JCE(m-l)
“Hoy que contra mi patria clavan sus bayonetas legiones malparidas por una torpe entraña, los girasoles rusos, como ciegos planetas, hacen girar sus rostro de rayos hacia España.” Hernández, M, Rusia, El hombre acecha, España, Diputación de Santander, 1937-1938.
Estos versos nacen desde los últimos suspiros de libertad de Miguel Hernández, incansable poeta y militante, que conmutó la pena de muerte vagando por cárceles franquistas hasta el fin de sus días.
Habiendo jamás redimido sus ideas, falleció un 28 de marzo de 1942 dejando un legado literario en defensa de una clase maltratada.
Resulta imprescindible conocer su condición de clase campesina para entender su obra. Fue un poeta de formación autodidacta, pues tuvo que trabajar desde su juventud en el seno de una familia pobre. Escapó de todas las concepciones intelectuales burguesas de la generación que cronológicamente le pertenecía y por ello es considerado el hermano menor de la famosa generación del 27.
Hernández fue un luchador de fusil y de pluma. Con el estallido de la Guerra Civil, no quiso ser un simple agitador desde la retaguardia y llevó su compromiso al campo de batalla. Su servicio militar en pos de reivindicar las libertades obreras es intachable, se incorporó al ejército republicano y se afilió al Partido Comunista de España. Viajó a la Unión Soviética formando parte de una delegación española invitada al V Festival de Teatro Soviético y figuró en el 5º Regimiento o en la 6º División en Madrid.
Prestó un servicio impecable a la propaganda, su literatura se impregnó de una fuerte estética bélica con un conmovedor acento humano. Convirtió sus letras en un arma más de la contienda, sus estrofas en batalla y sus versos en sangre. Trató la muerte desde el intimismo y la indignación, pues vivió y sintió estoicamente el viento gélido de la misma. Sin embargo, frente al realismo más pesimista, también tuvo una tendencia esperanzadora repleta de simbología revolucionaria. Desde sus férreas convicciones, planteó una visión heroica de la muerte y alentó a luchar por los valores de la II República, por la solidaridad, la libertad y la justicia.
Tras la guerra, el nuevo régimen franquista quiso silenciar a Hernández a golpes de censura. Los intentos fueron en vano y, ochenta años después, la derecha sigue intentando condenar su poesía al olvido. El ayuntamiento madrileño de PP y Cs eliminó un homenaje a las víctimas del franquismo en el cementerio de la Almudena y,asímismo, los versos de Miguel Hernández que habían sido elegidos para presidir las placas. Nunca permitiremos este atropello histórico y conmemoramos el 78º aniversario de su muerte. Homenajeamos al poeta, a la memoria democrática, a su eterna lucha contra la opresión desmedida y a todas las víctimas de la represión y la censura. Intentarán callarle una y otra vez, pero no tendrán herramientas suficientes porque, como ya dijo Leopoldo de Luis: “si hubiésemos de reducir la poesía social española a un solo nombre, ese nombre tendría que ser Miguel Hernández.”
Tras la guerra, el nuevo régimen franquista quiso silenciar a Hernández a golpes de censura. Los intentos fueron en vano y, ochenta años después, la derecha sigue intentando condenar su poesía al olvido. El ayuntamiento madrileño de PP y Cs eliminó un homenaje a las víctimas del franquismo en el cementerio de la Almudena y,asímismo, los versos de Miguel Hernández que habían sido elegidos para presidir las placas. Nunca permitiremos este atropello histórico y conmemoramos el 78º aniversario de su muerte. Homenajeamos al poeta, a la memoria democrática, a su eterna lucha contra la opresión desmedida y a todas las víctimas de la represión y la censura. Intentarán callarle una y otra vez, pero no tendrán herramientas suficientes porque, como ya dijo Leopoldo de Luis: “si hubiésemos de reducir la poesía social española a un solo nombre, ese nombre tendría que ser Miguel Hernández.”