Desde 2013, el imperialismo francés ha desplegado hasta 5200 soldados en Malí y la vasta región del Sahel, con el pretexto de la «guerra contra el terrorismo». Conocida como Barkhane, esa coalición militar, creada en 2014 bajo el liderazgo del ejército francés, ha involucrado a ejércitos de Malí, Chad, Burkina Faso, Níger y Mauritania (el grupo llamado G-5 Sahel).
El resultado de esa guerra ha sido terrible para la población de estos países: el caos económico y social ha aumentado; civiles han sido asesinados por bombas y otras operaciones militares de los países imperialistas, como «daños colaterales». Ni un solo funcionario político o militar ha sido incriminado y juzgado por ello: se benefician de la total impunidad neocolonial.
Los campesinos no pueden producir los alimentos mínimos necesarios para la subsistencia de las familias pobres, y los ataques y matanzas de la población civil no han cesado, al contrario: en la región de las «tres fronteras» (Malí, Burkina y Níger), 132 civiles han sido asesinados recientemente por grupos armados reaccionarios.
Esa guerra está obligando a millones de personas a huir: ACNUR ha registrado dos millones de personas desplazadas en el Sahel en enero de 2021. Aquellos que intentan escapar de la miseria y la guerra, intentando cruzar el mar Mediterráneo, son acosados por la policía europea de Frontex y muchos de ellos mueren en ese cementerio gigante.
La «solución» militar imperialista es una amenaza objetiva para el desarrollo de los movimientos populares de trabajadores, campesinos, estudiantes, mujeres… por sus derechos a vivir, a decidir por su futuro, por la verdadera independencia, por poner fin a la dominación neocolonial.
Las potencias imperialistas apoyan gobiernos reaccionarios, siempre y cuando faciliten el saqueo de la riqueza de los países, especialmente minerales, tan importantes como el uranio, el oro… O recursos hídricos y tierras para cultivos agrícolas industriales, controladas por franceses, estadounidenses, monopolios y sus aliados y rivales.
A pesar de todo ello, la movilización del pueblo contra la presencia militar francesa, contra Barkhane, está aumentando en Malí y en otros países.
Esta oposición, unida a la imposibilidad de que las fuerzas armadas «controlen» esa vasta región, han obligado a Macron y a los líderes militares a anunciar la cancelación de Barkhane.
Es una admisión del «fracaso» de ese tipo de operación militar, pero no significa una retirada de las fuerzas militares. En primer lugar, porque se supone que unas 2000 tropas francesas se quedarán, pero también porque se pondrá en funcionamiento otro dispositivo militar, bajo el nombre de Takuba.
No a Takuba, una fuerza militar europea, vinculada a la OTAN y al imperialismo estadounidense
Takuba se basará en «fuerzas especiales», de estados imperialistas y capitalistas europeos, con el fin de desarrollar una «operación militar europea». La OTAN participará directamente en esa coalición internacional, a través de la agencia de logística, la Agencia de Apoyo y Adquisiciones de la OTAN (NSPA), que ha sido muy activa en la participación de la OTAN en la guerra de Afganistán y en los Balcanes. Es una clara ilustración de los profundos vínculos entre el proyecto de la «política europea de defensa» y la OTAN, como siempre se ha subrayado en los tratados europeos.
Participan varios gobiernos de países de la UE (Estonia, Suecia, República Checa, Italia; y otros han anunciado su participación: Dinamarca, Hungría, Grecia, Bélgica, Portugal… O al menos su «apoyo»: Alemania, Reino Unido, Noruega.
Hay tres razones principales para la participación militar de los países imperialistas europeos y el imperialismo estadounidense:
En primer lugar, tratar de destruir el desarrollo de la resistencia de los pueblos de África, que luchan por su liberación nacional y social de la dominación del imperialismo;
En segundo lugar, oponerse a la presencia y competencia de las otras potencias imperialistas, concretamente Rusia, que está extendiendo su influencia militar en países como Libia, Malí, África central… y China, que busca controlar las materias primas, las tierras para producir alimentos… y que quiere captar nuevos mercados para sus productos, en competencia directa con las antiguas potencias coloniales (Francia, Alemania, Italia…) y con el imperialismo estadounidense.
En tercer lugar, tratar de asegurar la dominación de sus propios monopolios sobre estos países considerados como «su» patio trasero.
Esto significa que África, y especialmente los países de la zona del Sahel, están en el centro de las contradicciones interimperialistas y monopolísticas, así como de la contradicción entre el puñado de potencias gobernantes y cien millones de personas de países semicoloniales y dependientes del mundo.
Esto significa que las devastadoras guerras imperialistas continuarán, al amparo de la «guerra contra el terrorismo», como hemos visto en Afganistán, Siria, Libia, Irak… con las mismas consecuencias desastrosas para los pueblos. Los Estados imperialistas son los verdaderos terroristas; sus guerras y agresiones reaccionarias alimentan a los grupos armados reaccionarios, ya sean grupos religiosos o bandas criminales. El pueblo es la primera y principal víctima de estas guerras.
Por lo tanto, seguimos afirmando: no a las guerras imperialistas contra el terrorismo.
Como partidos y organizaciones de los países europeos, decimos no a la coalición militar europea contra los pueblos de África. Fuera las manos de la Unión Europea de los recursos naturales de África. Y exigimos: fuera las tropas extranjeras del Sahel. Fuera la UE y la OTAN de África.
Denunciamos y combatimos las políticas que intentan ocultar el carácter imperialista de la Unión Europea, y crear ilusiones sobre la posibilidad de cambiar su naturaleza, especialmente las fuerzas socialdemócratas que promueven la UE como una «solución» de paz y progreso.
Desarrollamos la solidaridad con los pueblos y sus organizaciones que luchan contra la dominación imperialista.
Llamamos, en cada país y a nivel europeo, a las fuerzas revolucionarias y progresistas, a los sindicatos, a los trabajadores, a la juventud, a las mujeres… a desarrollar la oposición a la participación a Takuba y a todas las alianzas militares imperialistas.
Todo el apoyo del movimiento proletario al movimiento de liberación de los pueblos oprimidos y dependientes contra el enemigo común, el imperialismo, y por el derecho de los pueblos a decidir su futuro.
Apoyamos decididamente a los partidos hermanos marxistas-leninistas de África, que desarrollan su lucha revolucionaria contra el imperialismo y el neocolonialismo.
Nos unimos a vosotros en la lucha por el derrocamiento revolucionario del sistema imperialista capitalista, y por el socialismo.
Julio de 2021
Partido Comunista de España (marxista-leninista) [PCE (m-l)]
Organización por la construcción del Partido Comunista de los Obreros de Alemania (Arbeit Zukunft)
Partido Comunista de los Obreros de Dinamarca (APK)
Partido Comunista de los Obreros de Francia (PCOF)
Plataforma Comunista de Italia, por el Partido Comunista del Proletariado de Italia
Organización Marxista Leninista Revolusjon! (Noruega)
Alianza Revolucionaria del Trabajo (Savezrada, Serbia)
Partido del Trabajo (EMEP, Turquía)
Miembros de la Conferencia de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas