Juan Romero
Queridos camaradas:
Quiero, en primer lugar, dar las gracias a las organizaciones hermanas y amigas y a las compañeras y compañeros que nos honran compartiendo con nosotros este acto de clausura del X Congreso del PCE (m-l).
En el Principe de Maquiavelo, figura una frase que no debemos olvidar en momentos como los actuales: “Es un error común entre los hombres, no pensar en la tormenta cuando la mar está en calma”
Hoy, vivimos momentos en los que apuntan profundas borrascas; un tiempo de cambio de ciclo, en el que las contradicciones internas del sistema imperialista, arrastran al mundo hacia la guerra. Y en esa guerra, como demuestra el cruel y criminal genocidio cometido por el nazi sionismo con el hermano pueblo palestino, los imperialistas no reconocen leyes ni norma alguna, no se sujetan a ningún criterio humanitario. En esta guerra, el hambre, la destrucción inhumana de las condiciones que aseguran la vida digna, los muertos, los sufre el pueblo.

En este periodo, las corrientes revisionistas, oportunistas y reformistas afrontan una crisis terminal; día a día asistimos a su desmoronamiento y descomposición.
Estas circunstancias, que por sí mismas crearían las condiciones objetivas para la revolución, van acompañadas por la extensión de la confusión, la desmoralización y la deconfianza respecto de la acción política entre las más amplias masas populares, producto del profundo desengaño al que ha conducido la acción del oportunismo reformista.
Sin embargo, no debemos olvidar que es en este ambiente en el que el género humano ha afrontado y dado respuestas a los grandes desafíos. Como señalaba Karl Marx, “es cabalmente el lado malo el que, dando origen a la lucha, produce el movimiento que crea la historia”.
Las masas ya se están movilizando y crean contínuamente formas nuevas y originales para organizarse y dar respuestas concretas a sus problemas. Los tópicos saltan hechos pedazos: los jóvenes, esa generación a la que los ideólogos del sistema llamaban “generación X” y tildaban de desmotivada y pasota, han demostrado hace apenas un mes en Valencia que, cuando es necesario tiene una emocionante capacidad de entrega y auto organización. Miles de jóvenes, defendían a su gente frente a la desidia, la incapacidad y la incompetencia de las instituciones del Estado burgués, movilizándose por miles para ayudar a los suyos, a los de su clase, tras la catástrofe vivida en el País Valenciano; han demostrado que asistimos, también en este sentido, a un cambio de ciclo

Vivimos días que valen por años, vienen tiempos de tormenta, tiempos duros, en los que, como señalaba el camarada Stalin, las contradicciones que se han estado incubando durante décadas, estallan abriendo una nueva etapa de cambios bruscos en la que debemos aprender a ver más allá de la superficie, el fondo de los acontecimientos, para determinar las causas y establecer el rumbo de avance.
Las contradicciones imterimperialistas aumentan, y en estas circunstancias, nuestro partido, que se constituyó hace sesenta años para hacer frente a la traición del revisionismo moderno que acabó con el primer estado proletario de la historia; ese partido que, como digo, dentro de unos días cumplirá sesenta años de lucha, debe afrontar este periodo de tormentas que viene y debe hacerlo, hoy, como ayer, frente al miedo y la desmoralización. La tarea de hoy, igual que hace sesenta años, es imponer la razón frente al idealismo, pero también, si queréis, camaradas, el optimismo revolucionario frente al conformismo, pues como la historia ha demostrado en otras ocasiones, la humanidad encuentra formas para vencer al enemigo, a la guerra y a la sinrazón.
En Francia, el pueblo ejecutaba en la guillotina a Luis XVI y once años después era coronado emperador José Bonaparte; y, sin embargo, la historia no fue la misma a partir de aquel 21 de enero de 1793. En 1917 el pueblo ruso, dirigido por el Partido bolchevique, demostró que era posible construir un estado nuevo, el estado proletario. Esa experiencia acabó también en derrota, pero abrió una nueva era: la de las revoluciones proletarias.
Hemos concluído nuestro congreso, avanzando en el análisis de la situación y estableciendo las propuestas de nuestro partido para encarar el futuro; hemos renovado nuestros órganos de dirección con la incorporación de nuevos cuadros jóvenes que se han educado en la lucha y que se tienen que seguir formando en la dirección política del partido.
No estamos solos; tenemos, peleando junto a nosotros a comunistas de todo el mundo. La CIPOML celebraba en octubre pasado el XXX aniversario de su constitución. Desde entonces, la Coordinadora Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista Leninistas ha crecido mucho y se ha consolidado como referente para los comunistas de todo el mundo y seguirá avanzando; pero, lo ha conseguido librando una constante lucha ideológica contra las desviaciones oportunistas; porque una cosa que hemos aprendido los comunistas es que cuando se baja la guardia, la derrota está asgurada.
Pero sobre todo, estamos junto a nuestra clase, la clase trabajadora, los parias de la tierra; la clase que crea la riqueza y que, liberándose de la esclavitud, puede liberar a la humanidad del hambre, de la pobreza y de la guerra.

Camaradas: han sido tres días intensos y un largo proceso de debate que, podemos decir con orgullo, han culminado con éxito. El partido está más preparado para afrontar la tormenta. Estamos orgullosos de nuestro trabajo, pero no somos ingenuos, somos conscientes de nuestras enormes limitaciones y sabemos que queda poco tiempo para preparar la nave para la tormenta. Y lo vamos a conseguir si nos pegamos a nuestra clase, si nos pegamos a nuestros camaradas del ejército internacional proletario; y, también, insisto, si tenemos optimismo revolucionario, como lo truvieron en su momento los bolcheviques.
Camaradas: nuestro partido va a celebrar dentro de unos días su LX Aniversario y acaba de prepararse para cumplir la responsabilidad de los comunistas en las luchas de los próximos años; la responsabilidad de ser, como nos dijeran Marx y Lenin, el estado mayor de la revolución. Camaradas, como siempre: Socialismo o barbarie, no hay otra alternativa.
¡¡VIVA EL MARXISMO LENINISMO!!
¡¡VIVA LA CIPOML!!
¡¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!!
¡¡VIVA EL PCE (M-L)!!