Organización por el Partido Comunista del Proletariado
La Reunión de representantes de Militanza Comunista Toscana y Piattaforma Comunista – per il Partito Comunista del Proletariato d’Italia para la fusión de los grupos comunistas y la fundación de la ORGANIZACIÓN POR EL PARTIDO COMUNISTA DEL PROLETARIADO se celebró el 25 de abril de 2025, en presencia de un representante de la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML).
En la Reunión se ratificaron el Programa General, el Programa de Acción y el Reglamento de la Organización.
Estos documentos fueron elaborados sobre bases marxista-leninistas y adoptados tras amplios debates en los que participaron todos los militantes de los grupos, así como otros camaradas que comparten nuestras concepciones y posiciones políticas y han decidido sumarse al trabajo colectivo.
También se aprobó un Informe sobre el trabajo conjunto realizado en los últimos 18 meses, en el que se recogen los pasos dados hasta la fusión.
La Reunión reivindicó y refrendó todas las actividades, documentos de análisis y crítica, artículos publicados y comunicados firmados y difundidos conjuntamente durante este periodo.
La actividad política llevada a cabo en común, combinada con la clarificación ideológica y la unidad en torno a los principios del comunismo, y el desarrollo de la confianza mutua y la solidaridad, hicieron posible superar el espíritu de grupo y concluir un acuerdo orgánico sobre la organización, con la tarea de resolver la cuestión de la fusión de los grupos en una única organización.
Todos los participantes expresaron su determinación de realizar la fusión y construir una única organización marxista-leninista con una sólida unidad organizativa e ideológica y una combativa línea política.
La Reunión definió los fundamentos ideológicos y organizativos de la Organización para el partido comunista del proletariado y profundizó en las cuestiones esenciales de su línea general como organización marxista-leninista revolucionaria del proletariado.
Puso de relieve las limitaciones y deficiencias del movimiento comunista en nuestro país, debatió los problemas vitales que tenemos por delante y condenó las opiniones revisionistas y socialdemócratas sobre el Partido del proletariado, así como todas las opiniones erróneas ajenas a la ideología marxista-leninista que han penetrado en las filas del movimiento obrero y comunista.
En particular, se denunciaron las diversas formas y prácticas del revisionismo y el oportunismo modernos, así como la «teoría» y la práctica del multipolarismo que propagan los Estados capitalistas e imperialistas.
En la Reunión se estableció que la teoría de vanguardia, por la que se guía la organización en el desarrollo de sus programas y en toda su actividad, debe ser el marxismo-leninismo.
Por lo tanto, se fijó la tarea de defender la teoría del movimiento de emancipación del proletariado, de la revolución socialista y la dictadura del proletariado, de la construcción de la sociedad comunista. En consecuencia, insistir enérgicamente en la elevación ideológica de los militantes a nivel teórico y político, mediante el estudio y la asimilación del marxismo-leninismo, que debe aplicarse a la situación concreta.
La Reunión reafirmó el internacionalismo proletario como práctica viva y estableció que la Organización, continuando la decisión tomada en su momento por el PC, es parte integrante de su expresión más avanzada y coherente: la CIPOML, integración ideológica, política y organizativa de los partidos revolucionarios del proletariado de diversos países y continentes, proyectada hacia una nueva Internacional Comunista.
Se nombró un Comité de Dirección Nacional (CDN) provisional para dirigir la organización, al que se transfieren todos los militantes, vínculos, medios y recursos existentes.
A partir de la Reunión, los militantes sólo tiene que aplicar el Reglamento establecido sobre la base del principio del centralismo democrático, principio organizativo fundamental para la creación de un auténtico partido clasista y revolucionario del proletariado.
Se prestó especial atención a la unidad, la disciplina organizativa y la vigilancia, así como a la afirmación de la moral comunista, sin la cual la lucha por el Partido no puede llevarse a cabo con éxito.
En la Reunión se reafirmó el principio de la dirección colegiada, a todos los niveles, y de la responsabilidad individual, que se complementan mutuamente. Nuestra vida organizativa es una vida colectiva que rechaza categóricamente todo individualismo, todo personalismo. Cada militante está sometido a las decisiones tomadas colectivamente y debe también respetar en todo momento la actividad centralizada con sus cauces orgánicos.
En consecuencia, el Encuentro recomienda a la CDN provisional evitar cuidadosamente la penetración de ideas y prácticas ajenas a la ideología y a la línea política de la organización, y purgar de sus filas a todos aquellos que resulten ser elementos antimarxistas y antileninistas, partidarios de tendencias oportunistas, revisionistas, individualistas, liquidacionistas. Al mismo tiempo, hay que evitar y contrarrestar la improvisación, el voluntarismo y el revolucionarismo pequeñoburgués.
La organización, analizando la situación en cada lugar y en el marco de la línea política y la táctica, debe planificar el trabajo estableciendo objetivos alcanzables en plazos, actividades y tareas definidos. Las responsabilidades y tareas asignadas a cada militante deben ser claras. Todo este trabajo deberá ser sistemáticamente supervisado y controlado.
Una cuestión fundamental debatida en la Reunión se refería a los vínculos del Partido con las masas proletarias. Por ello, se aprobaron decisiones relativas a las actividades combativas e intensivas de propaganda para hacer realidad la combinación del socialismo científico con el movimiento obrero; a desarrollar una actividad diaria multidimensional, sistemática e ininterrumpida entre las masas trabajadoras y sus organizaciones, particularmente entre los obreros industriales, para elevar su conciencia revolucionaria; a forjar y fortalecer los vínculos con la juventud y las mujeres del proletariado y las capas populares, para extender la influencia comunista en estos sectores y convertirse en la expresión clara, completa e intransigente de sus problemas y necesidades.
La Organización, como representante de los intereses de la clase obrera, deberá asumir la tarea de defender al mismo tiempo los intereses de todas las masas trabajadoras, los explotados y los oprimidos por el sistema capitalista-imperialista.
La línea política de la organización tomó forma desarrollando el análisis de la situación concreta y las tareas políticas elaboradas por la Reunión. El actual escenario internacional y nacional, que ve el agravamiento de todas las contradicciones fundamentales de la época del imperialismo, un avance de las fuerzas fascistas, el rearme, la militarización, el agravamiento de los conflictos geopolíticos, la represión, pero también la lucha de las masas trabajadoras en numerosos países, exige que tomemos la iniciativa contra la ofensiva del imperialismo y de la reacción burguesa.
Los planes agresivos y belicistas del imperialismo nos exigen unir y movilizar rápidamente nuestras fuerzas en defensa de los intereses y derechos económicos, sociales y políticos del proletariado, para resistir contra los partidarios de la austeridad, el autoritarismo, las guerras de rapiña y el fascismo.
La unidad de acción de los trabajadores, y sobre esta base la unidad con las clases trabajadoras y los sectores oprimidos; la acción conjunta de las fuerzas democráticas, progresistas, de izquierda, anticapitalistas, antiimperialistas y antifascistas es esencial para luchar contra los enemigos del proletariado y de los pueblos, y es una base real para la unidad de los comunistas.
Es necesario desarrollar las políticas de frente único y frente popular, intensificar la lucha contra el gobierno directo de la extrema derecha, dar vida a una acción política revolucionaria de masas para vencer la ofensiva burguesa, insertando la lucha contra la miseria creciente, las amenazas de guerra, el autoritarismo y la fascistización del Estado burgués en la lucha por la ruptura revolucionaria con el sistema burgués, sus crisis, sus guerras, completando ambas con el proceso de lucha y unidad por el Partido Comunista del proletariado en nuestro país.
Desde el punto de vista ideológico, los resultados de la Reunión, con la fusión de los grupos y la fundación de la Organización por el Partido Comunista del Proletariado, son una victoria del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario contra el oportunismo, el revisionismo, el trotskismo, el economicismo y otras desviaciones en el movimiento obrero y comunista de nuestro país.
El paso dado va en la dirección correcta; ofrece una referencia y una indicación de lucha abierta contra la confusión ideológica, la fragmentación organizativa de los grupos y la dispersión de los comunistas individuales. Es necesario detener e invertir estos fenómenos negativos generados por el revisionismo, superando los obstáculos y dificultades en el camino de la unidad de las fuerzas comunistas a través de la lucha.
Ahora se abre el proceso de fortalecimiento de la organización, cuya función fundamental es trabajar para reunir las condiciones mínimas necesarias para la proclamación del partido comunista, instrumento indispensable no solamente para oponerse a la explotación y a las guerras de rapiña, sino para triunfar en la revolución proletaria y en la construcción del socialismo proletario.
Hoy no es posible trabajar por el partido sin contar con una organización comunista que prepare eficazmente su creación, estrechando cada vez más los lazos con la clase obrera mediante una enérgica propaganda y agitación política.
Todas nuestras energías deben dirigirse hacia este objetivo histórico, con claridad ideológica y firmeza de posiciones políticas, desarrollando la iniciativa política comunista en la clase e impulsando el reagrupamiento de los comunistas y obreros avanzados.
Una organización como herramienta indispensable en las condiciones actuales para unir y llevar adelante, sobre la base de los principios del marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario, con plena independencia de la burguesía, el trabajo y la lucha por el partido comunista en nuestro país, combatiendo las concepciones y tendencias adversas al marxismo-leninismo.
Hoy más que nunca, la clase obrera necesita una dirección política que represente sus intereses inmediatos y últimos, que luche por una nueva sociedad, por el fin de la explotación del ser humano sobre el ser humano con el socialismo, hasta el comunismo, la sociedad sin clases. No es un partido de la izquierda burguesa, sino un auténtico partido de vanguardia del proletariado, ¡que luche por el poder!
La creación de un partido de clase independiente y revolucionario, con su propio programa y línea política revolucionarios, sus propias metas y objetivos, completamente distinto y opuesto a los partidos burgueses y pequeñoburgueses, es una necesidad histórica y un instrumento indispensable para dirigir la lucha de los explotados y oprimidos, preparar y acercar la revolución socialista y las condiciones de su victoria.
También es necesario dirigir de forma amplia y organizada la lucha contra la ideología burguesa y pequeñoburguesa que ha penetrado de diversas formas en el movimiento obrero.
Hoy, más que ayer, debemos aprender de los errores del pasado. Si hoy el capitalismo está borrando paso a paso las conquistas históricas del movimiento obrero y comunista, no lo hace porque sea invencible, sino porque a lo largo del tiempo el revisionismo ha llevado primero a la degeneración y luego a la disolución del campo socialista, de los partidos comunistas y al abandono de las luchas proletarias.
Por eso es necesario deshacerse del lastre revisionista y oportunista, romper limpia y definitivamente con las desviaciones que, en connivencia con la burguesía y el imperialismo, no sólo han conducido a la derrota transitoria del socialismo y a la degeneración de los partidos comunistas, sino que han creado las condiciones para la difusión y consolidación de todas las formas de ideología y corrientes burguesas, incluidas las más reaccionarias.
Es un grave error pensar en reconstruir el partido mediante una mezcla ecléctica de diferentes exigencias, posiciones y prerrogativas, o mediante coordinaciones, redes y frentes con grupos, organizaciones o pequeños partidos portadores de tesis revisionistas, maoístas, trotskistas, extremistas u otras que ya han dado sus frutos envenenados. Por no hablar de las contaminaciones rojo-pardo y social-chovinistas que han aflorado en los últimos años.
Con las posiciones conciliadoras no podemos hacer otra cosa que recalentar una de tantas sopas rancias, que paso a paso se hunden en el lodazal del oportunismo. Por el contrario, debemos seguir la brújula del marxismo-leninismo y hacer nuestras las enseñanzas que nos legaron nuestros maestros Marx, Engels, Lenin, Stalin y otros grandes dirigentes del proletariado como Gramsci, Dimitrov, Hoxha. Reivindicamos la enorme herencia histórica del movimiento comunista, desde el «Manifiesto» hasta la Comuna de París, desde la Asociación Internacional de los Trabajadores hasta la Revolución Socialista de Octubre, desde la fundación de la Internacional Comunista hasta la creación del Partido Comunista de Italia en 1921, desde la construcción del socialismo en la URSS hasta la derrota del nazi-fascismo, desde la construcción del campo socialista, democrático y antiimperialista tras la II Guerra Mundial hasta las luchas por la liberación de los pueblos oprimidos, desde la lucha sin cuartel contra el revisionismo moderno hasta el actual movimiento comunista internacional.
Como comunistas asumimos con la Reunión de fusión y la creación de la Organización para el Partido Comunista del Proletariado una responsabilidad política ante la clase obrera. Construir la Organización ganando influencia entre los proletarios avanzados, acumulando y preparando fuerzas y cuadros comunistas es la principal tarea que tenemos ahora ante nosotros. Por eso llamamos a los mejores elementos del proletariado a unirse a nuestro trabajo revolucionario, separándose abierta y definitivamente de las fuerzas y tendencias revisionistas, socialdemócratas y oportunistas.
También declaramos nuestra disposición a la confrontación y colaboración con otros grupos comunistas, tanto para el esclarecimiento teórico como para establecer una acción común en las áreas específicas de lucha que se acuerden, forjando sólidos lazos de lucha para superar las parcialidades existentes, elevándonos por encima de las divergencias no de principio y subordinando los intereses particulares a los generales y al futuro de la clase.
No hay contradicción entre estar bien organizado y lograr un camino abierto a la inclusión de fuerzas e individuos comunistas, a la confrontación franca y justa, a la unidad comunista.
Estar organizados, centralizados, disciplinados, no significa ser cerrado y sectario. Al contrario, cuanto más organizado y firme en los principios, más se pueden emprender y desarrollar procesos de debate, consulta e intercambio de opiniones e informaciones, desarrollo de campañas, iniciativas e intervención común en el proletariado, de solidaridad proletaria frente a la represión burguesa, luchando contra la confusión ideológica y la fragmentación organizativa, trabajando por la unificación ideológica, política, programática y organizativa de todas las fuerzas que se proclaman marxista-leninistas, para devolver cuanto antes al proletariado de Italia su Partido Comunista.
El futuro pertenece al socialismo y al comunismo, ¡conquistémoslo con la lucha, la unidad, la organización!
Livorno (Italia), 25 de Abril de 2025
ORGANIZACIÓN POR EL PARTIDO COMUNISTA DEL PROLETARIADO
