Comunicado de la Comisión Permanente de Federación de Republicanos (RPS)
Con gran pompa y boato han celebrado en las Cortes lo que han llamado “40º aniversario de la democracia” con motivo de las primeras elecciones y la constitución de las cortes monárquicas tras el franquismo que impuso la monarquía.
La celebración, que nunca antes se había hecho, llega ahora no por casualidad y en la misma se han dado hechos que ilustran la actual situación de la monarquía y su posición ante los problemas del país. No llega por casualidad porque ha sido un acto mas de maquillaje para ensalzar a Felipe VI y marcar las diferencias con el reinado de su padre lleno de escándalos, corrupción e intrigas, aun sin resolver, que terminó con su abdicación, forzado por los hechos, y en una coronación exprés de Felipe VI en el 2014 cuando el auge de las luchas popular y republicana eran más que notorias.
La Casa Real, argumentado seguir el guión protocolario, ha excluído al rey emérito de todos los actos en un claro distanciamento con el mismo para dar una imagen de la monarquía mas creíble y lejana de la que regentó Juan Carlos I. Felipe VI nombró en su discurso por primera vez al franquismo como la “dictadura”, otro gesto más para distanciarse de los pasos de su padre que fue el protegido de Franco.
Sin embargo estos hechos no cambian la esencia misma de la monarquía: fue resultado de la imposición de Franco y el franquismo, de una transición que fue contestada por cientos de miles de trabajadores en todo el país durante años y con mas de 400 asesinados por las fuerzas policiales en una represión feroz y sistemática que mantuvo/mantiene a todos los franquistas con sus privilegios e impunidad gracias a la ley de amnistía que se firmó entonces.
Previa a la conmemoración, el grupo parlamentario Unidos-Podemos hizo un acto de homenaje a las víctimas del franquismo en el que se resaltó la lucha heroica de quienes murieron defendiendo la libertad. Iglesias y Garzón los definieron como “defensores de la democracia” pero se les “olvidó” matizar que esos héroes, de los que aun decenas de miles permanecen en las cunetas, lo que defendieron fue la democracia republicana legalmente elegida por el pueblo, empañando con ello la memoria que decían defender.
El discurso huero, afectado e insustancial de estos neo-socialdemocrátas de Unidos-Podemos obvió lo más importante: les da pánico y pavor hacer constar que el franquismo, esa dictadura terrorista frente a la cual todas las formas de lucha estaban plenamente justificadas, murió asesinando el veintisiete de septiembre de 1975 a cinco jóvenes republicanos y antifascistas con un gobierno en que Martin Villa, Fraga Iribarne y Adolfo Suárez eran altos cargos. Y que estos tres fascistas fueran homenajeados en los fastos monárquicos, sin réplica por parte de ningún parlamentario o senador de Unidos-Podemos en su acto de memoria, es un insulto y una traición a todos aquellos que han luchado, luchan por la libertad y la República.
El monarca en su discurso habló de las víctimas del terrorismo pero ni una sola mención a esos republicanos fusilados, torturados, encarcelados durante el régimen franquista ni tampoco para todos los hombres y mujeres asesinados durante la transición o aquellos que por defender sus derechos laborales aun permanecen en las cárceles de la monarquía. Sí tuvo tiempo para darle una medalla conmemorativa de reconocimiento por su papel en la Transición a Rodolfo Martín Villa, exministro de Relaciones Sindicales en 1975 con Franco, responsable de dar honores a un torturador como Antonio González Pacheco alias “Billy el Niño” (que está imputado en la querella argentina contra los crímenes del franquismo al igual que Martin Villa); responsable de la calificada como la mayor matanza de la transición, la de Vitoria el 3 de marzo de 1976, día en que fueron asesinados 5 obreros y resultaron heridas otras 150 personas en las cargas policiales en el barrio de Zaramaga de la capital alavesa y responsable de todos los asesinados y heridos por cargas policiales en las manifestaciones por la libertad y la República como ministro de Gobernación entre 1976 y 1979.
Felipe VI también dijo que “Fuera de la ley solo hay arbitrariedad, imposición e inseguridad” pero obvió decir que es la arbitrariedad de la ley monárquica la que ha permitido que su hermana y cuñado Undargarín se vayan de rositas en un juicio por estafa en vez de a la cárcel; la que permite que la corrupción campe a sus anchas por todo el estado saqueando lo público en beneficio de sus “compi yoguis”; que sus leyes son las que han impuesto al pueblo la ley mordaza y una represión feroz; que la inseguridad la tiene la inmensa mayoría del pueblo que ve que con sus leyes laborales, tan restrictivas como las aprobadas en la reforma laboral, pierde poder adquisitivo, trabajo y derechos que le llevan a situaciones angustiosas por no tener para comer, perder su vivienda o sufrir el deterioro de la sanidad y educación en beneficio de unos pocos millonarios.
Este acto como ejercicio para consolidar una segunda transición que apuntale el maltrecho edificio monárquico, como pretenden con denodado tesón las corrientes populistas, socialdemocrátas de nuevo cuño y oportunistas de todo pelaje, no les ha salido bien. Sus contradicciones son tan notorias que no han convencido a nadie, ni siquiera a sus acólitos.
La lucha contra la monarquía impuesta por el franquismo se hace hoy mas necesaria que nunca para romper con este régimen cuyo único interés es beneficiar a las grandes fortunas y multinacionales. Organicemos y consolidemos en todas partes la lucha por la III República, la única que puede garantizar el verdadero cambio a los grandes problemas que tiene nuestro pueblo
Madrid, 30 de junio de 2017
Comisión Permanente de Federación de Republicanos (RPS)