En nombre de las delegaciones de Europa, América, África y Asia presentes en este acto, reciban nuestros fraternales saludos.
Es para nosotros un verdadero honor participar en este grandioso acto internacionalista que celebramos en la tierra del gran Nazim Hikmet, para conmemorar la constitución, hace 20 años, de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas.
Lo podemos hacer con la satisfacción legítima del resultado del trabajo llevado a cabo. Debemos señalar que los camaradas de Turquía han estado siempre en primera línea, con una entrega y dedicación admirables.
Han sido 20 años de luchas, de reuniones, de discusiones ideológicas y políticas sobre la base de las enseñanzas y tesis de los grandes dirigentes del marxismo, desde el mismo Marx hasta Stalin: hemos avanzado y, pese a las dificultades, logrado éxitos.
Algunos de nuestros partidos habíamos trabajado desde hacía años por la creación de condiciones para que los partidos pudiéramos reunirnos e intercambiar información sobre la actividad en nuestros países, y discutir los problemas políticos e ideológicos que se nos planteaban en nuestra lucha.
Pero tropezábamos con la oposición de otros partidos, que se plegaban dócilmente a las opiniones de ciertos burócratas que se negaban a admitir la necesidad de que los partidos nos reuniéramos: no querían ver que el movimiento se anquilosaba, que había partidos desorientados, que sufrían influencias oportunistas de todo tipo.
Habíamos combatido contra el maoísmo en nuestras filas y logramos librarnos de posiciones erróneas que anulaban de cierto modo la claridad de ideas que habíamos conquistado en nuestra lucha contra el revisionismo moderno, lucha que enfrentamos durante mucho tiempo, desde los años sesenta, arrastrando calumnias, descalificaciones y en algunos casos hasta persecuciones.
No podíamos seguir ideológicamente paralizados y, finalmente, logramos celebrar algunas reuniones parciales que desembocaron en la Conferencia celebrada en Quito en agosto de 1994, y en la adopción de la Proclama, que teorizaba las razones de nuestra Conferencia, pues como allí se dice:
«Ratificamos nuestra de decisión de mantener alta la bandera del marxismo-leninismo, de luchar por su aplicación, de convertir nuestros partidos y organizaciones en una alternativa política, social y organizativa a escala nacional e internacional.»
Camaradas y amigos: A lo largo de estos veinte años, hemos mantenido en alto la bandera y hemos logrado éxitos, nos hemos reforzado con nuevas organizaciones, y también nos hemos reforzado al desechar a elementos arribistas que trataron de llevarnos a posiciones oportunistas y claudicantes, y a concepciones revisionistas.
Hemos avanzado, claro que hemos avanzado. Hoy, nuestra organización es un referente internacional. Los miembros de nuestra Conferencia se encuentran en países de Europa, de América Latina, de África y de Asia. Un referente reconocido incluso por los que no comparten nuestras ideas. Pero queda gente que, como no puede ignorarnos, nos ataca y calumnia.
No perdemos el tiempo con esa gente: seguimos nuestro camino y paso a paso superamos las dificultades de todo tipo. Al celebrar los veinte años de nuestra Conferencia, queremos rendir homenaje a los camaradas de distintos partidos y países que han fallecido, a los que sufren persecución y cárcel. Su ejemplo nos anima y da aliento para continuar nuestra lucha
Vamos a terminar, camaradas y amigos, y queremos decir que, pese a los éxitos logrados, no nos conformamos, queremos más y mejor, necesitamos estar en los países donde no hay partidos u organizaciones y ayudar a su creación. Nuestro objetivo es movilizar a los pueblos y esto no es posible si no cuentan con su partido, con el partido del proletariado.
Necesitamos desarrollar y mejorar nuestro trabajo teórico, ideológico, y organizar eficazmente la distribución de nuestra revista y otros medios de propaganda. Con estas perspectivas trabajamos y lo conseguiremos con empeño militante, con audacia y valor. Así conquistaremos el futuro.
¡Viva el internacionalismo proletario! ¡Viva la fraternidad revolucionaria!
Estambul, 23 de noviembre de 2014