Secretariado del PCE(m-l)
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SITUACIÓN INTERNACIONAL
Cuando celebramos nuestro X Congreso, el pasado mes de diciembre, Trump acababa de ganar las elecciones en EEUU. Desde su toma de posesión, en enero pasado, la actividad del nuevo gobierno yanqui ha sido verdaderamente febril: frente a la aparente astenia senil del mandato Biden (decimos aparente, porque, al menos en el ámbito internacional, el mandato de Biden también vio cambios importantes que son congruentes con el trumpismo: establecimiento inicial de aranceles a numerosos países, incluida la UE; forzar la ampliación de la OTAN al este de Europa, lo que terminó en la guerra de Ucrania; abandono acelerado de Afganistán; sostén permanente del gobierno y del ejército nazi sionista, etc.); con todo, la actividad incesante de Trump y su equipo ha provocado, en apenas dos meses, un terremoto en la política interna e internacional de la primera potencia imperialista del planeta.
Esos cambios, no se deben a una súbita decisión personal del reaccionario presidente yanqui. El imperialismo lleva década y media inmerso en una aguda crisis general que ha ido provocando un incremento brutal de las contradicciones sociales y políticas en cada una de las potencias y entre ellas.
Aprender a utilizar el método dialéctico, saber aplicar los análisis y experiencias de los grandes dirigentes del proletariado para orientarnos en la situación actual, es algo a lo que los revisionistas han renunciado desde el principio, por lo que los acontecimientos en momentos tan fluidos como los actuales aparentan surgir inspirados por decisiones individuales de determinados personajes, pero, que el imperialismo se prepara para una guerra que se encona, lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo.
Lenin desentrañó en su magistral obra, “El Imperialismo fase superior del capitalismo”, las principales tendencias del capitalismo, superada la fase de libre competencia y dentro de la fase de dominio del capital financiero. Y esas tendencias, con los cambios lógicos debidos al mayor desarrollo del capitalismo desde que fue escrito el texto, siguen marcando hoy las contradicciones del imperialismo, tanto en cada país, como entre las diversas potencias.
Los voceros del capital, afirman que los avances técnicos que han permitido abaratar los procesos de producción, aventuran un desarrollo sostenido de la economía capitalista y que solo asistimos a un desfase, producto de la necesidad de cambiar los “paradigmas” sobre los que se asienta la producción capitalista (renunciar a los combustibles fósiles, asegurar la producción de nuevas fuentes de energía limpia y controlar la inteligencia artificial, en particular), para recuperar la senda de crecimiento sostenido anterior.
Pero, si bien es cierto que los avances técnicos han sido abrumadores en los últimos años, éstos, en lugar de destinarse a dar satisfacción plena a las necesidades de la humanidad, se han ido constituyendo en una barrera para el avance social, incluso en las grandes potencias, porque han provocado una sobreproducción a la que los capitalistas no pueden dar salida por haberse reducido la capacidad de demanda, lo que ha llevado a que en las grandes potencias la deuda pública se descontrole, el paro crezca, los servicios sociales se deterioren y la vida social se degrade a ojos vista *(1).
Así resumía Lenin las razones de esta tendencia inserta en el modo de producción capitalista: “El capitalismo, en su fase imperialista, conduce de lleno a la socialización de la producción en sus más variados aspectos; arrastra, por decirlo así, a pesar de su voluntad y conciencia, a los capitalistas a un cierto nuevo régimen social de transición entre la plena libertad de concurrencia y la socialización completa. La producción pasa a ser social, pero la apropiación continúa siendo privada. Los medios sociales de producción siguen siendo propiedad privada de un número reducido de individuos.
El marco general de la libre concurrencia formalmente reconocida persiste, y el yugo de un grupo poco numeroso de monopolistas sobre el resto de la población se hace cien veces más duro, más sensible, más insoportable…Nos hallamos en presencia, no ya de una lucha de competencia entre grandes y pequeñas empresas, entre establecimientos técnicamente atrasados y establecimientos de técnica avanzada. Nos hallamos ante la estrangulación, por los monopolistas, de todos aquellos que no se someten al monopolio, a su yugo, a su arbitrariedad…traducido al lenguaje común, esto significa: el desarrollo del capitalismo ha llegado a un punto tal, que, aunque la producción de mercancías sigue “reinando” como antes y siendo considerada como base de toda la economía, en realidad se haya ya quebrantada, y las ganancias principales van a parar a los genios de las maquinaciones financieras. En la base de todas estas maquinaciones y de estos chanchullos se haya la socialización de la producción; pero el inmenso progreso logrado por la humanidad, que ha llevado a dicha socialización, beneficia…a los especuladores”.
Esta tendencia se confirma una y otra vez. Así, por ejemplo, una de las primeras decisiones de Trump, fue el apoyo explícito a las criptomonedas, llegando incluso a proponer la utilización de las reservas de oro estratégicas de la Reserva Federal, como soporte del bitcoin. Él mismo y su grupo de oligarcas, son activos especuladores en las diversas criptomonedas que apoyan desde el gobierno del estado.
El desfase creciente entre el capital productivo y el especulativo, en favor de este último, está agudizando las contradicciones del capitalismo y provocando un temor creciente, por las consecuencias en términos de inestabilidad financiera que trae como consecuencia. Sirva un ejemplo: hace unos días, el histriónico presidente argentino, Milei, amigo de Trump y sostén, como Musk de todo tipo de fuerzas nazi fascistas, que se define a sí mismo como capitalista libertario, promocionaba la inversión en una criptomoneda, “$Libra”, con este mensaje en su cuenta personal en X: “¡¡¡La Argentina Liberal crece!!! Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos. El mundo quiere invertir en Argentina. $LIBRA”. Unas horas después, se supo que esa “divisa” era solo un fraude más, uno de tantos, un engaño, que se llevó por delante el dinero de más de 40.000 incautos que, queriendo hacer un negocio jugoso, lo perdieron. La respuesta del bufón, dibuja perfectamente hasta qué punto la especulación a la que se refería Lenin está convirtiendo la economía capitalista en un casino controlado por matones y estafadores; Milei decía esto: “Si vos vas al casino y perdés plata, ¿cuál es el reclamo, si vos sabías que tenía esas características? Aquellos que participaron lo hicieron voluntariamente. Es un problema entre privados, porque acá el Estado no juega ningún rol”
De hecho, en los mercados capitalistas, el control de las inversiones de particulares lo llevan ya algoritmos regulados por la IA. Según la gestora británica Júpiter AM, en 2021, el 80% de los movimientos en el mercado de valores de EEUU eran obra de máquinas (tomado del diario El País). Esto nos puede dar una idea de hasta qué punto las razones últimas de las crisis y de la implacable lucha entre los imperialistas por los mercados tiene su origen precisamente en esa socialización de la producción de la que hablaba Lenin que, acompañada de la apropiación privada del producto social por un puñado de capitalistas, está llevando el capital sobrante al campo de la inversión especulativa, que funciona cada vez más como un gigantesco casino en el que una minoría puede ganar ingentes cantidades de dinero y una mayoría perder todo el suyo, de la noche a la mañana.
A principios de año, causó sensación, también la aparición de Deepseek, un nuevo y original chatbot desarrollado en China, que desbancó a ChatGPT: la multinacional NVIDIA, perdió 593.000 millones de dólares -un 17%- en capitalización bursátil el lunes 27 de enero, un desplome diario récord de la Bolsa de Estados Unidos, y las acciones de empresas de semiconductores, energía e infraestructuras vinculadas a la Inteligencia Artificial (IA) se dejaron otro billón en capitalización bursátil.
La aparición de DeepSeek, se presentó como un hito en el enfrentamiento técnico entre EEUU y China; pero lo que no fue tan comentado, es que el objetivo de su creador, Liang Wenfeng, al diseñar este modelo, era que sirviera a los análisis de un fondo de capital riesgo constituido por él en 2015, dedicado a estimar inversiones mediante cálculos elaborados con IA (trading algorítmico). Liang, que, además de un genio de la IA, es un especulador, tiene una participación del 55% en esa empresa privada, que ha multiplicado sus activos por más de 100 hasta los casi 13.500 millones de euros a principios de año, y posee el 99% de los derechos de voto, según los registros corporativos chinos. Este ejemplo es una prueba de la íntima relación entre el desarrollo técnico y el del capital especulativo; uno más de los síntomas de la acelerada descomposición del capitalismo.
El diario El País, al tratar sobre el papel de la IA en la economía capitalista, recordaba recientemente las palabras del británico Geoffrey Hinton premio Nobel de física por sus trabajos como pionero de los avances en IA, en una mesa redonda celebrada recientemente: “Lo que ocurrirá es que ese enorme aumento de la productividad generará mucho más dinero para las grandes empresas y los ricos, y ampliará la brecha entre los ricos y las personas que pierdan sus empleos. Y tan pronto como esa brecha se agranda, se crea el terreno fértil para el fascismo”.
Esta profunda descomposición crea, como decimos, el terreno fértil para la acción de todo tipo de vendedores de humo y el surgimiento de las más descabelladas corrientes irracionalistas que encuentran en la corte de Trump y su equipo su centro ideológico. La toma de posesión del magnate yanqui y sus convenciones, han sido lugares de encuentro de los líderes de la ultraderecha; allí se dan cita los más estrambóticos y peligrosos personajes de la política internacional compartiendo experiencias para recortar derechos y libertades y para hacer avanzar su cruzada contra el progreso.
El gran dirigente proletario determinaba también, la íntima relación entre el gran capital y el estado burgués llevada hoy a su paroxismo, por ejemplo, en Rusia, China y en los propios EEUU, cuyo gobierno está directamente controlado por los dueños de alguna de las mayores fortunas del mundo, que actúan en él como si fuera una más de sus empresas, en estos términos: “…vemos fehacientemente como, en la época del capital financiero, los monopolios de estado y los privados se entretejen formando un todo y como, tanto los unos como los otros, no son, en realidad, más que distintos eslabones de la lucha imperialista entre los más grandes monopolistas por el reparto del mundo…”
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La guerra entre EEUU y China por el control de los mercados ha ido avanzando en una carrera acelerada los últimos años. Hemos ido siguiendo algunos eslabones: la creación y consolidación de los BRICS, la penetración financiera de China y militar de Rusia en África, acompañada por la expulsión del imperialismo francés, las provocaciones del bloque militar encabezado por EEUU contra Rusia hasta provocar la invasión de Ucrania, las amenazas económicas, las sanciones arancelarias, etc. Poco a poco se avanzaba en la confrontación
Hoy, asistimos a un cambio aparentemente brusco de la correlación internacional de fuerzas entre las distintas potencias, que llevaba incubándose desde hace meses. De hecho, inmediatamente antes de la toma de posesión de Trump, por ejemplo, la fulminante ofensiva de los grupos talibanes en Siria, que se hacían con el control de Damasco en cuestión de horas, solo se puede explicar por un acuerdo previo entre EEUU y, al menos, Rusia, que disponía de dos bases en ese país (el nuevo gobierno mantiene el compromiso de no expulsar a las tropas rusas de ellas), anticipando ya que algo estaba cambiando en la situación internacional.*(2)
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Hemos venido tratando, tanto en el propio Congreso, como en diversos artículos y declaraciones públicas, sobre las principales alteraciones que se percibían en el propio EEUU, creando una situación de auténtico caos social y político que algunos analistas definen como propio de una guerra civil (EEUU es un país en el que fallecen cada año más de 100.000 personas, solo por sobredosis de fentanilo).
La virulencia imperial del lenguaje y la actitud de Trump, Musk y cia, busca una alternativa que evite el estallido de esa crisis interna, basándose en mentiras, promesas grandilocuentes y la adopción de un estilo de matón de barrio; la explotación y el dominio de EEUU, una potencia en declive, ya no se adorna con ensalzamientos a la democracia y la libertad. Los nuevos dirigentes, precisamente por el declive económico y político de la potencia imperialista, llaman a cerrar filas para mantener su poder, con amenazas y decisiones bruscas y arrogantes. La consigna de su campaña MAGA (iniciales de Make America Great Again: Hagamos América Grande de Nuevo), pretende evitar la respuesta de clase del proletariado y el pueblo estadounidense llamando a formar una comunidad nacional, con un rebato nacionalista y reaccionario unificador. Conviene recordar, una vez más, las palabras de Cecil Rhodes, millonario rey financiero y principal responsable de la guerra anglo böer en Sudáfrica, recogidas en la imborrable obra de Lenin: “el imperio, lo he dicho siempre, es una cuestión de estómago: si no queréis la guerra civil, debéis convertiros en imperialistas”.
Advertimos una aceleración del proceso de fascistización del estado de EEUU, con ya innumerables ataques no solo a la clase trabajadora, especialmente a la migrante o racializada, sino también a sus propios principios democrático-burgueses, a sus leyes, tribunales e instituciones. Como decía Dimitrov en su informe oficial al 7º Congreso Mundial de la Tercera Internacional Comunista: “El fascismo es el poder del propio capital financiero. Es la organización de la venganza terrorista contra la clase obrera y el sector revolucionario del campesinado y la intelectualidad. En política exterior, el fascismo es el patrioterismo en su forma más brutal, que fomenta el odio bestial hacia otras naciones… El desarrollo del fascismo, y la propia dictadura fascista, asumen diferentes formas en distintos países, según las condiciones históricas, sociales y económicas, las peculiaridades nacionales y la posición internacional de cada país”.
Los principales objetivos declarados de la Administración Trump se centran en:
1) Reducir el gasto público. El nombramiento de alguno de los nombres de mayor relumbrón del nuevo gabinete yanqui, (el más sonado E. Musk) busca la reducción drástica del gasto público. Urgencia no falta, si tenemos en cuenta que en 2021, en plena pandemia, cuando el Gobierno tuvo que hacer frente a la brusca caída económica con planes billonarios de estímulo de la producción (ya hemos tratado de ello en otros informes), la deuda pública de EEUU era del 126,3% del PIB; y dos años después, superada la pandemia, se había reducido solo un poco, hasta el 122,3% del PIB, pero seguía siendo una de las más altas del planeta (en Europa, solo Grecia e Italia, tienen una deuda pública superior). Para que nos hagamos una idea de las consecuencias de ello, basta añadir que, la previsión de los organismos económicos es que el coste de pago solo de los intereses anuales de su deuda pública sea mayor que el gasto en defensa; y eso, teniendo en cuenta que se prevé que su descomunal gasto militar (el más alto, con mucho, del mundo), que ya en 2023 era de 806.000 millones de dólares, suba, al menos un 30% hasta 2030, pasando a ser de más de 1 billón de dólares.
Para lograrlo, las decisiones de Musk y su equipo no han respetado las centenarias normas de la “democrática” revolución yanqui, provocando una situación verdaderamente caótica: El departamento especial que dirige E. Musk, denominado DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) prometía inicialmente una reducción de 2 billones de dólares en el gasto federal total, para luego reducir en pocos días sus propias pretensiones a 500.000 millones (un 75% menos); las medidas eran las esperadas en ese despótico personaje: a principios de febrero, por ejemplo, exigía a los empleados públicos, a través de X, la red social de su propiedad, que enviasen un informe de cinco puntos sobre sus logros laborales de la semana anterior, bajo amenaza de despido. Estas y otras medidas igualmente anormales para las instituciones yanquis, han provocado un alud de respuestas en todos los ámbitos: desde recursos judiciales, acusando al multimillonario de incumplir las normas establecidas en la Constitución estadounidense, hasta la denuncia del presidente del mayor sindicato de trabajadores federales de Estados Unidos que consideraba: “…injusto, cruel y despectivo que cientos de miles de veteranos, que han servido a su país en el ámbito militar y civil, deban justificar sus labores a un multimillonario privilegiado”. Es decir, de seguir así, las condiciones para el conflicto social están servidas.
2) Aplicar una política más ofensiva en materia económica y de política internacional. Las medidas adoptadas por Trump, han sorprendido a propios y extraños, pero, especialmente a sus más directos aliados hasta ahora, las potencias imperialistas europeas, que, sin embargo, son un rival a apartar del tablero, para centrarse en la pelea con sus verdaderos adversarios, con las potencias que realmente pueden amenazar su hegemonía a corto plazo.
En materia económica ha estrenado su presidencia imponiendo nuevos aranceles, sobre los ya existentes, a la práctica totalidad de sus competidores: China, México, Canadá y la Unión Europea entre ellos, y a determinados productos como el acero y el aluminio. El Gobierno yanqui busca con estas medidas relanzar su economía cerrando el paso a los productos extranjeros, para impulsar la producción interna; pero esta es una medida que, lejos de ser una solución a los agudos problemas económicos de la potencia yanqui, puede agravarlos, por cuanto, 1) los países afectados, han reaccionado, lógicamente, con medidas similares, por lo que se encarecerán los productos de EEUU, haciendo más difícil su exportación; 2) muchas de las mayores empresas de EEUU hace años que derivaron toda o una parte de su producción a otros países buscando menores costes en materias primas y mano de obra, lo que, al aplicar los aranceles, encarecerá la entrada de esos productos en EEUU; 3) además, los países afectados incrementarán el coste de los procesos de producción intermedios necesarios en la fabricación de bienes en EEUU (micro chips, cemento, etc., además de acero y aluminio gravados también con aranceles). Todo ello disparará la inflación, por lo que, como señala más de un responsable de las industrias yanquis (el CEO de la automovilística FORD, por ejemplo) los aranceles probablemente sean un “tiro en el pie” de la economía estadounidense.
3) Intentar un acercamiento a sus principales rivales, apartando a los que hasta ahora eran alguno de sus principales aliados, pero que necesita dejar fuera del núcleo de mando en la lucha por los mercados. La razón de este movimiento no se debe buscar en su fortaleza, sino, por el contrario, en su debilidad. En cualquier caso, ese cambio, altera profundamente el tablero internacional.
Veamos algunos de estos cambios: Desde hace mucho tiempo se percibe un giro hacia el área de África y el Indopacífico de la lucha entre los dos grandes bloques que se están formando. Y es en esa dirección en el que se está alterando la correlación de fuerzas. Los movimientos de los últimos meses e incluso años, apuntaban ya a la configuración de un nuevo mapa político en oriente próximo y África: algunos países que hasta ese momento tenían gran influencia en los movimientos políticos de la zona, como Siria, Irak, Egipto, por ejemplo, eran paulatinamente neutralizados; Irán continúa siendo un problema para la potencia yanqui, por cuanto podría ser una potencia nuclear, pero su influencia no es ni la sombra de lo que fue hace unos años.
En su lugar, las monarquías reaccionarias del golfo, y, en particular Arabia Saudí, se han ido erigiendo en un centro de sujeción temporal del conflicto interimperialista (no es una casualidad que Qatar fuera el lugar elegido para celebrar las reuniones de negociación de la tregua entre palestinos y nazi sionistas; y, menos aún que las reuniones entre Rusia y EEUU sobre Ucrania, se estén celebrando a 4500 kilómetros de distancia del punto de conflicto, en Arabia Saudí y sin la presencia de uno de los estados enfrentados).
En África, donde se desarrolla una indisimulada pelea por sus recursos, se ha venido asistiendo durante los últimos años al debilitamiento de la presencia de las potencias europeas (en particular Francia), cuyo papel ha sido ocupado por Rusia en el campo militar y China en el financiero; otro punto que se está consolidando como columna de apoyo del imperialismo yanqui en el continente, es Marruecos. Su vecindad a Europa, su separación política respecto de la UE (que, a su vez es uno de los más importantes mercados para sus productos); y el carácter particularmente lacayuno de la casta alauí que dirige férreamente su Estado (no es por casualidad que, el “emérito” borbón, bribón, responsable de la traición al pueblo saharaui, obedeciendo órdenes del gobierno yanqui, dijera en 1999: Le he dicho al rey Mohamed VI que lo mismo que era mi hermano mayor el rey Hassan II, ahora soy yo su hermano mayor) lo convierten en un útil peón del imperialismo.
En Asia, donde lógicamente chocan abiertamente las dos grandes potencias imperialistas del momento: EEUU y China, en la pelea por las zonas de influencia, otro de los nuevos “actores estelares” del panorama internacional es India. Ya hemos hablado otras veces del papel de este país, el más poblado del planeta, gobernado por una formación ultranacionalista y fascistoide, que al tiempo de ser socio fundador del BRICS, siempre ha mantenido una relación de colaboración intensa con el imperialismo yanqui.
Narendra Modi,el presidente indio, visitaba a Trump a principios de febrero y el diario India News, aprovechaba para recordar alguno de los siguientes pilares que han marcado la era Modi-Trump, cuya relación se remonta al inicio del primer mandato de Trump en 2017, entre otros: Cooperación Estratégica y de Defensa (EEUU es el segundo proveedor de armas de la India); trabajar hacia la firma de un acuerdo de libre comercio; colaboración en el Indo Pacíficoy contra el terrorismo, fortaleciendo la cooperación entre India y EEUU en la región del Indo Pacífico, contrarrestando la creciente influencia china.India News, terminaba así su resumen: “La era Modi-Trump estableció una fuerte base de relación entre India y EEUU. Su camaradería personal, solidaridad pública y visión estratégica condujeron a avances en defensa, comercio, energía y geopolítica”.
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Trump ha dado un paradójico giro de ciento ochenta grados a sus alianzas en materia internacional: intenta acercar posiciones o, al menos, acordar una tregua temporal, con sus principales rivales, para anular a otras potencias que, aunque hasta ahora eran aliadas firmes del imperialismo yanqui, son igualmente competidoras en la pelea por los mercados, pero atraviesan problemas parecidos a los de los propios EEUU, lo que los convierte en prescindibles frente a otras potencias más dinámicas. En la nómina de agraviados no solo están potencias de la UE, como Francia o Alemania (Elon Musk, el histriónico, ha intervenido abiertamente en apoyo de las fuerzas nazis y fascistas y menospreciado olímpicamente a los líderes oficiales de las instituciones europeas), sino a Reino Unido y Canadá, potencias con las que EEUU comparte históricos lazos de cultura política.
Este giro se ha reflejado en un acercamiento diplomático y formal entre la Administración yanqui y Rusia, lo que ha llevado a los revisionistas a aventurar la victoria del llamado mundo multipolar. Nada más lejos de la realidad; donde algunos creen ver el inicio de un ultraimperialismo, únicamente existe un replanteamiento de los campos. Ya hemos dicho en otras ocasiones que el surgimiento de nuevas potencias económicas y la declinación de otras no suponen el fin de la lucha interimperialista sino que, por el contrario, señala que las condiciones para un enfrentamiento directo están madurando.
El magistral genio de Lenin argumentaba frente a los oportunistas de su época que intentaban anestesiar la conciencia del proletariado sobre sus tareas revolucionarias, con la ilusión de un cambio “pacífico” en la situación internacional, de un desarrollo “amigable” de las relaciones económicas y políticas, de un reparto pacífico del mundo entre las distintas potencias imperialistas: “Por eso, las alianzas “interimperialistas” o “ultraimperialistas” en la realidad capitalista…sea cual fuere su forma: una coalición imperialista contra otra coalición imperialista, o una alianza general de todas las potencias, no pueden constituir, inevitablemente, más que “treguas” entre las guerras. Las alianzas pacíficas preparan las guerras y, a su vez, surgen del seno de la guerra, condicionándose mutuamente, engendrando una sucesión de formas de lucha pacífica y no pacífica sobre una y la misma base de relaciones imperialistas y de relaciones recíprocas entre la economía y la política mundiales.” Lenin “El imperialismo fase superior del capitalismo”
Este volantazo en la política exterior de EEUU ha provocado una reacción inmediata de los dirigentes de las potencias europeas despreciadas por el trumpismo y de las distintas formaciones políticas: los fascistas, cierran filas con el trumpismo más feroz, acuden a todas sus convocatorias, jalean sus “salidas de tono” y se arrastran por el suelo sumisos a las órdenes de los “amos del mundo”. Los radical-oportunistas que, hasta ahora, mantenían una posición abiertamente favorable al sátrapa Putin, siguen sosteniendo la misma postura lacayuna e irracional y felicitándose por la victoria del nuevo zar. Y, los institucionalistas, entre los que debemos contar a los revisionistas que comparten gobierno y miedos con el social liberalismo, llaman a construir más Europa, crear un ejército europeo, seguir armando al régimen ucraniano y avanzar en los mecanismos que permitan a la vieja Europa del Capital y la Guerra adoptar decisiones comunes con rapidez y eficacia; pero, sobre todo, unos y otros, llaman al proletariado y a los pueblos europeos a ayudar al capital a superar la crisis, renunciando a sus conquistas, aceptando la inminencia de un recrudecimiento del conflicto interimperialista que exige sacrificios y renuncias y, si lo consideran necesario, a defender la patria del capital, con las armas en la mano.
Hoy, los revisionistas, al igual que hizo la socialdemocracia traidora en la I Guerra Mundial, entre mohines de falso “pacifismo”, también vota los presupuestos de guerra del capital europeo, para hacer frente a las amenazas de las potencias imperialistas rivales y, desde el gobierno, de la misma forma que hizo antes el PP, han contribuido al incremento del gasto militar, en un 42% en la última década.
Para los comunistas se plantea, una vez más, la necesidad de redoblar nuestra lucha ideológica frente a tanto conformismo sumiso. Repetimos una y mil veces: la Europa del capital y de la guerra es la conclusión de un proceso histórico controlado por el capitalismo y que, precisamente por ello, no permite la construcción de una Europa de los pueblos. La Europa capitalista es una potencia que ha sembrado la muerte en las que eran sus colonias y quiere prepararse para la guerra, para seguir participando en la rapiña, porque ve que se queda fuera del reparto. Esta Europa no puede ser más que otro agente de explotación y guerra.
Por otra parte, las contradicciones internas que ha generado el proceso de conformación de la UE, comandado por tres grandes potencias: Alemania, Francia e Italia, especialmente por Alemania, que hoy hace frente a una de las más agudas crisis entre las economías imperialistas (lleva dos años seguidos en recesión), al que se han incorporado otros países con ritmos de desarrollo y evolución política radicalmente diferentes, es hoy un cascarón ingobernable, donde cada cual intenta salvar los trastos; un cascarón que afronta, además, una corriente de nacionalismo beligerante; una institución cuyo objetivo nunca ha sido la coordinación equilibrada de las economías y la garantía de los derechos económicos y democráticos comunes en beneficio de los pueblos, sino el garantizar el interés de las grandes corporaciones financieras en su lucha en los mercados internacionales. La única verdad que ha confirmado la historia de la UE es que, como señalara Lenin: “los Estados Unidos de Europa, bajo el capitalismo son imposibles o son reaccionarios”.
Por el contrario, las contradicciones internas y los cambios intervenidos en el panorama internacional empujan más hacia la destrucción del proyecto europeo que a su refuerzo. La competencia por los mercados, probablemente terminará haciendo que cada potencia busque mejorar su posición por sus propios medios, al margen de los demás. Sí habrá acuerdo o coincidencia, como hasta ahora, en aplicar la misma política antidemocrática, racista y militarista, pero no necesariamente compartiendo la misma entidad supraestatal.
No es más Europa lo que se necesita, sino reforzar la acción y la coordinación del proletariado, en Europa, y en el resto del mundo. Y en ese sentido los pasos que estamos dando las organizaciones de la CIPOML, abren una vía a la esperanza: la extensión de los contactos, el refuerzo de la solidaridad internacionalista, la firma de declaraciones y toma de posición conjuntas entre organizaciones ml, como los firmados por nuestro partido y el partido hermano danés con el partido hermano de EEUU, sobre asuntos que enfrentan abiertamente a los respectivos estados burgueses en el marco de la lucha interimperialista, etc., ayudan a reforzar el internacionalismo proletario y a que los sectores más avanzados de nuestra clase comprueben que, por encima de la bruma que extienden el imperialismo y sus agentes ideológicos, la lucha por la emancipación del género humano no se detiene, sino que avanza.
Luego veremos con más profundidad las tareas concretas del partido en la lucha antiimperialista en nuestro país, pero conviene adelantar que, frente al imperialismo, es necesario trabajar por la unidad, pero esa unidad precisa con urgencia una lucha sin cuartel contra las posiciones de quienes ocultan su traición al objetivo que desde sus inicios ha ayudado a desarrollar y dar sentido a la lucha de nuestra clase por un mundo sin explotadores ni explotados.
A lo largo de más de cien años, la ideología marxista ha permitido orientar las luchas concretas de la clase obrera en un sentido general, cuyo objetivo último es el de superar el sistema capitalista, acabando con el estado burgués para construir un estado proletario que prepare las condiciones necesarias para la emancipación del género humano. El leninismo, la ideología que adecuó las enseñanzas de Marx y Engels a la era del capitalismo financiero, del imperialismo, ayudó a hacer realidad la primera experiencia práctica de construcción de ese nuevo Estado.
Hoy, la traición de los revisionistas, ha acabado con ella y ha devuelto de nuevo al movimiento obrero a una situación de dispersión y confusión sobre sus objetivos últimos que no solo oculta el objetivo final, sino que debilita la lucha por objetivos concretos en la lucha diaria por sus derechos; y lo ha hecho, justo cuando el imperialismo se prepara para el enfrentamiento abierto, la guerra entre los imperialistas a costa del sufrimiento de los pueblos del mundo.
No podemos permanecer indiferentes ante esta situación. Debemos con urgencia redoblar el trabajo práctico para responder a la ideología burguesa, extendiendo el internacionalismo proletario, reforzando la unión entre los trabajadores de todo el mundo, por encima de las luchas entre los estados que nos oprimen.
Y ello, exige, también, atacar sin pausa ni descanso las posiciones de los traidores que nos hablan de tomar partido entre los imperialistas y nos dicen que es posible un mundo en paz pactado por acuerdo entre quienes siempre han colocado sus intereses como clase explotadora por encima de las necesidades colectivas de la sociedad.
No existe un imperialismo bueno, ni son los estados burgueses los que buscan una alternativa racional al callejón sin salida al que nos conduce el imperialismo. Hay que combatir a los fascistas, por supuesto, pero también las posiciones de los traidores revisionistas y oportunistas que se unen al coro burgués.
Notas:
*(1) Como dijeron los bolcheviques y la experiencia histórica ha confirmado, aunque las condiciones puedan llegar a una situación revolucionaria, no tienen por qué terminar en una revolución triunfante, a menos que exista una fuerte organización marxista- leninista que la dirija, o sea, un partido experimentado de la clase obrera.
*(2).– Lavrov, el Ministro de Exteriores ruso declaraba a principios de febrero: «Los actuales dirigentes sirios confirman públicamente la necesidad de respetar el carácter históricamente estratégico de nuestras relaciones»
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SITUACIÓN NACIONAL
En el Informe General y el resto de documentos aprobados por nuestro X Congreso, se realiza un detallado repaso de los principales problemas que afectan a nuestra clase y a los pueblos de España y sus causas principales, además de definir nuestros principales objetivos, por lo que remitimos a él. De los debates de nuestro congreso se desprendía una conclusión que figuraba ya en el Informe: finalizado 2024, un año en el que se celebraron elecciones en cerca de 70 países, entre ellos alguna de las principales potencias, que en su conjunto agrupan a la mitad de la población del planeta, era previsible un agravamiento general de la situación internacional. Los estados imperialistas ya habían decidido qué fuerzas burguesas iban a controlar el gobierno y el capital tenía las manos libres por un tiempo para llevar a cabo los planes que el periodo electoral habían dejado pospuestos. Se daba, pues, como segura una ofensiva inmediata de la oligarquía financiera y de las fuerzas que expresan sus intereses, contra los derechos sociales y políticos de los pueblos.
El reciente triunfo de Trump en las elecciones yanquis era un anticipo de cambios más profundos y de una aceleración brusca de la aplicación de planes antipopulares en los estados capitalistas. Y 2025 comienza, como acabamos de ver en el repaso a la situación internacional, con convulsiones aún mayores y más sorprendentes de las esperadas.
Nuestro país, lógicamente, ha sido alcanzado de lleno por esta marejada. Pero, sin embargo, el clima interno sigue centrado en el barro político entre las distintas fuerzas que intentan utilizar el creciente malestar general para mejorar sus posiciones y sostenerse en el lodazal en el que se ha convertido la política española.
La batalla judicial permanente entre PSOE y PP por asuntos de corrupción, el intento de la derecha nacionalista de sacar provecho de la necesidad de apoyo parlamentario del Gobierno, el del revisionismo por desmarcarse del PSOE en los temas “amargos” y apuntarse las “buenas” noticias, y de la derecha más extrema por aprovechar el ascenso del fascismo en la UE y el apoyo del trumpismo, dominan el ambiente político. Sin embargo, de continuo se ve que objetivamente existe un acuerdo entre todas ellas en hacer avanzar (o al menos dejar pasar) el recorte de derechos, la privatización de servicios públicos, las medidas de sostén de los negocios de grandes empresarios y banqueros y la militarización general que viven las potencias imperialistas.
La izquierda revisionista y populista lleva años practicando una política de la impotencia que ha llegado al paroxismo tras la constitución del último Gobierno de coalición. Los ministros de SUMAR intentan marcar una actitud más “radical”, pero buscando siempre el “diálogo social”, intentando conciliar los intereses contradictorios del gran capital y del proletariado y las clases populares, por lo que finalmente sus compromisos quedan defraudados o seriamente condicionados: se jactan cuando consiguen una reforma parcial y limitada, pero no hablan ni, menos aún, combaten las causas de los problemas reales.
Cuando la actitud del PSOE deja en evidencia el carácter cómplice de esta fuerza con el gran capital y su compromiso con la esencia reaccionaria del régimen monárquico, SUMAR intenta desmarcarse con declaraciones públicas de progresismo, con enfados y quejas. Pero ninguno de sus ministros ha dado ningún paso efectivo para desmontar las leyes que permiten al capital abrir paso a sus negocios con los servicios público o restringen los derechos democráticos constantemente amenazados por el Estado. Eluden el carácter de clase de la lucha política y la transforman en un mercadeo declarativo; algo parecido a lo que hace la Constitución monárquica con su limitado contenido social. SUMAR, asumiendo el papel que le corresponde como representante del revisionismo y de la aristocracia obrera ante las masas trabajadoras, juega a la ambigüedad declarando una cosa y la contraria al mismo tiempo (el apoyo a la creación de un ejército europeo, y el rechazo al aumento del gasto militar a costa de las inversiones sociales), al tiempo que oculta su posición respecto al envío de tropas europeas a Ucrania.
Un ejemplo: la amenaza de Trump a sus aliados de la OTAN si no incrementan su presupuesto militar hasta el 5%, y las declaraciones del secretario de la organización militar de recurrir a recortes en los servicios públicos para sufragar ese aumento, anticipan una escalada del gasto militar y más recortes en sanidad, educación, pensiones, etc.
La primera respuesta del Gobierno, de boca de su Ministra Robles, después de recodar que unos 3.000 militares y guardias civiles estaban desplegados en misiones en cuatro continentes, fue la de “tirar balones fuera”: Nosotros cumplimos, en 2018, la inversión en Defensa era del 0,93% y en 2023 del 1,13%, vino a decir; pero se le olvidó recordar que en la última década los gobiernos de turno habían incrementado el gasto un 42%,según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación por la Paz.
También se calló que, si añadimos a esa cantidad el gasto del Ministerio de Industria en ayudas de I+D que financian Programas Especiales de Armamentos de empresas militares, las transferencias de crédito para sufragar las misiones militares en el exterior, las inversiones en armamentos y la parte de los intereses de la deuda que corresponden a inversiones en Defensa, el gasto militar español sería el 2,17% del PIB en 2023, según el Centro Délau de Estudios por la Paz. Como vemos, las medias verdades, los datos ocultos y la fraseología para contentar a tirios y troyanos, transforman la realidad al gusto de los “progres” de la izquierda sumisa. Sus socios del Gobierno, tampoco tienen empacho en, al tiempo que aprueban estas partidas, acudir a manifestaciones por la paz o rasgarse las vestiduras cuando se habla del compromiso del Ejecutivo con la OTAN o aprobar las partidas para seguir armando al régimen de Ucrania. Y, al tiempo, la burguesía y sus voceros engañan a nuestros jóvenes ofreciéndoles el ejército profesional como un proyecto de vida.
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Quizá el último ejemplo ilustrativo y reciente de este clima vergonzoso, se vivió en el Parlamento, el pasado miércoles 22 de enero; ese día, el voto conjunto de PP, Junts y Vox, tumbaba el denominado “decreto ómnibus” presentado por el Gobierno, en el que se recogía la escasa subida anual de las pensiones en un 2,8%, la extensión de los descuentos en el transporte público, la revalorización del Ingreso Mínimo Vital (IMV) y ayudas a los afectados por la DANA entre otras medidas, junto con una larga serie de otras medidas que tenían que ver más con la estrategia de apoyos políticos entre las distintas fuerzas del Parlamento. De inmediato, estalló un nuevo escándalo: la derecha acusaba al gobierno de presentar esas medidas en el mismo decreto para colar de matute otras que buscaban garantizar el apoyo político de sus socios parlamentarios; este respondía acusando al PP de ser responsable de que medidas como la subida salarial de los pensionistas quedaran sin aplicar, etc.
Pero unos y otros pasaron por alto que en ese mismo trámite parlamentario, esas mismas fuerzas sí juntaron su voto con el Gobierno para aprobar el Decreto de Reforma del sistema público de pensiones, para ampliar la edad de jubilación hasta los 72 años, avanzando en la privatización del sistema de pensiones aprovechando la insuficiente cuantía de muchas de ellas, para fomentar los acuerdos individuales y “voluntarios” que vienen a transformar un derecho universal como el de las pensiones, en uno individual que justifique su paulatina privatización.
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Ejemplos de la política de la impotencia de la izquierda sumisa, que vende como un avance sustancial lo que no son más que pactos para justificar cesiones en las cuestiones trascendentales, hay muchos; de algunos, los más importantes hemos venido tratando: reforma laboral, estatuto del becario (pactado con los sindicatos a finales de 2022 y aún no aprobado), ley de vivienda, leyes como la de fomento de los planes de pensiones de empleo, que avanza en la privatización de las pensiones, etc. Este mismo año hemos tenido dos que expresan claramente lo que decimos:
* A principios de febrero, el gobierno presentaba el acuerdo alcanzado con las direcciones de CCOO Y UGT para aplicar la jornada laboral de 37,5 horas semanales. La ministra de Trabajo, no tardaba en ponerse la medalla por el triunfo y manifestaba: “no es una variable económica ni laboral más, sino un proyecto de país, que servirá para modernizar España”.
La patronal se negaba a aceptar el acuerdo y, con ello, permitía al lado “social” de la negociación colectiva, marcar sus “logros” como un avance frente a la derecha que justifica las cesiones. Las dudas sobre la aplicación real del acuerdo, no se hicieron esperar; la pregunta es evidente: ¿cómo van a controlar la aplicación efectiva de este acuerdo?, la respuesta, por supuesto, sigue en el aire. Y la duda, no es para menos, si tenemos en cuenta que el propio Gabinete Económico de CCOO hacia público en septiembre pasado que en España se trabajan 2,61 millones de horas extras no pagadas a la semana.
Por otra parte, nadie en el Gobierno parece (o quiere) recordar que en 1998, Izquierda Unida y otras organizaciones presentaron una Iniciativa Legislativa Popular, apoyada por más de 700.000 firmas, para garantizar las 35 horas semanales por Ley y sin reducción salarial; esta ley fue rechazada en el mismo trámite parlamentario con el voto en contra de PP, CiU (hoy Junts, es el heredero de esta formación de la derecha nacionalista catalana) y Coalición Canaria.
A principios de febrero, el Gobierno acordaba incrementar el Salario Mínimo Interprofesional hasta los 1.184 euros semanales, pero, la decisión del Ministerio de Hacienda presidido por María Jesús Montero, de elevar el mínimo exento de tributación por IRPF *(1), supondría que esa cuantía de 50 euros mensuales de subida acordada, se vería seriamente reducida. De nuevo, se levantó una enorme polvareda a la que rápidamente se apuntó la derecha: la extrema y la más extrema, que aprovechó para atacar al PSOE por dañar los intereses de los trabajadores (una de las pocas veces en las que la derecha reaccionaria “rompe una lanza”, si quiera retórica, por el proletariado español), denunciando cínicamente el poco compromiso social de Pedro Sánchez. En la rueda de presentación de la subida, hubo también un duro enfrentamiento verbal entre las dos vicepresidentas (la ministra de Trabajo -de SUMAR- y la de Hacienda-del PSOE) a cuenta de ello, hasta el punto de que Díaz amenazó con romper la disciplina de voto del Gobierno y votar con el PP en el debate parlamentario.
La ministra de Hacienda hizo un monumental ejercicio de cinismo declarando indignada “perlas” como estas: “se demoniza que los ciudadanos tengan que contribuir de forma justa al pago de sus impuestos” o “me gustaría que hiciera hincapié en la pedagogía fiscal”. Sirva un dato para mostrar el nivel de cinismo de la politiquería en la España monárquica:
En medio del ruido periodístico por el enfrentamiento entre las socias de Gobierno, se hacía pública una información que mostraba la catadura política de la liberal Montero y su “pedagogía fiscal”: los seis grandes bancos del país (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bakinter y Unicaja, ganaron el año pasado 31.768 millones de euros (el 21,5% más que el año anterior).
¿No hay diferencias entre la actitud de la derecha, el social liberalismo y los ministros de SUMAR? Sí, por supuesto, de hecho la ministra Díaz, en plena bronca con su colega Montero, que les acusaba de populismo, respondía: “el populismo está en desgravar el 100% del IRPF a los arrendadores”. Pero la diferencia, en la práctica, es puramente de grado y retórica (de hecho, días después del rifirrafe, las luchadoras se fundían en un abrazo y rebajaban la tensión); por otro lado, en esto, como en general en todos los asuntos políticos, el participar en un gobierno hace responsable a todas las fuerzas que entran en él, de las decisiones que adopte como la de, por ejemplo, retirar el impuesto a las empresas energéticas que han venido haciendo su agosto todos estos años a costa de los ciudadanos.
Este tipo de cinismo, construido con falsedades, medias verdades, mitos y ocultaciones es muy común entre los “políticos” profesionales de la burguesía. Los distintos gobiernos siempre han entendido lo que llaman “pedagogía fiscal” como si el fraude fiscal fuese responsabilidad de todos los ciudadanos que no entienden (por incultura económica o egoísmo) que los impuestos se aplican de forma “equitativa” -progresiva en el lenguaje económico- y sirven para pagar los servicios públicos.
Por eso, vamos a incluir un pequeño apartado sobre fiscalidad, para intentar explicar hasta qué punto miente deliberadamente la ministra Montero, como lo han hecho sus antecesores en el cargo.
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Las citas textuales (en cursiva) y muchos de los datos que aportamos, están sacados de un libro reciente, “Los ricos no pagan IRPF”,cuya lectura recomendamos, (aunque la materia es particularmente ardua, el texto es, en general, asequible). Está escrito por dos expertos, uno de ellos, JM Mollinedo, presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA), una organización que generalmente ha mantenido una posición progresista y muy pedagógica sobre la materia.
Empecemos por aclarar que, en contra de lo que dice la ministra Montoro, la recaudación fiscal no solo tiene por objeto atender los servicios públicos, sino que también se gasta en apoyar a los empresarios, sostener económicamente las instituciones, pagar los gastos militares, subvencionar a la Iglesia Católica y a otras confesiones religiosas, etc.
Con respecto a los servicios públicos sancionados en lo que la burguesía llama “Estado de Bienestar”, el libro del que hablamos señala: “España podría considerarse más frugal que la mayoría de los países comunitarios, ya que en 2020 (ya se había constituido el primer Gobierno de coalición) gastamos casi 16.800 millones de euros menos para mantener el “Estado de Bienestar” que la media de la UE, o 30.200 millones menos que la media de la zona euro. En realidad…nuestro país podría contar con unas cuentas saneadas si hubiese aumentado los ingresos tributarios en 2.020 en más de 43.600 millones, para equipararnos a la presión fiscal media de la zona euro, o en 38.000 millones, para equipararnos a la media europea…Y el aumento recaudatorio, debería ser soportado por los contribuyentes que defraudan -doblamos la tasa de economía sumergida media de los países del euro-, los que cuentan con grandes rentas y patrimonio, y los grandes grupos empresariales”
Respecto a los impuestos, se distinguen dos tipos: Los impuestos indirectos (IVA e Impuestos especiales) que se cargan sobre el consumo, la realización de determinadas actividades (tasas), alcohol, tabaco, energía, etc, y los pagamos todos en el mismo porcentaje (en el IVA el 21% como tipo general) con independencia de nuestra renta. Y los Impuestos directos (IRPF, Sociedades, Bienes Inmuebles, Patrimonio, Sucesiones y Donaciones) en los que se tiene en cuentala riqueza, la capacidad económica, etc., de la persona o la empresa que tributa (es decir “paga más” quien más tiene).
El texto del que recogemos los datos, dice: “Los Pactos de la Moncloa, establecieron en 1977 los principios en los que se debería basar la reforma fiscal…el sistema tributario de la democracia siguió siendo regresivo, por el peso de la tributación indirecta (IVA e Impuestos Especiales) y porque la tributación directa siguió recayendo básicamente sobre los asalariados por la sesgada facilidad del fraude fiscal…cuando aún no se había consolidado en nuestro país el sistema tributario ligado al establecimiento del Estado de Bienestar-por aquel entonces ya viejo en Europa-, comenzó a atisbarse la contrarreforma”.. Cabría añadir, por nuestra parte, que la contrarreforma regresiva fue obra de la derecha y del social liberalismo. No en vano, en 2003, JL Rodríguez Zapatero, un año antes de su llegada a la presidencia del Gobierno, manifestaba: “bajar impuestos es de izquierdas”.
Por eso, al final, con 20 años de diferencia “…JM Aznar y Pedro Sánchez coincidieron en destacar que los ricos no pagan Impuesto sobre la Renta” o, al menos, no lo hacen de acuerdo con su capacidad económica, dejando en evidencia el art. 31.1 de nuestra Constitución...”. Añadimos, que tampoco pagan otros impuestos, pues la economía sumergida sigue estando muy por encima de la medida de otros países: según publicaba Gestha, en julio del año pasado, entre 230.000 y 240.000 millones se mueven cada año en este tipo de economía al margen de los controles de Hacienda…España es el país del Sur de Europa donde más ha aumentado la actividad informal tras la pandemia. En 2021, se encaramó hasta el 16,9% del PIB, frente al 14% de media de la UE, y la previsión es que continúe subiendo por el efecto de la inflación y la crisis energética.
–Una parte de alguno de estos impuestos, el de Sucesiones y Donaciones, por ejemplo, está gestionada por las Comunidades Autónomas (la de Madrid y otras, bonifica el 99% de él, por lo que las grandes rentas sólo tienen que pagar el 1% de la cuota tributaria cuando adquieren una herencia o una donación, el mismo porcentaje que el resto de perceptores de rentas muy inferiores).
-El IRPF, es el impuesto que más recauda (44,2%) (le siguen, el IVA -31,5%-, y el de Sociedades (el que pagan las empresas por sus beneficios) que solo recauda el 12,4% y que ampara que las grandes empresas tributen solo un 4%, cuando deberían hacerlo al 25%.
-¿Cómo se paga el IRPF? Los llamados tipos marginales del IRPF, que se utilizan para determinar qué paga cada contribuyente, están determinados por tramos de ingresos. En España, hoy, solo existen seis tramos:
Desde 0 hasta 12.450 euros: retención del 19%.
Desde 12.450 hasta 20.199 euros: retención del 24%.
Desde 20.200 hasta 35.199 euros: retención del 30%.
Desde 35.200 hasta 59.999 euros: retención del 37%.
Desde 60.000 hasta 299.999 euros: retención del 45%.
Más de 300.000 euros: retención del 47%.
Es decir, si cobras 1 euro más de 12.450 euros, tu retención pasa automáticamente del 19% al 24 %. Y, a partir de 300.000 euros, sin embargo, cualquiera que sea tu renta, Hacienda te retendrá el 47% (lo mismo si tu renta anual es de 300.001 euros, por ejemplo, que si llega a 800.000 o más).
Por eso, cuantos más tramos hay, más se ajusta la tributación (más progresiva es). Pues bien: “…En la primera década desde el nacimiento del impuesto…los tipos marginales máximos se situaron cerca del 70% para reducirse en la siguiente en 10 puntos, situándose en torno al 55%, y seguir descendiendo a partir del año 2.000 hasta el actual 47%. Sin embargo, en lo referente a los tipos mínimos, la tendencia ha sido la contraria: mantenerlos en torno al 20% tras la primera década en la que llegaron a situarse por debajo del 10%.La conclusión es que, el porcentaje a pagar de las rentas más altas, ha bajado más de un 20%, mientras el de las más bajas, ha subido un 10%”.
En cuanto al número de tramos del IRPF, en la primera década, la escala llegó a tener más de 30, para descender en la siguiente a 15 y, por último, situarse hacia el 2000 en 5 y, actualmente, en 6… Como señalan los autores: “Nuestro país tiene un amplio margen para subir los márgenes a los perceptores de las mayores rentas”.
Qué consecuencias tiene esto: la retención de las rentas más bajas es proporcionalmente mucho mayor (y, por lo tanto, más injusta) que la de las más altas, dando lugar a un doble saqueo del proletariado y las clases trabajadoras en el ámbito productivo; primero en forma de plusvalía apropiada por la burguesía sin compensación alguna para el trabajador, y después, en forma de cotizaciones extraordinarias que pesan sobre el proletariado pero no sobre la burguesía.
La actuación de los distintos gobiernos frente a la crisis del 2008, que en España se tradujo en un crac inmobiliario enorme, nos muestra en qué se ha gastado una parte sustancial de la recaudación fiscal.
Por otra parte, según el propio Banco de España, la cifra actualizada a 31 de diciembre de 2017, de ayudas financieras para la reestructuración del sector financiero después del crac de 2008 han supuesto 64.349 millones, por lo que es fácil suponer que, en realidad, es mucho mayor (algunas fuentes hablan de 100.000 M€). Ese enorme agujero, “escapó” al control del Estado.
Gestha se pregunta: ¿Cual fue la actuación de la AEAT (Agencia Tributaria), para controlar la evasión fiscal tras el crac inmobiliario?: dejó de investigar de forma preferente la evasión fiscal en el sector inmobiliario y tampoco autorizó a investigar las operaciones opacas de las compañías inmobiliarias con billetes de 500 euros utilizadas para zanjar las ventas escrituradas a un precio menor del real.
De ahí la necesidad de insistir en la consigna del movimiento de pensionistas de realizar una auditoria independiente de las cuentas de la Seguridad Social, para conocer cuánto de este dinero que se utilizó para salvar a la banca se sacó del fondo de las pensiones públicas.
No debemos olvidar aquí, como adelantábamos más arriba, el capítulo de gasto de los gobiernos de la monarquía: el enorme e in crescendo gasto militar, la enorme financiación estatal a las grandes corporaciones, los miles de millones de euros que dan o eximen a la Iglesia Católica, las enormes subvenciones a las grandes empresas de “economía verde”, el gasto de la institución monárquica, etc.
Vemos pues, cómo la verdadera “pedagogía fiscal” de la que habla la Sra. ministra de Hacienda, no interesa en absoluto a quienes controlan el Estado, porque permitiría ver con claridad hasta donde alcanza el robo permanente a las clases populares, quien paga los servicios públicos y quien, por el contrario goza del trato más amigable del Estado y como, en la medida en que ha ido decayendo la movilización popular y el revisionismo ha hecho perder los objetivos de la lucha y ha desarmado la política del proletariado convirtiéndola en política impotente, la oligarquía ha forzado la aplicación de recortes y reformas regresivas. Frente a esta cruda realidad, la “negociación colectiva” que predica la ministra de Trabajo es la manera más directa de ser derrotados.
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Notas:
*(1) Si, en lugar de aplicar la medida propuesta por Hacienda, se mantuviera el mínimo exento del IRPF, como propusieron a María Jesús Montero los técnicos de Hacienda, para evitar que los perceptores del SMI paguen el impuesto de la Renta, el coste para las arcas públicas sería solo de 300 millones, cuando, sirva esto de referencia, uno solo de los más de 35.000 defraudadores acogidos a la amnistía fiscal de 2012, los dueños de Cartonajes Santorromán, una empresa riojana, regularizaron más de medio millón de euros (de los de entonces). Estos personajes que sí han practicado su propia “pedagogía fiscal”, incluían en su último informe de gestión, perlas como estas: “Toda la legislación laboral va encaminada a proclamar derechos absurdos, fomentar la vagancia y a defender a los malos trabajadores, dejando a las empresas indefensas ante este tipo de abusos…el nivel de absentismo se ha duplicado, estamos en el 10% y “las empresas no podemos hacer nada…Lo que no parece darse cuenta este legislador socialista-comunista es que eso produce aumento de costes, que a su vez produce inflación y, finalmente, más pobres. Quizás es el objetivo del legislador…” (Tomado de ElDiario.es).
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NUESTRAS TAREAS
Recogemos en el informe y otros documentos del congreso y lo venimos tratando desde hace tiempo con insistencia, la necesidad de trabajar dentro de las organizaciones del proletariado (o ayudar a crearlas donde no existan); esto es así, porque una de las causas fundamentales del actual estado no solo de dispersión y confusión sino de desmoralización del movimiento obrero y popular es, precisamente, el hecho de que el revisionismo ha negado la autonomía y audacia de las masas en la busca de sus propias reivindicaciones y formas de organización concretas, trasladándola a una minoría de “expertos” que se enredan y enredan al proletariado en el formalismo burgués, abandonando el verdadero papel del los comunistas, que no es otro que el de orientar y dirigir esas luchas concretas hacia objetivos revolucionarios, empujando paulatinamente, pegados a las masas, hacia formas superiores de lucha. Esto último es impensable también si nosotros, que podemos aportar la capacidad de análisis político para abordar esos objetivos, permanecemos ajenos al movimiento concreto, separados de las más amplias masas.
Como también era de esperar, la ofensiva del imperialismo ha traído como consecuencia una reactivación de la lucha popular en la calle, aún incipiente y separada de una orientación revolucionario, pero que, poco a poco, empieza a proponerse metas concretas más avanzadas. La primera de ellas, la coordinación entre ellas y la unidad. El avance no es, desde luego lineal, y no está exento de zancadillas y manipulaciones que confunden sobre los objetivos, dispersan los esfuerzos y dificultan la coordinación hacia la unidad en las luchas, porque muchas de las organizaciones en las que se articula la respuesta popular, siguen siendo manipuladas por fuerzas (las de siempre), que se resisten a ceder protagonismo a las masas y alguna de las nuevas que, como siempre, buscan “especializarse” en la defensa de alguno de los objetivos concretos para construir su propio “proyecto”.
Hagamos un breve repaso por alguna de las luchas que están siendo el centro de las movilizaciones populares:
Vivienda
Sirva este ejemplo reciente para entender lo que queremos decir sobre cómo afrontar las principales batallas concretas que tienen ante sí el proletariado y las clases populares españolas y, en función de ello, ver nuestra forma de abordar este frente de trabajo, nuestras consignas, la correlación de fuerzas, etc, en la lucha por el derecho a la vivienda (o mejor dicho, por exigir y lograr que el derecho a la vivienda, reconocido de forma retórica y formal en su Constitución, se traslade a medidas políticas, económicas y administrativas reales, que lo garanticen).
La estructura económica de nuestro país y el hecho de que sea el primer destino turístico del mundo, ha convertido este en un problema gravísimo para las clases populares y, en particular para los jóvenes, elevando la cuestión a rango de Estado. Y existen muchos intereses económicos y políticos en juego.
Durante años, la lucha por una vivienda justa ha estado centrada en acciones solidarias contra los aspectos más dramáticos, en especial los desahucios. Desde hace unos meses las convocatorias las han venido centralizando dos plataformas que, como tantas otras veces y en tantos otros temas, en lugar de trabajar juntas, rivalizan entre ellas, multiplicando las convocatorias. Y, detrás de esa pelea, nos tememos que no hay una base política, sino un intento de ser protagonistas y controlar la lucha.
Una de estas plataformas: Habitat 24, está formada por 39 organizaciones sociales, sindicatos y partidos (AAVV, IU, PCE, Podemos, UGT, CCOO, ecologistas, etc.). Podríamos decir que es la expresión institucional del movimiento, por lo que se centra en convocar movilizaciones especialmente en aquellas comunidades no gobernadas por el entorno político del Gobierno de coalición (especialmente Madrid) y sus propuestas (no sintetizadas en un programa definido, que sepamos) se mueven, en el ámbito de lo aceptable para la izquierda sumisa.
En consecuencia, aunque sus portavoces en distintas jornadas han insistido en que construir más viviendas no soluciona el problema (por supuesto que, construir más vivienda como alternativa, es una falacia que ya ha llevado a nuestro país a crisis profundas y al gran capital a forrarse a costa de las necesidades de la gente), tampoco han ido más allá de pedir una mayor intervención del gobierno (recordemos, de paso, que el Gobierno ya ha expresado su acuerdo con los empresarios del sector en que la solución del problema, es construir más vivienda, reservando una parte de los planes urbanísticos para vivienda pública, etc., y exigir a los poderes autonómicos y locales que cumplan con lo ya legislado por el Gobierno de coalición). En definitiva, más de la misma impotencia política de siempre.
El Sindicato de Inquilinas (SI) por su parte, es la expresión de una corriente ideológica de la que ya hemos tratado, que pretende que se debe rechazar cualquier expresión política o sindical en las movilizaciones. Sus formas de organización son mucho más “frescas” y democráticas, aunque, finalmente, como en todo, tiene perfectamente definido quiénes son sus portavoces y en su seno se da una durísima pelea interna por su control entre diversas tendencias y corrientes políticas oportunistas.
En una entrevista de julio pasado en Público, sus portavoces expresaban las siguientes propuestas: bajar los alquileres, blindar los contratos indefinidos para evitar que se pueda especular con el mismo piso cada cinco años, y recuperar toda la vivienda que sigue secuestrada –alquileres de temporada, pisos turísticos y propiedades de la Sareb-. Es importante también, decían, apostar por un régimen sancionador para los propietarios que cometan fraude de ley.
Otro de los objetivos del SI es la convocatoria de una Huelga de Alquileres. Esta reivindicación tiene un precedente en nuestro país: En agosto de 1931, más de 90.000 familias de Barcelona dejaron de pagar sus alquileres con el propósito de conseguir una rebaja en el precio del 40%. La iniciativa tuvo entonces una gran acogida y dos de cada tres familias trabajadoras se sumaron a la reivindicación. La huelga finalizó a principios de 1932 con un acuerdo entre inquilinos y propietarios para bajar el precio de los alquileres.
Nuestra posición.
En lo tocante a dónde y cómo trabajar, debemos continuar con nuestros esfuerzos por trabajar junto a las masas en todas las acciones que se lleven a cabo (y ayudar a la constitución de organización allí donde aún no se haya constituido), respetando los acuerdos colectivos.
Debemos trabajar sin descanso por unificar las luchas, proponiendo nuestras alternativas (ahora hablaremos de ello) y denunciando las maniobras de quienes intentan dispersar los esfuerzos enfrentando a unas organizaciones contra otras. Debemos esforzarnos en el trabajo práctico por no repetir la pelea entre unas plataformas y otras por acaparar el “protagonismo”. Por supuesto que debemos explicar lo que consideramos que son las causas de los problemas y proponer nuestras alternativas, pero, lo primero, insistimos, es ser respetuosos y leales con los acuerdos colectivos.
¿Qué proponemos en materia de vivienda?
Es evidente que la construcción de más viviendas y el conformismo con la política que hace el Gobierno de Coalición, que ya ha sido probada como inútil, es inaceptable.
Pero vayamos al grano: el problema de la vivienda no es el pequeño rentista individual, por insolidario que sea. Controlar el precio de los alquileres de pequeños arrendadores, se puede conseguir, como dice el SI, derogando el Decreto Boyer y recuperando así la prórroga automática del alquiler, de modo que se blinden los contratos indefinidos de alquiler suscritos. Es cierto, por lo tanto, que es urgente, como dice el SI, bajar el precio del alquiler, blindar los contratos indefinidos y apostar por un régimen sancionador para los propietarios que cometan fraude de ley.
Pero,¿cómo lograrlo?, para nosotros, hay dos reivindicaciones prioritarias hoy, que debemos ir proponiendo a discusión en las organizaciones:
A) Expropiarde inmediato las viviendas en poder de los fondos buitre, bancos y grandes tenedores, recuperar los inmuebles de la SAREB y las viviendas vacías, para conformar con todas ellas un parque público de alquiler social, sujeto a la autoridad del Estado. Solo de esa forma, se podrá empezar a bajar el precio de los alquileres.
Mientras un puñado de especuladores controlen, como pasa ahora, cientos de miles de viviendas y el Estado no intervenga activamente como arrendador a precio social, no se va a poder evitar que el precio de los alquileres suba, porque el mercado inmobiliario seguirá en manos de una minoría que actúa (ella sí) coordinada y ligada por infinidad de hilos con las instituciones estatales que regulan el sector inmobiliario en cada municipio y comunidad; podrán, en definitiva, como hacen en el comercio, el sector agrícola, etc., fijar los precios del mercado.
B) Avanzar allí donde se pueda en la realización de ocupaciones colectivas de viviendas vacías propiedad de grandes tenedores (fondos buitre, bancos, SAREB, etc.)
¿Realizar una Huelga de Alquileres? Es una idea que suena bien, desde luego, pero plantea algunos problemas de organización y políticos que debemos valorar.
Por otro lado, la planificación y realización de ocupaciones colectivas de pisos de grandes tenedores o que, estando vacíos, el Estado se niega a poner en circulación en un parque público de alquiler social, ayuda a organizar a las masas en el territorio donde están, a controlar mejor la realización de la acción; deja al desnudo quién controla el mercado inmobiliarios, es más fácil de defender legalmente (por cuanto el argumento de “estado de necesidad” que la burguesía da para justificar su visión “cristiana” del problema, se transforma en un argumento legal ante sus tribunales).
Lucha contra la guerra imperialista y por la paz entre los pueblos
En un mundo que avanza rápidamente hacia un enfrentamiento abierto entre las potencias imperialistas y los Estados capitalistas que les hacen coro agrupándose en uno u otro bloque, no desmarcarse clara y rotundamente de las fuerzas que quieren implicarnos en ella, bien sea en el lado yanqui, bien del nuevo imperialismo y su “mundo multilateral, o defendiendo una Europa del Capital y de la Guerra más fuerte, sería algo que no se entendería en absoluto, pues sería tanto como ser cómplice del capital imperialista.
El papel del trumpismo y del putinismo es tan grosero y evidente (por sus formas chulescas y sus delirantes propuestas se ganan rápidamente el desprecio y rechazo de los sectores populares), que las masas no entenderían que no nos desmarcáramos de las propuestas de la izquierda sumisa y de los radical-oportunistas.
Sin embargo, desde un punto de vista ideológico, es más urgente ahora mismo, desentrañar el papel de las dos potencias que juegan con el disfraz de potencias “buenas”: China y la Europa del Capital y de la Guerra; y, más urgente aún, desvelar el papel del Estado monárquico y del Gobierno de Coalición en este enfrentamiento.
Por ese motivo, recordamos dos cuestiones que deben ser una prioridad absoluta de nuestro trabajo en este frente:
- Denunciar la política, no solo de la izquierda institucional y sumisa, sino el criminal papel del radical oportunismo y del populismo en sostener la pelea inter imperialista y engañar al pueblo sobre las verdaderas intenciones de una y otra potencia en el desastre social y económico que ahoga al proletariado y los pueblos del mundo.
- Centrar nuestros objetivos políticos en la lucha por la salida de nuestro país de la OTAN, y la expulsión de las tropas extranjeras de nuestro suelo. Y en el rechazo incondicional de cualquier medida que suponga el rearme del Estado burgués que, además de implicar a nuestra clase y a nuestro pueblo en una guerra entre imperialistas, se va a llevar a cabo, como anticipaba el Secretario General de la OTAN, a costa de los derechos sociales.
Ya hemos insistido hasta la saciedad en que, el referéndum sobre la OTAN es completamente ilegítimo, incluso desde el punto de vista del derecho burgués, por cuanto los distintos gobiernos que se han ido sucediendo desde entonces han incumplido los tres compromisos que adquirió el estado monárquico y que, para reforzar el engaño que supuso aquella farsa, figuraban en la propia papeleta de la consulta.
Pero hay que trasladar esta cuestión, del papel a la calle, a los barrios, centros de estudio y trabajo. Debemos, sobre todo, llevar nuestra propuesta a las masas.
No se trata solo de aportar los datos objetivos: utilización de las bases -de todas, no solo de las que oficialmente son parte de la OTAN, como Rota, Morón, etc, sino todos los puertos que habitualmente son utilizados para el despliegue de tropas extranjeras: Ferrol, Mahón, etc.-. Debemos informar de que existe un tratado de “amistad” con EEUU firmado por primera vez por el asesino Franco y que se renueva automáticamente todos los años conforme a su art 69, sin que el Gobierno de coalición haya hecho nada por denunciarlo, sin que existan medios fehacientes de controlar el paso de armamento nuclear o prohibido por nuestro territorio.
Amnistía Internacional informaba hace un año de que, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), entre 2014 y 2023, España fue el octavo exportador mundial de armas, tras los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, Alemania e Italia, alcanzando el 2,7% del global de las exportaciones. En la misma información, da cuenta de que solo existe un protocolo no público (desde 2010) de verificación ex post de las armas exportadas para comprobar que el material no es objeto de desvío y un nuevo certificado de último destino. Por otra parte, continúa pendiente el establecimiento de una unidad específica de evaluación del riesgo de las transferencias de armas, como ya existe en países de nuestro entorno como Reino Unido o Países Bajos. Es decir, no existe manera de controlar, menos con carácter previo, en qué manos terminan las armas fabricadas en nuestro país.
Por otra parte, la UE ya ha dado autorización a los estados miembros para un “ajuste fiscal” que permita su rearme, y todos sabemos cuáles van a ser las partidas que se van a recortar para garantizarlo.
En definitiva, ésta debe ser una tarea que toda la organización del Partido debe tener en cuenta en el inmediato futuro, para desarrollar el debate y proponer acciones en todos los territorios. No caben esperas, por cuanto, en los próximos meses, la situación internacional va a empeorar. Las consignas, repetimos, son claras: OTAN NO, BASES FUERA. GUERRA A LA GUERRA IMPERIALISTA.
Sobre las pensiones
El movimiento de pensionistas ha avanzado mucho, particularmente desde 2022. El movimiento de pensionistas ha hecho suyas muchas de las reivindicaciones políticas que proponían las corrientes más consecuentes, en particular: Trabajadores Pensionistas.
El gobierno de coalición, apoyado en esta cuestión por la práctica totalidad de las fuerzas parlamentarias, incluidas PP y VOX, ha continuado desarrollando una política de paulatina privatización de las pensiones, de la que el último jalón importante fue el Decreto sobre la ampliación “voluntaria” de la edad de jubilación hasta los 72 años, del que hablamos líneas arriba.
Algunos movimientos, en particular en las fuerzas nacionalistas y, de manera particular Bildu, apuntan a un intento de separar el movimiento de pensionistas de las nacionalidades históricas del conjunto del Estado, lo que podría terminar a futuro, en romper la caja única.
En Euskadi, se ha desarrollado una ILP con objeto de que las pensiones de los trabajadores de esa nacionalidad sean completadas por los fondos del Gobierno Vasco. Las firmas ya están recogidas, pero, para que el Parlamento Vasco debata la ILP, debe contar con la autorización previa del Parlamento Estatal.
De lograrlo, en cualquier caso, seguirían en pie muchos aspectos comunes de la lucha de los pensionistas en todo el Estado: La defensa de las pensiones públicas y el rechazo de los Fondos de Pensiones de Empleo exigiendo la derogación de la ley del 9 de junio de 2022, y el resto de normas aprobadas para avanzar en la privatización, incluido el último decreto sobre aumento voluntario de la edad de jubilación hasta los 72 años; y la realización de una auditoría independientemente de las cuentas de la SS, que demostraría que con el dinero de las pensiones (recordemos que es un sistema de reparto constituido por las aportaciones de todos los trabajadores) se han estado pagando otras partidas, incluida la ayuda a la banca tras la crisis de la vivienda. Especialmente importante, por el calado político, es la reivindicación de que sea el movimiento pensionista el interlocutor directo con el Gobierno.
Varias corrientes del movimiento de pensionistas están trabajando colectivamente, para lograr la unidad del movimiento, hoy fragmentado en numerosas secciones o corrientes, y en el avance de la lucha de los pensionistas hacia otros objetivos generales que afectan al conjunto de la clase obrera: vivienda, sanidad, enseñanza, etc. Es importante apoyar estos esfuerzos que esperamos que vaya dando fruto en el inmediato futuro.
Otros servicios públicos
La degradación de la sanidad y de la enseñanza públicas se ha acelerado los últimos meses. El acceso al Ministerio de Sanidad de una conspicua representante de Más País, por ejemplo, no ha cambiado en nada la evolución desastrosa de este servicio público golpeado por la desidia del Estado, y la acción deliberada de la mayoría de los gobiernos de CCAA, especialmente (pero no únicamente) en algunas comunidades, como Madrid.
La presión de la sanidad privada, con el apoyo de los poderes públicos es tal, que incluso algunas entidades que han hecho de la salud de los ciudadanos su negocio a costa del estado, están manifestando su saturación, por la constante derivación de enfermos de la sanidad pública a la privada. Datos como que las prácticas de los módulos sanitarios en centros públicos de FP en Madrid, se están derivando hacia centros sanitarios privados (sujetos al pago de “matrículas” escandalosas) y, negando su realización en centros públicos, han llevado a los alumnos a convocar varias movilizaciones.
La situación en la enseñanza no es mejor: la venta de títulos “ad hoc” en universidades privadas , la sujeción de la creación de grados, a las necesidades mutables de las empresas, la degradación del contenido de muchos de ellos para acabar con el sentido general de la educación universitaria, junto a la venta de doctorados “honoris causa” a personajes como IDA, en demanda de favores políticos, etc., son la cúspide de unos problemas que empiezan en la enseñanza infantil y van creciendo conforme aumenta el grado de formación, y, por tanto, el interés económico del capital en invertir en el negocio de la educación:
Ratios brutales, creación de guetos, falta de profesionales y recursos, de inversión, mantenimiento de los conciertos en la LOMLOE (del Gobierno PSOE-UP), carga burocrática en detrimento de la labor pedagógica, formalización de la enseñanza, sujeta a continuos protocolos y “modelos” que subvierten el contenido racional y la motivación del alumnado por una pedagogía retórica y ritual, intentan ocultar el problema real: la conversión de la educación en otro negocio ahorrando dinero para que el estado pueda invertir en armas, y en apoyo de los empresarios en sus negocios.
Las alternativas de nuestro partido siguen siendo, en primer lugar la de exigir la derogación inmediata de cuantas normas permiten la concesión de conciertos con entidades sanitarias o educativas privadas. Una cuestión es que sigan existiendo centros privados y otra bien distinta, que el Estado delegue en ellos la prestación del servicio público.
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