla popular. Para serlo, el estado debería estar en manos del pueblo, quien organizará la lucha para acabar con la opresión y la explotación por parte de la gran burguesía hacia la mayoría. Una reorganización de las tierras, la expropiación de viviendas para el establecimiento de un parque público de vivienda y el fin del apoyo a las guerras que oprimen a los pueblos, como por ejemplo Ucrania y Palestina, serán algunas medidas que el estado asegurará, en detrimento de los intereses de las grandes fortunas.
Por último, el carácter federativo de la república consiste en la defensa del derecho a la autodeterminación de los pueblos. Esto no significa solamente que los pueblos puedan decidir si independizarse o no, sino que, además, serán capaces de decidir su propio destino en todos los aspectos: educación, sanidad, vivienda, industria, agricultura, espacios naturales, transporte, etc. Los comunistas lucharemos hasta las últimas consecuencias para defender este derecho a la autodeterminación, aun cuando no estemos de acuerdo con la independencia.
Pasando a la situación del movimiento republicano actual, en todos los territorios vemos un desarraigo por parte de los jóvenes hacia la reivindicación de esta forma de gobierno de las clases populares que planteamos y defendemos. También en todos los territorios observamos un discurso hegemónico promulgado por las organizaciones memorialistas y republicanas que llama solamente a realizar actos por la memoria histórica o, como mucho, plantean reivindicaciones parciales y conciliadoras con el gobierno de turno.
Es de esperar que a una juventud que no puede acceder a una vivienda digna, que presencia la amenaza de guerra diariamente y que tiene delante un futuro incierto y gris, este discurso le parezca baldío. Por otra parte, las acciones de las, cada vez menos, plataformas y coordinadoras memorialistas y republicanas se basan en concentraciones y encuentros folclóricos que poco o nada tienen que ver con la lucha de una tercera república.
En una situación en la que la juventud se echa a la calle para luchar por sus derechos, a estas organizaciones ni se les ve el pelo. Ignoran los problemas fundamentales y se dedican a realizar todos los años los mismos actos, esperando la situación cambie por ciencia infusa.
Además, la cuestión nacional parece que se ha olvidado o ha quedado en un segundo plano, mientras que sigue siendo un problema que moviliza a amplios sectores de jóvenes de las distintas nacionalidades españolas. La vulneración del derecho de autodeterminación de los pueblos es un tema del que debemos hablar y debatir ampliamente con los jóvenes que se politizan a través de estas reivindicaciones. El carácter federativo de la República popular existe para defender este derecho y solventar de una vez por todas las reivindicaciones de los sectores populares de las distintas nacionalidades.
Por ejemplo, en València hace poco tuvo lugar la votación en la que los padres decidirían si sus hijos estudiarían en valenciano o en castellano. La burguesía, tanto nacional como regional, promociona estos debates para causar una división en las clases populares. Aunque apoyada por los partidos nacionalistas de izquierda, la manifestación y movilización en defensa del uso del valenciano movilizó a un sector importante de la población. Nosotros debemos presentar la alternativa y defender el derecho de autodeterminación de los pueblos. Este aspecto de la república es fundamental.
Por lo tanto, es nuestro papel estar presentes en estos frentes y compartir nuestro programa político con nuestra clase, planteando soluciones reales a problemas reales. Respondiendo a las preguntas de las clases populares con claridad y honestidad. Sólo así los trabajadores y estudiantes que comparten con nosotros espacio de lucha, empezaran a interesarse por lo que tengamos que decir acerca de la República Popular y Federativa. De cómo trabajar para construir un poder popular les otorgará la posibilidad de luchar para resolver sus problemas.
Que sirva de ejemplo, entre otros tantos en los que estamos presentes, el trabajo del Colectivo Republicano de Salamanca entre la juventud, que ha conseguido tener una presencia y prestigio en la vida política de la ciudad universitaria. Los eventos, actos y manifestaciones que convocan consiguen presentar de una forma efectiva a los jóvenes de Salamanca la necesidad de luchar por la III República. Es importante destacar el trabajo del colectivo en otros frentes como, por ejemplo, en la acampada universitaria por Palestina. Esta diversificación, lejos de entorpecer la lucha, ha atraído a jóvenes estudiantes y trabajadores que ahora trabajan en la construcción de una alternativa popular.
¡VIVA LA REPÚBLICA POPULAR Y FEDERATIVA!
¡VIVA LA LUCHA DE LA CLASE TRABAJADORA!