XXIX Plenaria de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas
Queridos camaradas
Saludamos con nuestros sentimientos más revolucionarios el aniversario de la fundación de la CIPOML, la organización más avanzada de la unidad de los trabajadores de diferentes partes del mundo, que comparten el mismo destino. Es la unidad que da el espíritu internacional a la lucha de la clase obrera por la revolución y el socialismo en todo el mundo.
Queridos camaradas
La necesidad de la revolución proletaria se siente en cada momento de la vida cotidiana de los pueblos oprimidos y de los explotados de todo el mundo. Millones de bebés mueren de hambre cada día mientras aumentan los beneficios de las empresas. El número de trabajadores cuyas vidas son arrebatadas en asesinatos laborales se parece a los balances de la guerra. Los trabajadores son explotados durante horas sin ver siquiera la luz del día, sólo para poder alimentarse… Bajo la mentira del capitalismo verde, la naturaleza es expoliada ilimitadamente como nunca antes… Como hemos visto en Palestina, un pueblo es brutalmente masacrado, toda la vida en los territorios palestinos tanto los seres humanos como la naturaleza se convierte en el blanco de la barbarie sionista israelí. Mientras que la barbarie prohibicionista que pide a los pueblos del mundo que guarden silencio sobre estas masacres prevalece en los países que se llaman a sí mismos la cuna de la democracia… Echamos un vistazo a las geografías devastadas por la guerra y vemos el hecho de que la muerte se haya convertido en algo más cercano que la vida para la mayoría de los pueblos del mundo. Estos son los indicadores más simples de la irracionalidad de este orden bárbaro…
En casi todo el mundo se restringen aún más los derechos y libertades democráticos bajo el pretexto de luchar contra la emigración, el terrorismo, defender el país y asegurar una economía con desarrollo estable etc. En todos los países se fortalece el racismo, el chovinismo y la xenofobia. Todo esto demuestra que los monopolios tienen dificultades para gobernar como antes no sólo en los países dependientes sino también en los países capitalistas desarrollados. Y frente a todo esto, inevitablemente, el descontento, la lucha y las tendencias de organización aumentan entre los obreros y trabajadores. Como por ejemplo en Turquía…
Queridos camaradas
Es el momento de insistir una vez más.
La revolución proletaria tiene un carácter internacional. Se piensa que esta característica es propia del trotskismo, aunque no lo merezca en absoluto. Sin embargo, lo que es peculiar del trotskismo es la visión errónea de que esta revolución no puede sobrevivir cuando se realiza en uno o unos pocos países y que es necesario embarcarse en aventuras para extenderla por todo el mundo.
Las condiciones concretas de cada país son sin duda importantes. Aunque en cada país no se den procesos completamente específicos, estas condiciones concretas diferencian y determinan las formas de la transición de las revoluciones de los distintos países a la revolución proletaria. Sin embargo, en la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, la revolución proletaria ahora puede ser una revolución internacional.
Esto no es sólo así porque los distintos países son eslabones de una única cadena capitalista imperialista. Sino también porque tanto la burguesía como el proletariado son clases internacionales y la lucha de clases es una lucha de escala y contenidos internacionales.
El proletariado es una clase internacional, con un único interés común, al margen de las peculiaridades nacionales de los países. El proletariado sólo puede derrotar a la burguesía y al capitalismo mediante una lucha a escala mundial. La revolución proletaria es nacional en su forma, pero internacional en su esencia.
Precisamente por ello, el proletariado, como clase internacional, no puede contentarse sólo con la solidaridad internacional sino debe organizarse como clase internacional; no puede descuidar la dimensión y la organización internacional de su lucha mientras lucha dentro de los límites del estado nacional que se le impone.
La CIPOML, como la forma más avanzada y revolucionaria de organización internacional del proletariado en la actualidad, es una necesidad vital del proletariado. Es vital para todos los oprimidos y trabajadores del mundo de hoy que todas las organizaciones y partidos miembros recuerden esta responsabilidad y los deberes históricos, la discutan de nuevo y se posicionen en consecuencia.
Nosotros, por nuestra parte, trabajamos y trabajaremos por el fortalecimiento de la CIPOML y por la extensión de su organización a todos los países. Sabemos, por supuesto, que podemos cumplir con éxito esta tarea convirtiendo las fábricas en nuestras fortalezas y manteniendo posiciones firmes contra la burguesía en nuestro propio país.
Queridos camaradas,
Todos sabemos que el mundo, con sus grandes contradicciones cada vez más agudas, ya no cabe en sí mismo. Estamos en el umbral de una nueva época. La necesidad de los partidos de clase y de su intervención política crece en todos los países, incluso en aquellos en los que una revolución proletaria parecía lejana.
La lucha económica ya no puede ser meramente económica; tiende a la politización.
Esta politización se manifiesta tanto en las reivindicaciones de clase como en la intransigencia de las posiciones de la burguesía y de los gobiernos, en la creciente violencia de su guerra contra la clase trabajadora, y en la forma en que éstas desencadenan el ascenso de la lucha de la clase obrera.
En nuestro país, en Turquía, el propio gobierno se ha enfrentado en los últimos años a todas las resistencias obreras. La policía, la gendarmería, incluso el clero, las autoridades locales del estado están tomando partido abiertamente contra los trabajadores como escudo del capital. No hay una sola resistencia obrera en la que los trabajadores no se den cuenta de que no sólo se enfrentan a un patrón, sino a todo un estado, a todo un sistema. En todas las luchas se hace cada vez más evidente: La legislación laboral arroja al trabajador frente al patrón como un cordero de sacrificio. El sistema de pensiones aplaza la seguridad al más allá. El sistema laboral arrastra a la muerte en solitario a las personas que han sido reducidas a la miseria.
La clase obrera ve cada vez más que se trata de una lucha de clases contra clases. Comprende y cuestiona con sus experiencias que los intereses que el Estado burgués muestra como «los intereses de todos» son sólo los intereses del capital: ¿De quién es este Estado, mienten los que nos llaman democracia? El capital tiene partidos, organizaciones, medios de comunicación, tribunales, fuerzas del orden, pero ¿qué tiene la clase obrera? ¿Qué tenemos nosotros? ¿Por qué la clase obrera está tan desorganizada cuando el capital está tan organizado y es tan fuerte porque está organizado?
La clase obrera está en una búsqueda. Aunque no hay coincidencia entre su papel histórico y su nivel real de conciencia y organización, la clase obrera siente cada vez más la necesidad de convertirse en una clase para sí misma. La necesidad de que la clase se organice como partido político y lleve su lucha a la arena política se hace sentir cada día más.
El hecho de que la clase obrera no se organice como fuerza social independiente en torno a su propio partido constituye la base de las debilidades de su movimiento en desarrollo. Es una responsabilidad fundamental allí donde existan partidos revolucionarios de clase eliminar esta debilidad y continuar un trabajo decidido para que el movimiento obrero avance en una línea política independiente. Esto también es esencial para el desarrollo del movimiento de los pueblos oprimidos y su avance hacia la liberación completa.
Camaradas, hay una verdad evidente: Ninguna fuerza aparte de nuestros partidos puede satisfacer esta necesidad. Por ningún motivo podemos dejar de lado la lucha contra el dominio de la burguesía y el imperialismo. Tenemos que desarrollarnos y fortalecernos como partidos de clase de masas que no sólo realizarán esta intervención sino que la llevarán a la victoria. Esta es la responsabilidad de los partidos de clase, de los cuadros luchadores de esos partidos de clase, que convierten cada fábrica en un puesto, cada barrio obrero en un hogar, cada obrero avanzado en un baluarte. En el próximo período asistiremos a la agudización de las contradicciones de clase. Nos encontramos en un momento en que los partidos de clase, las organizaciones políticas de la clase obrera, y los sindicatos de clase, las organizaciones económicas de la clase obrera, emprenderán misiones históricamente decisivas.
En este período de barbarie imperialista, nuestra tarea como socialistas, como revolucionarios, es responder a las necesidades político-organizativas del movimiento obrero. Es decir, llevar cada resistencia obrera, organización, lucha por los derechos, incluso el grito más ronco de los oprimidos a una vía común, unitaria… Hoy debemos actualizar la realidad, la racionalidad y la vitalidad del socialismo y organizar el revolucionarismo proletario como un movimiento real en el seno del pueblo.
Esto es lo que derrotará a la barbarie internacional… ¡La unificación de todos los trabajadores y pueblos oprimidos del mundo! Digámoslo juntos una vez más: ¡La barbarie será derrotada, la clase obrera vencerá, los pueblos vencerán!