JCE(m-l)

A finales del pasado agosto ha tenido lugar en Mangirón (Madrid) una nueva edición del Campamento Republicano Antifascista y Antiimperialista organizado por la JCE(m-l). Ha sido un fin de semana marcado por la convivencia y la creación de lazos; por el debate y por el ocio. No sólo se han reunido los camaradas del territorio nacional (Andalucía, Asturias, Castilla y León, Galicia, Madrid y País Valenciano). También hemos contado con la presencia de multitud de simpatizantes que han enriquecido la experiencia y la conversación; así como la de camaradas de Alemania —de la DIDF-Jugend y la Internationaler Jugendverein, respectivamente— y Francia, que nos hablaron de su propia situación y nos convencieron aún más, si cabe, de la importancia del compromiso internacional que llevamos siempre por bandera.
Una vez presentado el campamento y a los camaradas internacionales, la tarde del viernes estuvo ocupada por el visionado del documental Ucrania en llamas (2016), de clara tendencia nacionalista prorrusa. A sabiendas de esto último, el debate generado más tarde sirvió para desmenuzar y desenmascarar su argumentario para acabar reafirmándonos en nuestra posición: la de que no hay, ni en el Euromaidán ni en la guerra ruso-ucraniana, ningún bando posicionado con la clase obrera, que sale como una víctima de ambos.

El día de llegada acabó con una noche de juegos de mesa donde camaradas y simpatizantes tuvieron oportunidad de fraternizar. Como ya dijo el camarada Carlos Hermida en su discurso inaugural, las actividades lúdicas son algo absolutamente fundamental, pues a los comunistas nos gusta la vida y disfrutarla.
El sábado, un taller de autodefensa dio a los asistentes unas primeras pinceladas acerca de cómo responder en una situación de peligro en vista del alza de las agresiones de género y la impunidad ante la violencia fascista. Al mismo tiempo, y con carácter más deportivo, un taller de boxeo animaba a los camaradas a introducirse al deporte de contacto. Acto seguido aprendimos con la compañera Sofía Ruiz acerca de qué relaciones económicas alimentan la abominable máquina del imperialismo y, lo que es más importante, cómo debemos actuar los comunistas ante ello.
A la tarde, el camarada Álvaro Heredia, profesor universitario en Moscú, nos ilustró acerca de los movimientos y tendencias del arte soviético. Hablamos de cómo se apoya en el realismo del XIX, cómo las revoluciones de 1905 y 1917 dejan una fuerte impronta y qué arte necesita una sociedad que construye el socialismo. Dijo durante el debate un camarada que, para los comunistas, como dice el conocido latinismo, nada humano debe ser ajeno. Y es que efectivamente entender y empaparse del arte es algo imprescindible no sólo por su placer estético, sino porque nos da un mejor entendimiento y nos hace seres humanos más completos. Por la noche, y en sintonía con esto último, dos instructores impartieron unos primeros pasos de salsa con los que los asistentes ya podían desenvolverse para terminar con una espectacular demostración.
El último día fue uno de especial disfrute de la naturaleza de la sierra de Guadarrama. La ruta del Frente del Agua nos dejó ver de primera mano los restos de las fortificaciones del bando fascista y republicano a lo largo de un frente estratégicamente importante por su acceso al suministro de agua de la ciudad de Madrid. Casi se intuían las largas horas de espera y los dolores de espalda en un frente que, una vez establecido, apenas se movió en cuatro años de guerra. A mediodía, cansados de tres días muy activos, pero con un ímpetu revolucionario renovado, nos despedimos al inicio de la ruta. Son todos los vínculos entre compañeros y compañeras, las risas y la convivencia de este campamento lo que hemos de recordar con cariño y orgullo cuando ondee la bandera tricolor, sabiendo que estas fueron imprescindibles piezas en el camino hacia la República.