JCE(m-l) Madrid
Rosario Sánchez Mora era una chica madrileña, militante de la Juventudes Socialistas Unificadas desde los 16 años, que al darse el intento de Golpe de Estado fascista el 18 de julio de 1936 ingresa como voluntaria en el 5.º Regimiento de Milicias Populares del Ejército Republicano. Conocida como La Dinamitera porque, tras detener el avance fascista en Somosierra, ingresó en la sección de dinamiteros de dicho ejército, donde perdió una mano manipulando explosivos. Poco después Miguel Hernández escribiría un poema sobre ella, de donde son los versos que cierran este texto.
Decidida antifascista que era, siguió en el ejército apoyando la lucha como le fuera posible, en labores de enlace, comunicaciones y reclutamiento, llegando a obtener el rango de Sargento. Tras la guerra fue encarcelada por los fascistas bajo el delito de “adhesión a la rebelión”. Cuando salió de prisión se dedicó a vender tabaco de contrabando, y eventualmente montó un estanco en Vallecas, donde vivió hasta su muerte en 2008. Durante todos estos años mantuvo sus ideas antifascistas, republicanas y comunistas.
Es un ejemplo imborrable de lo que supone para las mujeres el fascismo, de lo que podemos y debemos hacer para liberarnos de sus garras, y una heroína inolvidable de nuestra historia.
“Nadie al mirarla creyera
que había en su corazón
una desesperación
de cristales, de metralla
ansiosa de una batalla,
sedienta de una explosión.”