El Gobierno no pudo con el reto, las movilizaciones de protesta en su contra superaron con creces a las gobiernistas, particularmente a la de Quito en la que concentraron gente proveniente de todo el país. En la edición del día anterior al 1 de Mayo, diario El Telégrafo anunciaba que el Gobierno esperaba movilizar a 150 mil personas, pero estuvo lejos de lograrlo; ahora el mismo medio gobiernista en su portal web prefirió no cuantificar los asistentes a la convocatoria de Correa.
La jornada de hoy envió un nuevo mensaje al régimen: cada día crece el número de ecuatorianos que expresan su descontento en las calles.
Una inicial evaluación da cuenta que cerca de 300 mil personas respondieron al llamado de las organizaciones sindicales y populares en todo el país; solo en Quito se calcula que 100 mil personas protestaron, convirtiéndose en la movilización más numerosa que haya visto la capital de la república en fecha similar. Los días anteriores se observó una especie de contagio social, muchos buscaban saber dónde, a qué hora iniciarían las marchas en sus respectivas ciudades para sumarse… y lo hicieron. La gente está cansada del Gobierno.
No solo su magnitud debe ser motivo de preocupación en los círculos que pululan en Carondelet, sino, sobre todo, el contenido de sus consignas. El grito ¡Fuera Correa, fuera! se generalizó; fue más reiterado que en la movilización del 19M, lo que da un sentido y contenido político a la protesta. Las últimas medidas adoptadas por el régimen, particularmente las contenidas en la denominada Ley de Justicia Laboral, exacerbaron los ánimos no solo de los trabajadores sino de la ciudadanía en general, y eso se vio durante esta jornada. El otro tema que debe preocupar al correísmo es el llamado a organizar un Paro Nacional, que podría ser convocado en la próxima convención de organizaciones sindicales y populares que se llevará a cabo a mediados de este mes en Riobamba.
El Gobierno apostó a medir fuerzas con el movimiento social y perdió. El solo hecho que haya formulado su convocatoria bajo esas circunstancias –reconocidas públicamente por el mismo Presidente- evidencian dos elementos: el régimen actuó desde una posición defensiva y, a su vez, el movimiento social va tomando la iniciativa.
Esto prefigura un fenómeno más complejo para el Gobierno: un cambio en la correlación de fuerzas políticas y sociales. En tal fenómeno es visible la afirmación de algunas tendencias claves. Por un lado, la caída de la popularidad y el respaldo al Gobierno; y, por otro lado, crece el caudal de descontentos, pero sobre todo resalta que hayan decidido hacerlo evidente a través de la protesta en las calles. Los análisis de opinión emitidos estos días muestran que la administración Correa vive su peor momento. ¿Cuánto afecta esto a los planes inmediatos y a las intenciones reeleccionistas del correísmo?
La oposición crece, mas es necesario separar aguas dentro de ella. Es la oposición popular la que ha demostrado capacidad de convocatoria a la protesta, mientras la oposición de derecha no ha podido generar un movimiento social de esta naturaleza. Intenta capitalizar el descontento asida del rechazo a la propuesta de reelección presidencial.
La ampliación del abanico de sectores sociales y fuerzas políticas opuestas al Gobierno intenta ser desfigurado por el régimen calificando a la protesta popular como resultado de la conspiración de la derecha. Conocido recurso utilizado de tiempo en tiempo; sin embargo éste, como otros señalamientos que nuevamente se escucharon en la intervención de Correa en la plaza de Santo Domingo, van perdiendo efecto por repetitivos. El correísmo no solo pierde espacio político, antes perdió la creatividad que le permitió encandilar al país.
Muchos ecuatorianos se preguntan, luego de esta y de las movilizaciones anteriores qué viene. A riesgo de aparecer con una respuesta “simplona”, lo que viene es seguir luchando. El movimiento popular debe acumular más fuerza y eso es posible hacerlo con nuevas acciones, similares en tanto a su rango nacional, pero también particulares o específicas por sectores sociales o geográficos. Un punto alto de esta confrontación debe ser el Paro del Pueblo, hacia ese propósito deben concentrarse las fuerzas, pero habrá que llegar a él con una serie de acciones de protesta de distinto nivel.
El Gobierno está afectado, pero no aún arrinconado. Antes ha demostrado una gran capacidad de recuperación, ahora no tiene las mismas condiciones. Como ya señalamos, la tendencia marca el desarrollo de las fuerzas de oposición. ¿Quién puede creer que ellos son más?
Fuente: EcuadorLibreRed