Accidente en la carretera. Poco importan las circunstancias. Hemos perdido a un camarada entrañable, cantante y poeta, luchador donde los haya. Miembro de la Convención Republicana, amigo del PCE (m-l), miembro del FRAP en la Unión Popular de Artistas…
Mucho nos duele su muerte. No queremos caer en la fraseología al uso. Es mejor recoger párrafos del emocionante testimonio de su amigo Rodolfo Serrano, escrito a las pocas horas del triste suceso:
«Muere Patxi Andión y la Jacinta y Rogelio y el marinero borracho y la chica del metro y el viejo maestro republicano… ya no tendrán esa voz ronca que cante sus derrotas, sus fracasos y la gloria de unas vidas que nunca aparecerán en los periódicos. (…)
(…) Me contaste que eras vascomadrileño, que habías nacido el mismo año que yo, 1947, que tu familia era republicana y que tú lo eras. Recuerdo tu primer disco en 1969, Retratos se llamaba y la conmoción que creó una obra que rompía los moldes de lo que era la canción de autor. Canciones duras, secas, desgarradas que hablaban -y hablan- de la gente de la calle, de los que solo tenían el olvido de su propia existencia
(…) Recuerdo que… cuando tan de moda estuvo presumir de haber sido luchador antifranquista, tú jamás hiciste ostentación alguna de tu compromiso político y humano. A casi nadie contaste cómo fuiste expulsado de Portugal por la PIDE, la terrible policía de la dictadura portuguesa. Ni siquiera alardeas de tu exilio, en Francia en los años difíciles del franquismo.
(…) Alguna vez confesaste tu militancia en el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota). Pero como recordamos en… esas conversaciones interminables, más bien pertenecías a la UPA (Unión Popular de Artistas) en la que algunos locos, poetas, artistas y cantautores nos dedicábamos a dar conciertos y montar exposiciones, recaudando para los presos políticos del franquismo. Tú siempre encontrabas la forma de aportar un dinero que no tenías.
Siempre me ha gustado de ti tu decencia. Y, sobre todo, que has sido un hombre coherente. Coherente con tu música, con tus amigos, con tus escritos. Coherente con tu trabajo de actor, con tu labor docente. Coherente con tu tiempo.
(…) Vivías cantando, componiendo para otros, actuando, escribiendo versos como metal ardiendo. Publicando nuevos discos que seguían hablando del hombre doliente, del amor deseado, de una sociedad gris y aburrida que miraba a un horizonte llegando y triste.
Tú música, Patxi Andión, es, sin duda, un retrato terrible de aquellos años. Nada amargo, porque siempre has tenido una inexplicable tendencia a la esperanza. Hablabas de la España que amabas, de una España que sabías, como tu querido Antonio Machado, que sería vencida por la España de la idea…»
El País, 19 de diciembre de 2019.