Sin que las graves consecuencias de la última crisis económica se hayan visto en absoluto resueltas para el proletariado y los pueblos, las perspectivas de una nueva contracción están llevando a una agudización de las contradicciones interimperialistas. La guerra comercial entre EEUU y China, y el aumento de las tensiones entre ambas potencias en todos los continentes, con el concurso asimismo de Rusia, hacen que no se pueda descartar ni siquiera una conflagración mundial. La creciente agresividad yanqui en América Latina, en particular, es una expresión particularmente clara de este incremento de las tensiones entre las distintas potencias por el control de los mercados y las materias primas, y supone también un agravamiento de la contradicción entre el imperialismo y los pueblos, que afecta en especial a países como Brasil, Chile, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia y Perú, y que está hallando una respuesta popular creciente en toda la región.
También África está siendo un campo tristemente privilegiado del conflicto interimperialista, debido a su riqueza en materias primas necesarias para la producción capitalista y que son esquilmadas por oligarquías locales sometidas a alguna de las potencias, y por las oportunidades que ofrece para la exportación de capitales en el campo de las infraestructuras y la explotación agraria.
En el plano interno de los diferentes países, el capital autóctono busca resolver sus problemas a costa de la clase obrera y las clases populares, que en países como Francia, Argelia, etc. plantan cara a la degradación de derechos. También la pequeña y media burguesía ven golpeados sus intereses a causa de la pelea interimperialista, que obliga a una disputa permanente por los recursos frente a una oligarquía que internacionaliza sus inversiones y controla férreamente los principales resortes económicos nacionales, incluidos los servicios públicos. Esas contradicciones están llevando a una radicalización de esos sectores, lanzándolos a la lucha política. En esa situación, estas capas pueden ser ganadas para la lucha antiimperialista, pero también pueden caer del lado de la reacción.
En definitiva, el imperialismo ha exacerbado las contradicciones hasta el extremo: una ínfima minoría oligárquica impone su dominio en todos los órdenes, y sus crisis las pagan la mayoría social y, con particular dureza, el proletariado, que afronta una degradación sin precedentes de su situación económica y social.
El IX Congreso del PCE (m-l) reafirma la solidaridad de nuestro Partido con los pueblos golpeados por la reacción y el imperialismo y nuestro pleno apoyo a sus luchas por la emancipación y la soberanía.
Estamos junto al pueblo palestino en su lucha contra la política genocida que el Estado sionista ejerce sin cesar con el apoyo de los EEUU y la Unión Europea.
Expresamos, en particular, nuestra solidaridad incondicional con el pueblo hermano saharaui y con su representante legítimo, el Frente POLISARIO, frente a los ataques incesantes y coordinados de Marruecos, Francia y España, que está desempeñando un papel vergonzoso no solo por hacer dejación de sus responsabilidades jurídicas, sino también por el total sometimiento de los políticos del régimen a los dictados de Mohamed VI. La última maniobra, por la que el gobierno español ha intentado boicotear la celebración del inminente Congreso del Frente POLISARIO y aislar a la población refugiada en los campamentos, ha mostrado a las claras la vileza y el cinismo con los que el Estado maneja la cuestión saharaui, así como la necesidad ineludible de acabar con este régimen oligárquico como premisa para llevar a cabo una política exterior de paz y respeto a la libre autodeterminación de los pueblos.
Saludamos los esfuerzos del conjunto de nuestros camaradas de la CIPOML, a la que van incorporándose nuevos partidos hermanos como resultado de las luchas de los pueblos en todos los continentes y de la pelea por la clarificación ideológica en el campo comunista, donde es cada vez más palpable la bancarrota del reformismo y el revisionismo. Saludamos asimismo la presencia y el apoyo fraternal de los camaradas de la CIPOML presentes en este Congreso, y nos comprometemos a seguir trabajando por aplicar correctamente los acuerdos y directrices emanados de las diferentes Plenarias de la Conferencia, expresión del auténtico internacionalismo proletario que hará posible el triunfo de la revolución y el Socialismo.
¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡VIVA LA LUCHA DE LOS PUEBLOS!
¡ADELANTE LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE PARTIDOS Y ORGANIZACIONES MARXISTA-LENINISTAS!