JCE(m-l) Madrid
La desmedida presencia policial de la mañana del martes 24 de enero en Ciudad Universitaria no consiguió que el nombramiento de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como alumna ilustre por parte del Rectorado de la Universidad Complutense de Madrid fuese pasado por alto por los estudiantes y trabajadores madrileños.
Una docena de furgones de la UIP, enviados por la Delegación del Gobierno del PSOE y Podemos, cortaban desde primera hora de la mañana la avenida Complutense, principal arteria de la Ciudad Universitaria, frente a la Facultad de Ciencias de la Información, lugar donde se celebraría el nombramiento. Así, se imposibilitó tanto la manifestación frente a la facultad —tuvo que realizarse unos metros más alejada de la entrada debido al cordón policial— como el acceso de los propios estudiantes de la misma a sus aulas. La Policía Nacional solicitaba el carnet de estudiante para acceder al edificio; una práctica que, no obstante, no pareció aplicarse a los fans acérrimos de Ayuso que estudiaban en otro campus, Somosaguas.
Las fuerzas de seguridad no solo intentaron increpar —sin éxito alguno— a los estudiantes, sino que avasallaron a preguntas a cualquiera que rondase por la zona, inclusive profesores acerca de los cursos que impartían o sus meras intenciones cruzando la avenida en la que se encontraba el cordón, en numerosas ocasiones impidiendo su paso o desviándolo innecesariamente. Ante esta situación, instamos a todos los miembros de la comunidad universitaria —profesores, estudiantes, PAS, etc.— a denunciar pública y judicialmente a los responsables de esto, y animamos a todos a organizarnos para evitar que vuelva a ocurrir algo así.
Responsables que, por otro lado, quizá no contaban con la rotunda respuesta de los estudiantes incluso dentro de la facultad, que recibieron a la «ilustre» con cánticos de «¡Fuera fascistas de la universidad!». Mientras, de puertas para fuera los estudiantes clamaban por la sanidad pública y contra la presencia policial en el campus universitario.
Una presencia que, a su vez, es más recurrente que nunca tras la aprobación de la Ley de Convivencia Universitaria —a la que nos opusimos los estudiantes en su día— y que no tiene previsiones de aminorar por cuenta propia, pues esta ley, entre otras cosas, es tremendamente más laxa con dicha presencia policial en los campus universitarios, que, históricamente, habían gozado de una autonomía muy favorable al clima político que se respiraba en tiempos pasados y que tan fervientemente se castiga en el presente.
Queremos hacer hincapié en que esta toma de la universidad, que tanto nos recuerda a aquellos estados de excepción que tuvieron lugar durante la Dictadura, cuando los estudiantes protestaban contra el franquismo, ha tenido lugar por orden del Gobierno central, del PSOE y Podemos, en defensa de la siniestra Díaz Ayuso.
Nefasto ha sido, también, el papel de los grandes medios de comunicación, que han acudido a rendir pleitesía a Ayuso y a manipular y desinformar, atacando a los que protestaban contra ella. Algunos de estos lacayos del capital han llegado, incluso, a tirar petardos delante de los manifestantes para crear provocaciones y difamar, acusando a los estudiantes de generar disturbios.
Las lecciones de esta jornada, así, son varias. Por un lado, el Rector de la Universidad Complutense y Ayuso —responsable del desmantelamiento de la sanidad y la educación y de la criminal gestión de la pandemia en Madrid— se dan la mano para hacer aún más patente la subordinación que existe actualmente de la enseñanza pública al capital, poniendo de relieve una cuestión clara: ninguno está para la clase obrera.
Por otro, es crucial, ahora más que nunca, ampliar nuestra comprensión de las circunstancias que han dado lugar a la desmovilización de la juventud, que se alinean en torno al desencanto con el ciclo político anterior que se vendió al parlamentarismo, junto con la creciente precarización y lo que ello conlleva: la imposibilidad de atisbar una vida por la que merezca la pena luchar y que, en última instancia, merezca la pena ser vivida. Entender por qué estamos en esta situación es necesario si queremos desarrollar un proyecto que nos permita superar este ciclo. Ya, incluso en estos momentos, podemos apreciar en muchos estudiantes esta voluntad de cambio y de ruptura, mas nosotros, los comunistas, seguimos teniendo la tarea de hacer conscientes a los jóvenes de la necesidad y la viabilidad de una propuesta política verdaderamente revolucionaria: la República Popular y Federativa.