X Congreso del PCE(m-l)
Los días 6, 7 y 8 de diciembre se ha celebrado en Madrid el X Congreso del PCE (m-l). Han sido tres días de intenso trabajo colectivo que han culminado un largo proceso de reuniones para debatir los documentos presentados por la dirección de nuestro Partido y que, una vez aprobados por los delegados presentes en el Congreso con las aportaciones de las distintas organizaciones, serán la guía para el trabajo de todas las células y comités.
En los trabajos del Congreso hemos contado con la presencia de representantes del Partido del Trabajo (EMEP) de Turquía, el PCOF de Francia y la Plataforma Comunista – por el Partido Comunista del Proletariado de Italia, que comparten con nosotros, junto al resto de partidos hermanos de la CIPOML, la tarea de avanzar hacia la constitución de una Internacional que permita agrupar a todas las organizaciones y partidos revolucionarios, en la lucha por la unificación ideológica del campo comunista.
El Informe aprobado por nuestro X Congreso toma nota de los cambios producidos tanto en la situación internacional como en nuestro país desde la celebración del IX Congreso, que son muchos y muy rápidos: el imperialismo encara desde hace años una crisis de sobreproducción, que se suma a la encarnizada disputa por las áreas de influencia entre las principales potencias imperialistas, agrupadas en torno a dos bloques encabezados respectivamente por EEUU, que domina hasta el momento la economía capitalista, y China, que le disputa su hegemonía entre las potencias imperialistas explotadoras.
La masiva destrucción de fuerzas productivas, el aumento incesante del paro, el hambre, la miseria y finalmente la guerra, son las calamidades que acompañan la lucha entre los imperialistas por mantener el orden actual o cambiarlo dando preeminencia a nuevos explotadores. Mientras una minoría de parásitos acapara en sus manos una riqueza escandalosa, los derechos sociales y los servicios públicos conquistados por la lucha de nuestra clase se recortan a marchas forzadas, se privatizan las pensiones, la sanidad y la educación; todo, incluso las relaciones personales, se convierte en una mercancía más para la inversión del capital financiero y especulativo que se enseñorea del mundo.
Como decimos, celebramos nuestro congreso en un momento caracterizado por tres circunstancias que van a marcar de un modo determinante la vida política en nuestro país y en el mundo y, consecuentemente, nuestro trabajo: el aumento de las contradicciones interimperialistas y la amenaza abierta de guerra; el descrédito general de las vías reformistas como alternativa a los graves problemas de los trabajadores; y el incremento de las corrientes nacionalistas, irracionalistas y fascistas, fomentadas por el capitalismo y su imponente aparato de propaganda.
Estas tres circunstancias van a determinar, también en España, la vida política los próximos meses y años. Para enfrentar esta coyuntura, es absolutamente necesario trabajar por la unidad entre todos los demócratas, los que en nuestro país defienden la superación democrática del régimen que se constituye en un muro para la consolidación de las conquistas que nuestra clase ha ido ganando con su lucha, un muro que hay que derribar; es necesario desatar ese nudo que el dictador asesino dejó “atado y bien atado”, para poder expandir la lucha de nuestro pueblo por la libertad y empujar la revolución democrática a una fase superior.
En estas circunstancias, la labor de los comunistas es absolutamente imprescindible. Para hacer frente a esta situación, nuestro X Congreso ha trazado como objetivos generales: reforzar nuestro trabajo entre las masas, nuestra capacidad de análisis, nuestros esfuerzos hacia la configuración de un frente popular democrático que agrupe a las fuerzas progresistas en torno a un programa de ruptura con el régimen monárquico y nuestro compromiso con la CIPOML para avanzar en la coordinación internacional entre los comunistas, hacia la Internacional Marxista-Leninista.
Hace unas semanas se ha celebrado el trigésimo aniversario de la constitución de la Coordinadora Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas. Nuestro partido siempre ha estado comprometido con esta necesidad de unidad internacional de los marxistas-leninistas. Nuestro camarada Raúl Marco recordaba en nuestro último congreso la Proclama Comunista firmada por los Partidos de la CIPOML en 1994: “Ratificamos nuestra decisión de mantener en alto la bandera del marxismo-leninismo, de luchar por su aplicación, de convertir nuestros partidos y organizaciones en una alternativa política y social, organizativa, a escala nacional e internacional. Nuestros partidos y organizaciones reafirman su decisión de combatir junto a la clase obrera y los pueblos, junto a los demócratas, patriotas y progresistas, para oponer a la dominación capitalista la lucha por la revolución social del proletariado”.
En una coyuntura de conflicto interimperialista, la lucha por la paz entre los pueblos frente a la guerra a la que nos aboca el imperialismo y la solidaridad con los pueblos que sufren la agresión de las potencias imperialistas ocupa un lugar preeminente. Frente a un enemigo tan brutal como el imperialismo, los comunistas recuperamos la consigna leninista abandonada por el revisionismo moderno: Ni guerra entre pueblos, ni paz entre clases.
Una de las deformaciones más peligrosas que primero el revisionismo y luego el populismo burgués han traído consigo es el ensalzamiento del papel de cada individuo, aislado de los demás, y la consideración de la organización colectiva como un mero instrumento para la elección de liderazgos que han pretendido encumbrarse por encima de la clase obrera y de sus organizaciones de base. Esta deformación ha traído como consecuencia la dispersión de las luchas y su alejamiento de los objetivos generales y comunes.
Los líderes de papel prometieron avanzar despreciando el cometido esencial de las masas en la organización de las luchas y, finalmente, han mostrado la absoluta vaciedad de su política, su sometimiento al formalismo institucional de un estado, el monárquico, heredero desde sus mismas bases políticas del franquismo. La consecuencia ha sido el alejamiento de la política, la confusión y la desconfianza de la mayoría trabajadora respecto de las organizaciones y de sus propias fuerzas.
Sin embargo, hace unas pocas semanas, hemos podido ver en Valencia como, por encima de los problemas, las masas respondían unidas al margen de las incompetentes instituciones del estado burgués, probando en la práctica su capacidad para adoptar las formas más originales y eficaces de organización para hacer frente a una catástrofe como la sufrida por el pueblo valenciano.
En definitiva, va quedando claro para todos que, para lograr una mejora sustancial de la gravísima situación que enfrenta el proletariado, éste necesita con urgencia reconstruir y reforzar, también en lo político e ideológico, sus organizaciones para la lucha, tanto en el movimiento obrero, donde urge recuperar el sindicalismo de clase, como en el resto de ámbitos: barrios, centros de estudio, etc. Y, en esa tarea, los militantes del PCE (m-l) renovamos nuestro compromiso de dar ejemplo.
El descrédito de la política reformista ha dejado un vacío político que debe ser ocupado por las fuerzas democráticas progresistas. Debemos evitar que la confusión y la desmoralización se adueñen del campo popular; es necesario, para ello, trabajar lealmente por articular un frente popular en torno a unas reivindicaciones mínimas que recojan los anhelos y aspiraciones más sentidos de nuestra clase y nuestro pueblo.
Por eso, además de actualizar nuestra Línea Política, Programa y Estatutos, los delegados al Congreso han debatido las orientaciones principales que guiarán nuestro trabajo en lo que respecta al desarrollo de la unidad popular y la propuesta programática que hace nuestro partido para enfrentar los problemas más acuciantes de las clases populares.
La unidad no puede ser fruto de un acuerdo entre organizaciones políticas al margen de las masas, sino que cada camarada, cada organización de nuestro partido, debe contribuir a conseguirla, trabajando como uno más con las masas, aprendiendo de ellas las formas de organización y la síntesis de las principales reivindicaciones que hace suyas la mayoría social; ayudando cuando sea necesario a constituir la organización donde no la haya.
Los debates han culminado con la elección de los nuevos órganos de dirección del Partido, a los que se han incorporado cuadros jóvenes procedentes de la lucha. En definitiva, podemos afirmar que este X Congreso ha resultado un verdadero éxito para la afirmación del Partido y para dotarnos de las herramientas más adecuadas para nuestro trabajo político.
Vivimos un tiempo convulso, de enorme confusión y dispersión, en el que el fascismo vuelve a surgir como una seria amenaza para la clase obrera y los pueblos del mundo. Son estas las circunstancias que convierten a los comunistas en un factor determinante, en España y en el mundo, para evitar que nuestra clase pierda sus conquistas y evitar un retroceso en el camino hacia la libertad y la emancipación del género humano. Se trata de ser audaces.
¡POR LA UNIDAD POPULAR!
¡POR LA REPÚBLICA POPULAR Y FEDERATIVA!
¡POR EL SOCIALISMO Y EL COMUNISMO!
¡VIVA EL MARXISMO LENINISMO!
¡VIVA EL PCE (M-L)!