Comité del Pais Valenciá del PCE (M-L)
El pasado domingo, 29 de septiembre, volvimos a darnos cita en el cementerio civil de Murcia para honrar la memoria de nuestros camaradas José Luis Sánchez-Bravo, Xosé Humberto Baena y Ángel García Sanz, fusilados en 1975 junto a los militantes de ETA “Txiki” y Otaegui, y para rendir homenaje a todas las víctimas de la dictadura franquista.
En esta ocasión, a las organizaciones convocantes -PCE (m-l), JCE (m-l), PCE-RM, PCPE y JCPE- y a las que apoyaban el acto (CGT y las memorialistas FAMHRM y CAMDE-PV) se sumó un nutrido grupo de personas que nos acompañó en el recorrido por diversos lugares de memoria.
En primer lugar, nuestro camarada Roberto dio lectura a un comunicado del Partido ante la tumba de Sánchez-Bravo, donde depositamos un gran ramo de flores tricolor en presencia de su familia, tras lo cual todos los asistentes entonamos La Internacional y vivas a la República, al Socialismo y al PCE (m-l).
A continuación, las organizaciones intervinieron ante el monumento a los caídos por la libertad, a escasos metros de la tumba de nuestros camaradas. Allí se hizo también una ofrenda de claveles en un ambiente de fraternidad, tras lo cual la representante de la FAMHRM explicó el estado de las investigaciones en torno a la retaguardia republicana durante la guerra de España, así como el origen del mencionado monolito.
Finalmente, la misma compañera nos acompañó hasta el monumento dedicado a las Brigadas Internacionales, sobre cuya presencia en Murcia trazó asimismo algunas pinceladas históricas, dando paso a un animado debate sobre las posibilidades del trabajo sobre la memoria democrática y de la lucha antifascista en la Región. Finalmente, nos despedimos con vivas a la República y con ánimos renovados para seguir reivindicando el legado de quienes nos precedieron, como base para construir un futuro de igualdad, justicia y democracia.
Intervención del PCE(m-l):
Hoy estamos aquí para honrar la memoria de nuestro camarada José Luis Sánchez Bravo, quien, junto a Ramón García Sanz, Xosé Humberto Baena, Txiki y Otagui, fue asesinado por el régimen franquista el 27 de septiembre de 1975. Estos últimos fusilamientos del franquismo marcaron uno de los episodios más crueles y vergonzosos de la dictadura, cuando la bestia moribunda, en sus estertores finales, eligió dejar una estela de sangre, con el único fin de afianzar su poder.
Sánchez Bravo fue miembro del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota) y del PCE(m-l), organizaciones que luchamos contra un régimen opresor que intentaba mantenerse a cualquier precio, incluso segando la vida de aquellos que soñaban con un futuro libre y justo para los trabajadores. Aquellos fusilamientos no solo fueron un acto de cobardía por parte de la dictadura, sino también un intento desesperado de aplastar un movimiento obrero y popular que iba en crecimiento.
En su memoria, no podemos olvidar que estos sacrificios no deben ser en vano. La lucha de Sánchez Bravo no se detuvo el día en que fue fusilado, ni su muerte fue el final de nuestra causa. Al contrario, su ejemplo sigue guiando nuestras batallas, nos recuerda la importancia de enfrentarnos al fascismo en todas sus formas y nos impulsa a seguir trabajando por una España y un mundo donde la igualdad, la justicia y la libertad no sean sueños lejanos, sino realidades cotidianas.
Hoy los herederos y los aliados de Franco quieren hacernos creer que nuestras aspiraciones son quimeras. La burguesía española, el imperialismo, las estructuras del capitalismo intentarán por todos los medios, en España, en Palestina y en todo el mundo, acabar con todas aquellas amenazas para sus privilegios, para mantener este sistema de explotación, de miseria, de genocidio e injusticia.
Hoy más que nunca debemos recordar a nuestros camaradas, no para llorar su pérdida sino para enorgullecernos de su ejemplo y de su lucha, para coger nuestra bandera con más fuerza y poner todo nuestro empeño en lograr unos objetivos políticos que no son quimeras ni utopías, son nuestro deber revolucionario.
Que la memoria de nuestros compañeros, asesinados por su amor a la libertad y el socialismo, viva siempre entre nosotros como un símbolo de resistencia, como una llama que nunca se apagará.
¡Viva Sánchez Bravo!
¡Viva la lucha de los pueblos por su liberación!
¡Viva la República!
¡Viva el Partido Comunista de España (marxista-leninista)!