Sí a la lucha por la libertad de expresión
No al oscurantismo y la xenofobia
No a la «unidad nacional» con la reacción
Sí a la solidaridad y la fraternidad
El asesinato de 12 personas, entre ellas los principales diseñadores y periodistas de Charlie Hebdo, despierta gran emoción y rabia en nuestro pueblo.
Es la libertad de expresión, de crítica, el derecho a la burla, lo que los autores de este crimen inmundo querían asesinar.
Es para decir «no», no cederemos, no nos dejaremos intimidar, para lo que decenas de miles de personas salieron a las calles, la misma noche de este atentado cuyo objetivo es sembrar el terror e instaurar el miedo.
El otro mensaje de estas manifestaciones es el rechazo y la condena de cualquier confusión que alimente la islamofobia.
Hace semanas que «intelectuales» vierten su odio contra el Islam frente a los micrófonos y en los platós de la televisión. Y hoy, los lugares frecuentados por los musulmanes son blanco de ataques. Como dijimos en nuestro comunicado del 7 de enero, «hay que detener la instrumentalización de la religión, la que sea, para dividir y socavar los valores de fraternidad y tolerancia». Por eso, defendemos la laicidad, el derecho de toda persona a creer y a no creer, el derecho a criticar cualquier religión y a mofarse de ella.
El presidente de la República reiteró enérgicamente que Francia estaba en guerra contra el terrorismo. Este discurso recuerda al Bush tras el 11 de septiembre. Varios medios de comunicación y responsables políticos retoman esta comparación y llaman, con ella, a la «unidad nacional».
No queremos esta «unidad nacional».
Es cierto que Hollande y su gobierno han cometido verdaderas guerras en varios frentes: en Malí, en el Sahel y en coaliciones, como en Irak. Estas guerras no sólo están destinadas al fracaso –basta con ver la situación en Irak y Afganistán–, sino que alimentan los grupos yihadistas en hombres y simpatizantes. Es por eso que nuestro Partido, y otros, siempre han denunciado esta política de guerra, que se acompaña de alianzas con fuerzas reaccionarias y que se inserta en la peligrosa visión del «choque de civilizaciones».
No queremos más unidad nacional con la derecha. Una derecha que considera normal que esta unidad se amplíe al Frente Nacional.
En el contexto actual, no es esta «unidad nacional» la que necesitamos, sino unirnos en el combate contra la política de miseria y guerra, por la fraternidad y la solidaridad entre los pueblos.
La unidad por la que luchamos es la unidad del pueblo, de la clase obrera en torno a sus intereses y los de los pueblos. Es la unidad en el combate por el progreso social y la democracia.
París, 8 de enero de 2014
Partido Comunista de los Obreros de Francia