Por Jaime H.
La historia del costamarfileño Hamed es dura y está llena de dificultades. Con 14 años, y tras morir su padre, decidió abandonar Costa de Marfíl y cruzó media África hasta llegar a Marruecos, donde pasó dos duros años hasta que con dieciséis se embarcó en patera por el Atlántico, en un viaje de tres días, hasta llegar a Canarias, desde donde fue trasladado a un centro de menores tutelado en Murcia. Fue allí donde comenzó a jugar al fútbol en el Ciudad de Murcia.
Esa es, en resumidas cuentas, la historia de Hamed, una historia que se volvió a torcer cuando hace dos semanas recibió una llamada por la que se enteró de que su madre está muy enferma y quiere despedirse de él. Desde entonces, el club se ha volcado para recaudar los 2.000 euros que se estiman necesarios para que Hamed pueda realizar el viaje.
El partido amistoso disputado el pasado jueves entre el Ciudad de Murcia y La Alberca sirvió para que la afición rojinegra mostrara su solidaridad con Hamed y con los migrantes que, como él, se ven obligados a abandonar su país en busca de una vida mejor. La grada antifascista, City Boys, cantó «¡Refugiados son bienvenidos!», y sobre su pancarta se pudo ver la que la afición hizo para Hamed, en la que se podía leer «Hamed, tu familia rojinegra está contigo», y junto a la que se encontraba (como en cada partido del Ciudad) la bandera republicana, demostrando una vez más cuál es la bandera de los españoles que nos solidarizamos con la causa de los refugiados que, a causa de las guerras provocadas por las potencias imperialistas, se ven obligados a abandonar sus hogares.
Pero de poco sirve solidarizarse con una causa concreta si no se ataca el problema de raíz: como ya he dicho arriba, los refugiados huyen de los conflictos imperialistas, pero esto no importuna a los propios culpables y cómplices de dichos conflictos a la hora de utilizar cínicamente las migraciones masivas como elemento para dividir a la clase obrera y lanzar proclamas racistas y xenófobas. Hablo, en el caso de España, del régimen monárquico y sus lacayos, que con la cuestión del terrorismo yihadista (muy especialmente desde los criminales atentados de Barcelona) pretenden inocular en la población el mensaje de rechazo al inmigrante, relacionando terrorismo con inmigración; y, si bien es probable que en sectores atrasados del pueblo puedan calar estas maniobras, podemos enorgullecernos de las manifestaciones y concentraciones antifascistas y de apoyo a los refugiados y migrantes que se han dado como respuesta a las convocatorias y agresiones de las organizaciones fascistas.
Si queremos vivir en una España en la que la clase obrera inmigrante sea recibida con los brazos abiertos y no con vallas con cuchillas o a tiros (como los quince inmigrantes asesinados en 2014 por los disparos de la guardia civil en Tarajal, mientras se encontraban en el agua, y por la que no ha habido condenados), debemos luchar por la III República. Sólo dentro del marco de la República Popular y Federativa podremos construir una España solidaria e internacionalista, que reciba y ayude a las víctimas de los conflictos reaccionarios, pues dentro de la monarquía heredera del franquismo, que nos mantiene en la ultrarreaccionaria y militarista OTAN, no podemos esperar absolutamente ningún cambio a este ni a ningún respecto (al contrario de lo que tratan de vendernos los renegados colaboradores del régimen). Es por ello que la bandera republicana, al igual que en el caso de Hamed, debe estar presente en todo tipo de actos y manifestaciones populares, en este caso en la cuestión de los refugiados e inmigrantes, y quien pretenda censurarla del modo que sea, desde luego, no se encuentra en el lado de la clase obrera, pues como acertadamente decimos: «¡No hay, no hay, no hay otra manera, o con la monarquía, o con la clase obrera!».
Todavía estás a tiempo de realizar tus aportaciones para ayudar a Hamed en su viaje. La cuenta bancaria, con una FILA 0 para los que quieran sumarse a la causa, es: CAJAMAR ES35 3058 0334 5427 2001 800