Cté de Madrid del PCE (m-l)

Después de 25 años viendo la Comunidad de Madrid en manos del Partido Popular, los madrileños creíamos haber visto prácticamente todo. Vimos al “faraón” Gallardón implicado en sobrecostes por las obras de la M30 y vimos a Esperanza Aguirre caer junto a todas sus “ranas” (Ignacio González, Cristina Cifuentes y Ángel Garrido) cubiertas del fango de la corrupción y el tráfico de influencias. Pero el PP aún nos deparaba otra desagradable sorpresa: la gestión de una epidemia mortal por parte de Isabel Díaz Ayuso.

La crudeza de los datos pone a la vista el verdadero peligro público que significa el gobierno regional de coalición (PP y Ciudadanos). Madrid ha sufrido la epidemia con mayor dureza que cualquier otra. Según datos oficiales de la propia Comunidad, han muerto 5.876 usuarios de residencias de mayores (el 11% del total de ancianos residentes) y se calcula que casi 12.000 profesionales sanitarios se han visto contagiados en centros hospitalarios regionales, situándonos en cabeza también en cuanto a personal sanitario fallecido a causa del COVID19 respecto al total de España.

A esto se añade que algunos trabajadores hospitalarios, como los celadores, no se consideran personal sanitario (y por tanto sus datos no se suman al total de ese colectivo) y que otros centros residenciales, como los de personas discapacitadas, no aparecen como sector diferenciado en los censos oficiales.

Respecto a la población general, los datos no dejan en mejor lugar la gestión del gobierno regional. Madrid ha acumulado prácticamente el 30% del total de los contagios (63.870 contagios confirmados) y roza el 33% en cuanto al número de fallecidos (26.070) es decir, uno de cada tres muertos reconocidos oficialmente en esta pandemia vivía en Madrid. Y es que Sanidad sólo incluye en la estadística tanto de contagios como de fallecimientos los positivos confirmados a través de una prueba, pero no los casos compatibles con la enfermedad pero sin confirmación por falta de pruebas. No hay dudas de que el proceso de desmantelamiento de la sanidad pública madrileña emprendido por los gobiernos conservadores (reducción de camas, derivación de fondos públicos a hospitales de gestión privada, sustitución de trabajadores fijos por temporales, impulso de seguros privados…) ha sido el detonante del colapso sanitario sufrido, principalmente por la clase obrera, durante lo más crudo de la pandemia.

madrid2covid19Por su parte, la gestión económica sigue la misma dinámica. Ayuso anunció la llegada desde China de dos aviones llenos de material comprado por la Comunidad de Madrid. Estos aviones llegaron finalmente semanas más tarde de lo esperado y, lo que es más preocupante, sin rastro hasta la fecha de contrato alguno que justifique el desembolso de los casi 50 millones de euros movilizados. Además, la distribución del material se ha denunciado reiteradamente como caótica y deficiente. De los 100.000 test comprados, sólo se ha justificado el uso de 30.000, por lo que a día de hoy se desconoce el destino de más de la mitad del lote.

Toda esta situación podría parecer simplemente la enésima muestra de la chapucera gestión de los partidos del gran capital, pero en el contexto de la mayor bancarrota del capitalismo occidental desde la II Guerra Mundial, va mucho más allá y se convierte en manifestación de la lucha de clases en toda su crudeza y extensión, normalmente oculta bajo mil matices y justificaciones. La oligarquía observa en el horizonte las dificultades que esta situación va a suponer para continuar con su dictadura y no duda (como no ha dudado nunca) en sacrificar a la clase obrera para mantener sus privilegios. Por supuesto, esto incluye el recrudecer su explotación y su represión, recurriendo al fascismo abierto y descarado cuando no sea suficiente con el maquillaje formalmente democrático que hasta ahora le ha garantizado el poder.

Pero no olvidemos que Madrid es Madrid a pesar de sus gobiernos. Madrid es el pueblo que se levantó contra la ocupación francesa cuando su gobierno había entregado el país a Napoleón. Es el pueblo que resistió al fascismo cuando su gobierno se marchó a Valencia ante el peligro. Es el pueblo que se organizó y lucho contra su propio gobierno durante 40 años de negra dictadura y es el pueblo que lleva otros 40 años reclamando la ruptura con el régimen diseñado por el franquismo coronado. ¡Madrid, qué bien resistes!

A pesar y en contra del gobierno desnortado y traicionero de esta capital decapitada, el pueblo de Madrid resistirá como siempre ha resistido, gracias a la organización de sus clases populares, a su incorporación a las organizaciones de nuestra clase social, a la defensa del interés de la mayoría sobre los privilegios de la minoría.

El PCE (marxista-leninista) sigue llamando a organizar esta resistencia en forma de amplio frente popular en torno a un programa de 10 puntos como el siguiente:

  1. Mantenimiento “sine die” de la suspensión de todos los despidos por causa del corona-virus y vigilancia administrativa para que sea real y efectiva.
  2. Derogación de las reformas laborales del PP y el PSOE.
  3. Devolución inmediata de los rescates a la banca y a las autopistas privatizadas.
  4. Vuelta a manos públicas de los servicios de agua, gas y electricidad. Nacionalización de los sectores estratégicos de la economía y la banca.
  5. Derogación de la “Ley mordaza” y cuantas atenten contra los derechos y libertades políticas.
  6. Nacionalización y remunicipalización de los servicios públicos privatizados, especialmente aquellos en manos de empresas que anuncien ERES o ERTES.
  7. Derogación de la reforma de las pensiones garantizando unos ingresos dignos para nuestros mayores y dependientes.
  8. Creación de un parque público de viviendas en alquiler. Impedir por ley y de forma permanente los desahucios a primeras viviendas en propiedad.
  9. Derogación de la Ley 15/97 y demás leyes que privatizan la sanidad y nacionalización de toda la red de sanidad privada. Eliminación del sistema de conciertos educativos.
  10.  Renacionalización y desarrollo del servicio público de transporte para garantizar la movilidad de los trabajadores.

Comité de Madrid del PCE(m-l)

Ocho de Mayo, 2020