C. Hermida
La Fundación “María Cristina Masaveu Peterson”, en Madrid (C/ Alcalá Galiano, 6), ofrece hasta el 14 de julio la exposición La colección del Museo de Bellas Artes de Valencia. Entre el Bosco y Sorolla, en la que se pueden contemplar más de un centenar de obras que abarcan desde el siglo XV hasta el XX. Dividida en nueve secciones, esta muestra permite conocer algunas de los principales cuadros de este Museo de Bellas Artes que es, sin duda, uno de los más importantes de España.
A destacar los lienzos de Juan de Juanes, El Bosco, Marteen de Vos, Rubens y Sorolla.
Sin duda, una de las mejores exposiciones que ahora se puede ver en Madrid es la dedicada a Goya. En la Academia de Bellas Artes de San Fernando (C/ Alcalá, 13), hasta el 23 de junio, y con el título Goya, La rebelión de la razón, se ofrece una panorámica del genial pintor aragonés, La muestra se estructura en cuatro secciones, El pintor, la norma y la clientela; El despertar de la conciencia; Una pintura al margen del estilo y La expresividad de la razón. Conformada por pinturas, dibujos, láminas y estampas que muestran la evolución artística y vital de Goya, podemos apreciar la transformación pictórica
del artista, no sólo desde el punto de vista técnico, sino también temático. Mientras que en sus inicios pintó en sus Cartones amables escenas campesinas para la Real Fábrica de Tapices, con el tiempo su pintura adoptó una libertad expresiva y crítica excepcional para la época. Buena muestra de este cambio son las Pinturas Negras, así como las series de grabados: Caprichos, Disparates y los Desastres de la guerra. Uno de los grandes atractivos de la exposición es mostrar las planchas de cobre realizadas para estas series (conservadas en la Academia, en la Calcografía Nacional) y restauradas recientemente.
El éxito de esta exposición se debe en gran medida a su comisario, Víctor Nieto Alcaide, un gran especialista en Historia del Arte, de quien guardo un gran recuerdo porque tuve la fortuna y el honor de que fuese mi profesor en la Universidad Complutense.
Su labor investigadora ha sido muy amplia y se ha centrado en los campos de la historia del arte medieval y renacentista, con diversas publicaciones, como Arte prerrománico asturiano (1989), El Renacimiento: formación y crisis del modelo clásico (1980) o El descendimiento de van der Weyden (2003). En 1999 recibió el Premio Nacional de Historia de España por su obra La vidriera española. Ocho siglos de luz, un magnífico libro que recomiendo a quien le interese el tema de las vidrieras en el arte español.
Y finalizamos esta crónica fuera de Madrid. En la sede coruñesa de la Fundación Barrié podemos admirar hasta el 14 de julio le exposición Dioses y héroes del barroco veneciano. La muestra, que recoge 34 pinturas y 18 libros fechados entre los siglos XVI y XVIII, pertenecientes a la colección de la Fundación Querini Stampalia, está dividida en seis secciones: Dioses y héroes, Pintura y literatura, El cielo de los dioses, Las alegorías, El mito de Venecia, Entre el clasicismo y el cristianismo, con obras maestras de Tintoretto, Luca Giordano y Sebastiano Ricci, entre otros.
Los pintores de la escuela veneciana se caracterizan por el culto al color, la importancia de los escenarios clásicos, la exaltación de la riqueza (tejidos, joyas, etc.) la libertad expositiva y la perfección técnica. Aunque la pintura veneciana alcanzó su culminación en el Renacimiento, las composiciones barrocas son también de una extraordinaria calidad, como se puede apreciar en la serie de cuadros mitológicos de esta exposición que nos permite apreciar una parte de la riqueza artística de Venecia, una de las ciudades más importantes de Europa en el siglo XV.