Partido Comunista de los Trabajadores de Dinamarca (AKP)

groenlandia

Comunicado de nuestros camaradas del Partido Comunista de los Trabajadores de Dinamarca APK.

Salió en los titulares cuando el gobierno de los Estados Unidos canceló su visita oficial de Estado a Dinamarca el 2 y 3 de septiembre. Y aún más por la razón dada: que el imperialismo yanqui no podía simplemente comprar Groenlandia a un precio fijo, como deseaban el presidente estadounidense y la Casa Blanca.
Esta escandalosa propuesta, por supuesto, creó una protesta de incredulidad y enojo entre el pueblo de Groenlandia, así como entre el pueblo danés. El presidente de los Estados Unidos de América habló como una verdadera superpotencia imperialista y gobernante del mundo -Groenlandia es de interés estratégico, así que simplemente compramos toda la mierda y se acabó el alboroto-. Sin ningún diálogo abierto,a las bravas. Esta situación obligó al gobierno socialdemócrata, a los políticos del parlamento danés y a los políticos de Groenlandia a dar una respuesta pública para afirmar que Groenlandia no está a la venta.
El pueblo de Groenlandia no quiere cambiar su ciudadanía danesa por una ciudadanía estadounidense. Su objetivo es ver Groenlandia como una nación libre y soberana. Hace sólo diez años que Groenlandia ganó el estatus de parte autónoma del Reino danés y como pueblo independiente después de siglo tras siglo como colonia danesa. Groenlandia sigue siendo una semicolonia, donde el Estado y los gobiernos daneses tienen el poder sobre la política exterior y de seguridad y el poder de decidir lo que eso significa.


La realidad actual ha puesto a Groenlandia y a los Ártico en el centro de la lucha entre las dos superpotencias (de Estados Unidos y China) por el dominío mundial. Los derechos sobre los numerosos minerales, gas y petróleo a los que el cambio climático facilita el acceso se convierten en una cuestión de seguridad. El desarrollo de la infraestructura, como los aeropuertos y los nuevos canales de los buques, se convierte en una cuestión de seguridad, ya que el imperialismo estadounidense por sí mismo y a través de la OTAN exige un control total que requiere la exclusión de las inversiones chinas.
Para asegurar el control de Groenlandia, el Gobierno danés debe jugar dos bandos: la de ser un servidor leal (aliado) del imperialismo yanqui y al mismo tiempo no aparecer como la antigua potencia colonial a los ojos del pueblo en Groenlandia. Es por ello que la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, en su respuesta oficial a los medios daneses, declaró muy cuidadosamente que Groenlandia había dicho no a la venta y que el gobierno danés estuvo de acuerdo.
Al mismo tiempo, el primer ministro declaró que Dinamarca y Estados Unidos comparten el mismo interés estratégico de seguridad en el Ártico, Oriente Medio y otros lugares donde el ejército danés opera como parte de la coalición de guerra de la OTAN.
Hace unos días, la ministra danesa de Asuntos Exteriores, Trine Bramsen, declaró que las inversiones militares danesas en Groenlandia aumentarán significativamente, de conformidad con las demandas de Estados Unidos y la OTAN. La militarización de Groenlandia y el Ártico tiene una larga y cruel historia que se remonta a la segunda guerra mundial. Tanto en ese momento como durante la Guerra Fría el imperialismo yanqui actuó como si ya fuera dueño del país, y colocó bases militares, armas nucleares que están estrictamente prohibidas por la ley danesa, plantas de misiles, radares, etc. Incluso enormes plantas militares secretas y ciudades totalmente armadas bajo el hielo ártico.
Otra cuestión en la rivalidad para asegurar el control de Groenlandia es el papel de la Unión Europea, Dinamarca es un Estado miembro y el único país de la UE con fronteras y tierra en el Ártico, ahora con Noruega y Groenlandia fuera de la UE. Groenlandia dejó la UE en 1985 después de un referéndum popular en 1982 y ahora tiene lo que se llama un estatus de OLT como una serie de antiguas colonias francesas, holandesas y británicas en el Caribe y el Océano Pacífico, y tiene el estatus de una asociación geopolítica importante. Hace sólo unas semanas, el Gobierno danés puso el primer control fronterizo de Schengen en el noreste de Groenlandia.
Ya sea que el presidente Trump haya cancelado o no su visita esta vez en Copenhague, no es bienvenido al ser un representante del imperialismo yanqui. Diversas organizaciones antibélicas, estudiantes, mujeres, sindicatos, de solidaridad y antiimperialistas han estado organizando protestas y manifestaciones, y seguirán teniendo lugar aunque en menor escala.
No son manifestaciones anti-Trump para oponerse a Trump como un ‘hombre loco’. Va contra el imperialismo yanqui, sus guerras y crímenes contra los pueblos, su acumulación militar y su hegemonía. Son en contra de la OTAN como brazo militar del imperialismo y del imperialismo danés. Ser un blanco en el campo de batalla de la superpotencia imperialista es una gran preocupación para todos los pueblos de esta región del mundo. Va en contra de la militarización del Ártico y es un llamamiento para que las bases estadounidenses y de la OTAN salgan de Groenlandia.
Es solidario con todas las personas que luchan contra el imperialismo –en este momento, por ejemplo, con el pueblo de Venezuela– y en solidaridad con el derecho del pueblo de Groenlandia a su propio estado independiente y a tomar sus propias decisiones sobre su futuro.
El gobierno socialdemócrata en Dinamarca le ha dado a Trump las promesas que quería. Incluso puso el culo sólo para ser pateado por una superpotencia imperialista arrogante.