Secretariado del Partido Comunista de España (marxista-leninista)
El Gobierno de coalición ha anunciado su decisión de terminar 2025 destinando 10.471 millones más a los presupuestos militares para cumplir con la exigencia hecha por los EEUU y secundada por la UE, de que cada Estado miembro de la OTAN dedique al menos el equivalente del 2% de su PIB a armamento y defensa, pese a que el plazo para lograrlo finaliza en 2029.
Según explicó el propio Pedro Sánchez tras el consejo de ministros del martes 22 de abril, el plan presupuestario ya se ha enviado tanto a Bruselas como a Washington, lo que anula cualquier posibilidad de debate parlamentario, negociación o enmienda, por parte del resto de partidos, sentando un arriesgado y peligroso precedente de unilateralidad del poder ejecutivo.
Sánchez ha tratado de suavizar el impacto asegurando que esta subida del gasto público (mayor por sí misma que toda la subida sostenida durante toda la década anterior), no va a afectar al «Estado del bienestar» ya que se financiará mediante fondos europeos destinados a ciberseguridad, pero también mediante «ahorros» del Estado (ahorros logrados, entre otros métodos, gracias al abandono de proyectos aprobados pero no ejecutados). Con ello, la burguesía demuestra una vez más que siempre miente cuando asegura que no hay dinero para acometer las inversiones públicas destinadas al desarrollo de las clases populares, además de legitimar el incumplimiento de los proyectos aprobados como método de «ahorro».
Los compromisos militaristas se aprueban a toda prisa y los millones afloran inmediatamente para llenar los arsenales y cuarteles, mientras que el dinero nunca llega para garantizar una sanidad pública de calidad en todos los niveles; nunca para que una educación pública universal y gratuita; ni tampoco para llenar la saqueada hucha de las pensiones o nacionalizar sectores estratégicos de la economía; nunca hay dinero para ciencia e investigación estatal, ni para crear el imprescindible parque público de vivienda en alquiler, etc. En definitiva, el Estado nunca tiene dinero para atender las necesidades de los trabajadores, pero siempre lo encuentra para atender los caprichos del gran capital.
De los 9 acuerdos firmados por PSOE y SUMAR en octubre de 2023 como condiciones para la coalición de gobierno, la inmensa mayoría siguen esperando su materialización (derogación de la Ley Mordaza, reforma fiscal orientada a una mayor aportación de las grandes empresas, terminar con las listas de espera sanitarias, creación de un parque de vivienda pública que cubra el 20% del total, etc.), sin que ninguna de las dos partes firmantes se moleste en fingir el más mínimo interés por cumplirlos. Como tampoco se cumplieron los principales compromisos del primer gobierno de coalición PSOE-UP: derogación de esa misma Ley Mordaza, de la reforma de las pensiones del PP, de la reforma laboral, etc.
La burguesía internacional está decidida a pisar el acelerador de la guerra y el gobierno de coalición social-revisionista de España no es ninguna excepción. Así ha sido siempre, desde que el siniestro Felipe González engañó a todo un país con su «OTAN, de entrada, no», que culminó con un referéndum aprobado bajo tres condiciones muy concretas (no incorporar a España a la estructura militar de la alianza; la prohibición de introducir almacenar o instalar armamento nuclear en territorio español; y reducir la presencia militar estadounidense en España), que han sido sistemáticamente violadas sin el menor problema desde el primer instante, hasta el actual gobierno de coalición que, más allá de gestos simbólicos y retórica vacía, sigue siendo un gobierno sumiso a los EEUU, partícipe del criminal imperialismo occidental, que está impulsando la militarización de la economía y la sociedad, unciendo a España al carro de la guerra, y que está poniendo en grave peligro a su mismo pueblo al abrir la puerta a que sea blanco de acciones militares.
Bajo sus sonrisas y mensajes de progreso y paz social, ambas caras de la misma moneda, SUMAR y PSOE, actúan al unísono para sacar adelante políticas antipopulares y militaristas que allanan el camino para un futuro gobierno aún más guerrerista, ultrarreaccionario y filofascista. En esta siniestra tarea, SUMAR, a pesar de su teatralidad y retórica estéril, se convierte de facto en el imprescindible bastón sobre el que se apoya el PSOE debido a su inestabilidad parlamentaria, para llevar a cabo esta política de guerra. Es cómplice y corresponsable de ella, y lo será mientras siga siendo parte del Gobierno.
Las clases trabajadoras y populares, así como los pueblos de España, no podemos seguir siendo testigos mudos de estas maniobras y traiciones de «nuestro» gobierno. Tenemos la imperiosa necesidad de organizar nuestra autodefensa frente a quienes preparan nuestro sacrificio en el matadero de la próxima guerra imperialista mundial y nuestra agonía bajo la explotación y la miseria cotidianas del capitalismo. La lucha de clases nos urge a reaccionar; a responder a la agresión permanente de la burguesía mediante la organización y la acción en defensa no solo de nuestros derechos más fundamentales, sino de nuestro simple derecho a vivir.
No tenemos tiempo para titubear; los acontecimientos se precipitan cada vez más rápido y con mayor agresividad, encaminándonos a una agudización de la lucha de clases, y nuestra obligación es que nuestra clase y nuestro pueblo estén preparados para afrontarla en las mejores condiciones.
NI UN RESPIRO A LA BURGUESÍA, NI UN RESPIRO AL IMPERIALISMO, SEA DEL COLOR QUE SEA
Unidad, claridad y firmeza contra el capital y sus guerras
POR EL SOCIALISMO Y COMUNISMO
