J. Romero
Ahora, cuando tocaría afrontar los exámenes para prepararse el grado, labrarse un futuro, seguir el tran tran de una vida que se supone ya encauzada pero que cada día es más incierta, en nuestro país, cientos de estudiantes llevan días acampados en solidaridad con el pueblo palestino, al que las bombas nazi sionistas niegan la posibilidad siquiera de seguir viviendo cada día.
Ahora, cuando es normal que los medios, oficiales y oficiosos, habitualmente parcos a la hora de alterar la normalidad del día a día en la España aborbonada, recuerden que en caso de guerra serán los jóvenes de entre 19 y 25 años los primeros en ser movilizados, o se hagan eco de las advertencias de los padres guerreristas de la “democrática” Europa del Capital y de la Guerra, sobre la posibilidad cercana de un conflicto en el que se vea involucrado nuestro pueblo, es una esperanzadora noticia saber que cientos de jóvenes estudiantes se enfrentan a la normalidad del imperialismo, para expresar su apoyo al pueblo palestino que sufre el exterminio sistemático por parte de un Estado salvaje, dispuesto a expulsarle de su tierra para extender en ella el negocio de sus miserables dueños.
La movilización estudiantil en España, como también en EEUU, Francia, etc, está sirviendo para establecer dos líneas de demarcación política respecto al genocidio palestino: no solo la división de trazo grueso frente al fascismo rampante(1); también, la línea que separa una mera política de gestos, por más que estos sean importantes, de la política necesaria frente a la barbarie en marcha, que amenaza a todos. Y esta es la línea más difícil de establecer debido a la demagogia y el cinismo de tantos “pacifistas” que recurren a la emoción ante la barbarie, pero callan sus causas políticas y su propia responsabilidad o la de sus patrocinadores; es también la más importante, porque ayuda a avanzar hacia el campo de la revolución, a mucha gente aún confundida por la hábil propaganda del oportunismo.
Los comunistas siempre hemos dicho que la actitud ante la guerra viene determinada por el carácter de esta: no es igual la legítima respuesta contra su propia burguesía de un pueblo que lucha por su libertad o contra una potencia agresora, que la guerra que obedece al interés de un estado burgués que busca nuevos esclavos o, simplemente, cambiar o contentar a su amo.
Cuando hablamos de lo que ocurre en Gaza, no debemos olvidar que el brutal exterminio del pueblo palestino, aunque con particular saña a partir del pasado 7 de octubre, se viene ejecutando desde hace más de setenta años. El sionismo criminal no solo se sostiene con la ayuda de la clase política yanqui, cuyo apoyo es el más evidente por ser el patrón del grupo de matones del imperialismo occidental(2). Tras una fachada de fingida indignación, por ejemplo, la mayor parte de los estados árabes cuyos gobiernos se rasgan las vestiduras por el genocidio palestino, siguen cooperando con el nazi sionismo y su sostenedor yanqui: Egipto, Qatar, Arabia Saudí, etc, toman conscientemente parte del “juego de tronos” entre las grandes potencias imperialistas para repartirse de nuevo el mundo arrebatando al rival sus presas; dan palmadas de ánimo con una mano al pueblo palestino y se duelen por su destino, pero con la otra siguen manteniendo los intereses económicos y políticos que les liga al Estado de Israel.
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Los social chovinistas, también callan lo que les interesa cuando nos hablan, por ejemplo, de las bondades y las supremas razones del sátrapa Putin y su régimen reaccionario en el campo internacional. Es cierto que este personaje, actor particularmente agresivo en la pelea interimperialista, ha mantenido una actitud “de perfil bajo” con Israel desde Octubre; pero afirmar que apoya o ha apoyado al pueblo palestino en su lucha de liberación nacional, o que se opone a la expansión del estado sionista por la región, es rotundamente falso.
Esto decía “Enlace Judío” un sitio web cercano al Estado de Israel, en enero de 2.016: “Con la aparición de Putin…Israel se encontró lo más parecido a un amigo que haya tenido alguna vez en Moscú…en 2014 Putin fue uno de los pocos líderes mundiales en apoyar la Operación Margen Protector contra Hamas…”(3) En Junio de 2023, tres meses antes del inicio de la carnicería sionista, Rusia anunciaba la apertura de una sección de su embajada en Jerusalén (creemos que este paso beneficia a los intereses de fortalecer aún más las relaciones amistosas y multifacéticas entre Rusia e Israel, decía la nota oficial). Israel calificó este paso como un logro político, al considerar que Jerusalén es su capital “eterna e indivisible”, aunque ni la ONU ni gran parte de la comunidad internacional reconocen esta interpretación.
La posición del gobierno de Israel en la guerra de Ucrania, provocó por esas mismas fechas un serio conflicto entre Netanyahu y su aliado Zelensky, después de que la embajada ucraniana en Jerusalén hiciera pública una nota en la que se decía: “... Israel…ha incrementado el comercio bilateral con el sanguinario régimen de Moscú durante los últimos dos años y forja activamente relaciones con la Federación Rusa…en realidad, sobre el terreno, la llamada “neutralidad” del gobierno de Israel es considerada como una clara postura prorrusa”.
Y estas fluidas relaciones entre Putin y Netanyahu han continuado tras el inicio del genocidio sobre el pueblo palestino. Diario.es, recogía, en marzo pasado, estos datos, que resumo: “desde octubre de 2023, al menos 600 kt de crudo kazajo-ruso han llegado a Israel a través del Consorcio del Oleoducto del Caspio (CPC)…Rusia también parece haber mantenido los envíos regulares de gasóleo de vacío (VGO, por sus siglas en inglés), un fuelóleo de baja calidad que se transforma en combustible de aviones y en gasóleo mediante un proceso de hidrocraqueo…Según los datos, cuatro cargamentos con más de 120kt de VGO también habrían salido de Rusia con destino a Israel tras el fallo de la CIJ ordenando a Israel tomar todas las medidas posibles para evitar un genocidio”.
China, otro de los patrocinadores del social chovinismo revisionista,siempre ha sido pragmática en sus relaciones con los nazi sionistas. El pasado 2 de Noviembre, cuando el genocidio ya estaba en marcha, la revista digital China Briefing que define como su objetivo el proporcionar “información comercial fácilmente comprensible, fácilmente accesible y actualizada para el inversor extranjero en China”, publicaba un largo artículo del que entresaco las siguientes estractos: “China es actualmente el segundo socio comercial de Israel…En 2021, China superó oficialmente a Estados Unidos para convertirse en la mayor fuente de importaciones de Israel. En un esfuerzo por diversificar sus reservas de divisas, Israel incorporó el yuan chino a las reservas de su banco central por primera vez en abril de 2022, al tiempo que reducía sus tenencias de dólares estadounidenses y euros… Desde el punto de vista diplomático China ha adoptado una postura firme para erigirse en una destacada influencia diplomática en Oriente Medio. Esta dirección estratégica es coherente con la ambición general de China de posicionarse como un líder global activamente implicado en la resolución de complejos conflictos internacionales… Esto también puede verse en el enfoque neutral adoptado por el país tras el recrudecimiento del conflicto entre Israel y Hamás en el sur de Israel y Gaza, que comenzó el 7 de octubre de 2023...” (los subrayados son míos).
Como vemos, el estado sionista es un socio que se disputan todos los actores de la pelea interimperialista que buscan todo tipo de eufemismos para desmarcarse de sus crímenes, pero siguen apoyándo.
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¿Y el estado monárquico?
«El Estado español es cómplice, el internacionalismo es un deber” reza una pancarta en la acampada de la Universidad Complutense. Aunque el Gobierno de coalición ha tenido gestos positivos: denuncia del genocidio como un crímen de guerra, compromiso de reconocer el gobierno palestino junto a otros países de la UE, etc; su política no es coherente con un compromiso real por la paz entre los pueblos.
El Estado español forma parte activa de la OTAN y lo hace, además, de foma ilegal pues contraviene sus propios compromisos, adquiridos en el referéndum de 1986. La papeleta de aquella consulta incluía tres condiciones que los distintos gobiernos han violado: 1) no incorporarse a la estructura militar integrada 2) prohibir la instalación, almacenamiento o introducción de armamento nuclear 3) reducir progresivamente la presencia militar de EEUU en España.
Desde entonces, la utilización permanente o “temporal” de puertos españoles (Rota, Cartagena, Ferrol, etc) por parte de buques o aeronaves de la OTAN que toman parte en operaciones bélicas es constante, por más que el gobierno lo niegue. Las recientes declaraciones de la Ministra de Defensa, sobre la posible conversión de Mahon en base de la OTAN, son al respecto un monumento al cinismo: “no existe previsión alguna para que el territorio balear asuma ser base naval de la Organización, más allá de su papel actual como puerto puntual de escala para las flotas permanentes de la Alianza”. Es decir, nuestro territorio está siendo utilizado por naves y aeronaves de EEUU, Gran Bretaña y otros países de la OTAN, que transportan armas con las que el ejército sionista asesina a los palestinos.
Por otro lado, el gobierno no puede decir que trabaja por la paz, cuando, según señala el Centre Delás por la PAZ, este es el gobierno que más ha aumentado el gasto militar en las últimas décadas (82.700 millones de euros desde 2019).(4)
Los participantes en el esperpento de Vista Alegre, incluído el criminal de guerra y ministro sionista Amichai Chikli, lo mismo que los empresarios (ejecutivos de Abertis, BBVA, Dia, Iberia, Mapfre, Santander y Telefónica, entre otros) que se reunieron con Milei, uno de los más virulentos defensores del sionismo, tienen muy clara su opción: apuestan por el terror, por la guerra contra los trabajadores y los pueblos: la brutal destrucción de Gaza, el asesinato de civiles palestinos, la sistemática eliminación de los ya escasos derechos sociales del pueblo argentino, son la prueba.
En una situación como la actual, no caben juegos de palabras o subterfugios. El Gobierno español no puede decir que se mantiene al margen del conflicto, ninguno de sus ministros puede ocultar lo que es evidente para todos: España forma parte activa de uno de los bloques imperialistas, lo que nos implica en la guerra que se extiende y supone una amenaza para nuestro pueblo. Luchar contra la guerra, es luchar contra quien la promueve: el imperialismo cualquiera sea el disfraz que utilice.
Notas:
1.- En el cónclave fascista celebrado en Madrid el 19 de mayo, asistía entre otros, Amichai Chikli, Ministro sionista, uno de los más duros representantes del criminal gobierno de Netanyahu…Otro defensor del estado burgués terrorista, el senador yanquí Lindsey Graham sugería recientemente en una entrevista, sin que ningún tribunal de la “democrática” potencia imperialista le haya procesado por incitación al genocidio, utilizar la bomba atómica contra Gaza: “Se hizo en Hirosima y fue la decisión correcta” añadía este personaje inhumano.
2.- El Senado de EEUU acaba de aprobar un paquete de ayuda militar de 95.000 millones de dólares para Ucrania, Israel y Taiwan (los tres puntos de mayor fricción entre los dos bloque imperialistas enfrentados) de los cuale 26.400 iran en apoyo del estado sionista.
3.- Entre Julio y Agosto de 2014, el ejército israelí lanzó la denominada Operación Margen Protector. La lluvia de bombas que se abatió sobre la franja de Gaza se saldó con la muerte de 2310 palestinos y unos 11 500 heridos (el 70% civiles) según datos del Ministerio de Salud de Gaza. Las ongs presentes en el terreno denunciaron también la destrucción de 20.000 casas.
4.- Esta misma organización señala que, si se utiliza el criterio de la OTAN para contabilizar el gasto militar, este realmente alcanzó en España el 1,98% del PIB ya en 2022 y superó el 2% el año pasado.
¡¡VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO POR SU LIBERTAD!!
¡¡OTAN NO, BASES FUERA!