C.H.
Este año 2024 nos traerá magníficas exposiciones que iremos reseñando a medida que vayan abriendo sus puertas. Pero hasta que llegue ese momento, nos quedamos con dos muestras que no tardarán en clausurarse y que recomendamos a nuestros camaradas, amigos y lectores de Octubre.
Hasta el 10 de marzo se puede visitar en el Museo de Bellas Artes de Sevilla la exposición “Pedro Roldán, escultor (1624-1688)”, una muestra antológica con motivo del cuarto centenario del nacimiento del genial escultor barroco, que reúne una selección de piezas realizadas en diferentes momentos de su carrera artística, además de dos esculturas de su hija “La Roldana”.
Roldán es uno de los principales representantes de la imaginería barroca española y, en concreto, de la escuela sevillana. Autor de una prolífica obra, sus tallas en madera policromada constituyen no solo un ejemplo de maestría técnica, sino también forman parte del paradigma del arte religioso del siglo XVII, que es teatro, representación y transmisión de los valores católicos a través de la creación de unos tipos iconográficos (Crucifixión, Santo Entierro, la Virgen Dolorosa, etc.) en los que se escenifica el dolor y el sacrificio de la Pasión de Cristo.
Imágenes que tienen como objetivo impactar emocionalmente en el espectador. El Barroco, como arte al servicio de la Contrarreforma Católica, fue capaz de crear unos escenarios simbólicos enormemente eficaces para contrarrestar la reforma protestante del siglo XVI.
En el Museo de Bellas Artes de Valencia, hasta el 10 de febrero, se expone “La huella de Roma.150 años de la Academia de España en Roma”. Este proyecto celebra los 150 años de una institución creada por el gobierno de la Primera República española el 8 de agosto de 1873, con el objetivo de apoyar la formación de artistas españoles mediante un programa de becas y ayudas económicas. Desde su fundación hasta la actualidad, la Academia, una institución no demasiado conocida entre los españoles, ha llevado a cabo una encomiable labor de promoción de jóvenes talentos que han podido contar para su maduración como artistas con el marco incomparable de Roma, una de las ciudades que atesora un patrimonio artístico inigualable.
En esta exposición podemos apreciar lo que ha significado esta institución para la cultura española y europea.
Para finalizar esta crónica, una buena noticia. Un nuevo museo, de carácter estatal, se ha inaugurado en Madrid. Se trata de La Casa de la Arquitectura, ubicado en la Arquería de Nuevos Ministerios, y que tiene como objetivo acercar a los ciudadanos el mundo de la arquitectura y del urbanismo. Madrid se convierte, con esta nueva instalación, en una ciudad que posee una red museística verdaderamente excepcional. Los museos de El Prado, Thyssen, Reina Sofía y Arqueológico convierten a la capital en un centro cultural de referencia internacional.
Sin embargo, hay que lamentar la ausencia de un museo dedicado al mundo del trabajo, en el que se pudiera contemplar a través del tiempo los distintos aspectos de la actividad laboral: tecnología, relaciones de producción, luchas sociales, formas culturales asociadas a la actividad productiva, organización obrera, etc. No olvidemos que la humanidad esta ligada directamente a la producción de bienes materiales mediante el trabajo. Es incomprensible que esta actividad no esté representada en un espacio propio, al igual que lo están las artes plásticas, la ciencia o las Fuerzas Armadas. España cuenta con un patrimonio importante de arqueología industrial capaz de albergar un Museo dedicado al Trabajo. Esperemos que algún día esta anomalía sea subsanada. Es cuestión de voluntad política.