Comunicado para el 14 de Abril de 2021
Tras un año de pandemia, la situación sanitaria y la grave crisis económica que la acompaña están poniendo cada vez más de relieve la acelerada descomposición del régimen monárquico, heredero del franquismo. Al mismo tiempo, la crisis está mostrando a las claras las tremendas limitaciones que supone este marco político para dar respuesta a los gravísimos problemas que atraviesan las clases trabajadoras: cientos de miles de familias sin ayuda económica alguna, el peligro de próximos despidos masivos, una juventud azotada por el paro y sin expectativas de futuro, la amenaza sobre las pensiones, la larga persistencia de la nefasta reforma laboral del PP, la ruina de los trabajadores autónomos, la dificultad de acceso a la vivienda y la continuación de los desahucios…
Algo parecido sucede con los derechos democráticos de expresión, manifestación e información, que se ven sometidos a una degradación acelerada y premeditada, al amparo de unas leyes mordaza diseñadas para reprimir y debilitar el movimiento popular. El régimen del 78 responde a su propia crisis escorándose cada vez más claramente hacia posiciones autoritarias y atacando las libertades individuales y colectivas, especialmente en lo que se refiere a los derechos de la mujer, a sus organizaciones y movilizaciones, así como a la clase obrera.
En este contexto, y dado el origen del régimen monárquico -cuya Jefatura debe su puesto nada menos que a un criminal como Franco-, no es de extrañar el evidente avance del fascismo y, en general, de las posiciones de ultraderecha: tanto en el debate político, en el que tiende a imponer su propia agenda ultrarreaccionaria, como en diferentes sectores de la sociedad y en las instituciones del Estado, incluyendo Ejército, policía y judicatura. Y todo ello con la escandalosa complicidad, e incluso el apoyo activo, de los grandes grupos empresariales de prensa, radio y televisión.
Junto a todo esto, la Corona se comporta como lo que es: una institución que puede robar, mentir y manipular sin estar sometida a ninguno de los pilares que se suponen a cualquier estado que se quiera hacer llamar de derecho. Al contrario, los escándalos continuos ponen en cuestión todo el entramado del régimen monárquico. Aunque se siga censurando y persiguiendo a quienes denuncian delitos y comportamientos comprobados y ya conocidos en toda Europa, no lograrán acallarnos, sino reafirmarnos en la necesidad de que nos devuelvan la República que nos arrebataron con el golpe de estado.
En definitiva, estamos sufriendo las consecuencias de no haber roto definitivamente, en estos más de cuarenta años, con un franquismo que sigue vigente -y cada vez más envalentonado- en las instituciones del Estado.
La situación exige poner en marcha políticas realmente progresistas. Es necesario derogar las reformas laborales del PP y del PSOE y recuperar los rescates a la banca; devolver a manos públicas los servicios básicos (agua, gas y electricidad) y nacionalizar los sectores estratégicos de la economía; derogar las leyes mordaza y cuantas atenten contra los derechos y libertades políticas; derogar la reforma de las pensiones, garantizando unos ingresos dignos para nuestros mayores y dependientes; asegurar el derecho a una vivienda digna e impedir por ley los desahucios de primeras viviendas en propiedad; eliminar los conciertos en sanidad y educación; renacionalizar y desarrollar los servicios públicos de transporte…
Pero difícilmente resolveremos los problemas de las clases trabajadoras si no rompemos de una vez por todas con esa herencia franquista, que estrangula nuestros derechos y coarta nuestras posibilidades de desarrollarnos, como sociedad y como personas. Es necesario, por tanto, superar el régimen monárquico y el corsé que representa para los intereses de los trabajadores y trabajadoras. Es necesaria una democracia más auténtica: LA REPÚBLICA.
¡VIVA LA REPÚBLICA!
Convocan: PCE (m-l) – JCE (m-l) – Republicanos – CCOO – Hiperbórea – PCPE – Esquerra Unida – República en Marcha – PCPV – Podemos