¡Movilicémonos por la paz y el trabajo!
Comunicado de nuestros camaradas de Piattaforma Comunista
Fríos vientos de guerra soplan sobre las llanuras ucranianas. Preparada durante muchos años de política belicista, de expansión de la OTAN hacia el este, de sanciones y provocaciones, de golpes de estado y conflictos locales, de carrera de armamentos y despliegue de tropas sobre el terreno, de nacionalismo agresivo y formación de milicias fascistas, otra conflagración avanza a pasos agigantados en Europa.
La guerra es la continuación de la política por medios violentos: para los EEUU, esta política está llamada a mantener el dominio yanqui en Europa y la hegemonía mundial. Para Rusia, lo esencial de la presión sobre Ucrania son las «garantías de seguridad» que quiere obtener; es decir, la retirada de la OTAN y sus misiles de sus fronteras.
La superpotencia imperialista estadounidense está enviando tropas y armas a Ucrania, obligando a sus propios aliados en la OTAN (hasta ahora, catorce antiguos países del Este se han incorporado a la alianza militar dirigida por el Pentágono). La Rusia imperialista reitera que no tiene intención de atacar Ucrania, pero está claro que está aumentando su presencia militar en la zona y en el Báltico.
Estados Unidos se está aprovechando de esto y, mientras afirma que «Rusia invadirá Ucrania», está empujando al gobierno ucraniano a la acción militar, encubriendo así el incumplimiento de los acuerdos de Minsk por parte de Kiev.
Los acontecimientos muestran que Estados Unidos está aumentando la tensión bélica por los siguientes objetivos:
– Conquistar completamente las regiones y países que anteriormente estaban bajo la influencia de Rusia e incluirlos en la OTAN;
– rodear militarmente a Rusia, debilitarla económicamente para evitar que participe como un poderoso actor en la lucha imperialista por el reparto del mundo;
– infligir un golpe a las relaciones comerciales y energéticas de los países europeos -en primer lugar a Alemania- con Rusia, incluso a través de las sanciones que se tomarán en caso de conflicto;
– reafirmar el liderazgo de EEUU mediante el fortalecimiento de la disciplina dentro de la OTAN, metiendo en vereda a los países que han hecho un guiño a Rusia (como son Turquía, Hungría…);
– colocar a los países europeos ante un hecho consumado y empujarlos contra Rusia, para que EEUU pueda concentrar sus fuerzas en la región de Asia-Pacífico contra la China socialimperialista;
– crear las condiciones idóneas para que los monopolios estadounidenses del complejo militar-industrial proporcionen más armas a los países europeos (F-35, etc.).
EEUU afirma que quiere trabajar al unísono con la UE, pero está claro que existen diferencias. La burguesía de algunos países europeos no quiere ser sacrificada en un choque entre Estados Unidos y Rusia, y es igualmente claro que varios países europeos de la OTAN, empezando por Gran Bretaña, Holanda, Polonia y los países bálticos, apoyan el plan Biden-Blinken y están a favor de una escalada de tensión.
A medida que crecen los peligros de la guerra y aumentan las tensiones, el alineamiento con la política estadounidense se hará más evidente y afectará también a nuestro país, cuya burguesía está tradicionalmente subordinada a Washington. Las presiones y la intromisión se incrementan rápidamente. Desinformación, especulación y creciente propaganda bélica son una clara señal de todo ello.
Italia es un país clave para mantener la hegemonía estadounidense en Europa. En su territorio hay cientos de bases disponibles para las fuerzas estadounidenses y de la OTAN. En los últimos años ha intensificado su participación en los preparativos de guerra. Tiene numerosos aviones y fuerzas navales y terrestres con base en Europa del Este que estarán involucrados en caso de conflicto, con consecuencias desastrosas para las masas obreras y populares.
Recordemos que las rivalidades y ambiciones imperialistas ya llevaron a una larga serie de guerras en todo el mundo que se han cobrado millones de vidas en los últimos años. Irak, Afganistán y Siria son ejemplos trágicos.
Amenazando la seguridad del pueblo italiano están los gobiernos y ministros vasallos de los EEUU y de la UE, corresponsable de la escalada de tensión en curso.
Denunciamos y condenamos el imperialismo italiano y las alianzas militares, en primer lugar a la OTAN y la UE. Neguémonos a apoyar la política de guerra, a apoyar a “nuestro” imperialismo y ponernos a remolque de una potencia imperialista contra otra. Desarrollemos la protesta en nuestro lugar de trabajo, en las organizaciones de masas, en las plazas, en los territorios.
Deben detenerse los preparativos de guerra en Ucrania. Basta de venta de armas y apoyo político y financiero al régimen ucraniano. Retirada de todas las tropas enviadas al extranjero. Drástica reducción de los gastos militares en favor de los de salud, educación y transporte público, para garantizar el trabajo estable y seguro y el aumento de los salarios, que se han visto reducidos por el alto coste de la vida. Fuera las bases estadounidenses, ¡fuera Italia de la OTAN! Exigimos la salida de nuestro país de esta organización de guerra y de terror (como también se desprende de las investigaciones sobre las masacres fascistas) y de todas las demás alianzas de guerra.
¡Por la paz, la amistad y la colaboración entre los pueblos, por el internacionalismo proletario!
Piattaforma Comunista – por el Partido Comunista del Proletariado de Italia