F. Ramos
Con el reciente pacto sobre salarios firmado por CEOE, CCOO y UGT quieren imponernos al conjunto de trabajadores/as que renunciemos a una auténtica subida salarial que como mínimo tendría que asegurar la recuperación del poder adquisitivo perdido, aún cuando el objetivo de cualquier acción sindical de clase que se precie es conseguir incorporar al salario la mayor parte posible de los grandes beneficios que vienen recaudando la gran patronal y el poder financiero.
El Gobierno PSOE-UP ha contribuido y mucho a poner las condiciones para facilitar el entreguismo de las direcciones de CCOO y UGT, que por practicar la política de paz social y desmovilización (¿dónde quedó el “otoño caliente” que pregonaban…?) obtienen prebendas del dinero público y muy especialmente de la gestión de los planes de pensiones privados de empresa, generalizados por la Ley 12/2022.
La ridícula subida salarial anunciada para pactar en los años 2023, 2024 y 2025 en los Convenios Colectivos es una “recomendación a las partes” y no una base mínima obligada a partir de la cual poder reivindicar e imponer la mayor subida posible en la nómina de centenares de miles de trabajadores/as, que está “congelada” incluso desde hace años.
Otros centenares de miles han visto cómo en el año 2022, en el que la inflación oficial fue de un 8,5%, su salario subió de media sólo un 2,8%, y para más “ inri” en buena parte de los Convenios Colectivos firmados en ese año ya no se aplicó subida salarial alguna para el año o años anteriores con Convenio caducado. En esa línea, este pacto deja fuera de todo compromiso el año 2022, buscando que para el mismo se acepte en las mesas negociadoras y por la parte social la renuncia a exigir subida salarial, exigencia de la Patronal que ahora viene apoyada con la firma sindical y la bendición del Gobierno que espera réditos en las urnas en año electoral.
La cláusula de revisión salarial a la que refiere el pacto no implica el abono retroactivo de atrasos. Esto es todo lo que nos ofrecen cuando la brutal escalada de precios es constante y sin control (los alimentos son un 16,5% más caros), lo que contrasta con los superbeneficios de patronal y bancos, que además reparten dividendos entre sus accionistas y suben salarios de directivos como antes no habíamos visto. Y hasta podemos pensar que si no tuvieran algo de miedo al “contagio” de la situación de lucha obrera que se vive en Francia, ni esta burla se hubieran molestado en presentarnos.
Finalmente, llamamos la atención sobre dos hechos a tener en cuenta: este pacto implica una importante merma de ingresos para la Seguridad Social, puesto que éstos van en función de la cuantía de los salarios; y el desarrollo de la ya referida Ley 12/2022 va a implicar que parte de la subida que al final se pacte en cada Convenio no irá a la nómina y al bolsillo de los trabajadores, sino a engrosar los fondos de planes de pensiones de empresa.
La conclusión está clara: en los sectores productivos, en las empresas, en los centros de trabajo…hay que organizarse para dar una auténtica batalla sindical de clase, capaz de convertir el pacto en papel mojado y romper los límites que nos quiere imponer. Nuestra unidad y nuestra fuerza valen más que sus engaños y maniobras, de los que sólo podemos esperar retrocesos y empobrecimiento.