«Lo que está en juego en esta batalla no son principalmente los aspectos económicos, sino sobre todo y esencialmente los políticos. De hecho, el desafío para los defensores de las políticas neoliberales, los dirigentes que imponen el mismo tipo de política antiobrera y antipopular a «sus» pueblos, es demostrar que no es posible hacer otra cosa que plegarse a los dictados de la oligarquía. Quieren cortar de raíz cualquier idea de que los trabajadores y los pueblos puedan imponer una política que rompa con los dogmas del neoliberalismo.»
El «no» en el referéndum, con un 61%, ha demostrado que la mayoría de la población griega quiere poner fin a la política de austeridad que golpea principalmente a las masas populares. Una vez más, el pueblo griego ha dicho «no» a la continuación de los programas de austeridad, de las privatizaciones, de la liquidación de los servicios públicos y de las pensiones…
Los líderes de la zona euro y la troika no han aceptado esta expresión de la voluntad popular. Han pasado a un nivel superior en las presiones y las agresiones, organizando el estrangulamiento financiero de Grecia. Al mismo tiempo, han alentado a la reacción griega a movilizarse para presionar a favor de una política que hace pagar la crisis y la deuda a los trabajadores y al pueblo.
El gobierno Tsipras, que había organizado con valentía este referéndum, y que había llamado a votar «no», ha entablado «negociaciones» con los mismos que no han dejado de elevar sus exigencias. Otros, como Hollande, han actuado para, como dicen ellos, «evitar la salida de Grecia del euro» y para «salvar la zona euro».
El resultado es un plan de «ayuda financiera», acompañado por un conjunto de medidas que combinan la austeridad y la tutela sobre el Estado y la economía griegos. Se trata de un «plan» que, en muchos aspectos, va más allá de los memorandos precedentes, sobre todo porque ha sido impuesto a un gobierno elegido para acabar con la austeridad sin fin.
Es necesario detenerse a analizar y reflexionar sobre todo lo que ha sucedido en estas semanas para obtener lecciones que, como es fácil advertir, son muy importantes para todos los pueblos.
Tomarse un tiempo para extraer lecciones importantes para todos los pueblos
La precipitación y los análisis mordaces no hacen más que añadir confusión.
Esta es la tarea que tenemos ante nosotros: concierne a todas las personas, a todas las organizaciones que se hallan comprometidas en el apoyo al pueblo griego y que quieren continuar trabajando en este sentido.
Nosotros vamos a aplicarnos a ello, pero ahora podemos destacar ya varias cuestiones que hemos planteado a lo largo de estos meses de movilización.
La primera es que lo que está en juego en esta batalla no son principalmente los aspectos económicos, sino sobre todo y esencialmente los políticos. De hecho, el desafío para los defensores de las políticas neoliberales, los dirigentes que imponen el mismo tipo de política antiobrera y antipopular a «sus» pueblos, es demostrar que no es posible hacer otra cosa que plegarse a los dictados de la oligarquía. Quieren cortar de raíz cualquier idea de que los trabajadores y los pueblos puedan imponer una política que rompa con los dogmas del neoliberalismo.
La segunda cuestión es la construcción europea, y en particular los mecanismos que permiten imponer esta política neoliberal, a saber, el euro y todos los tratados, reglamentos, directivas… que lo han puesto en marcha. El tema de la «salida del euro» ha estado en el corazón de los enfrentamientos políticos. Tsipras siempre ha hecho hincapié en la voluntad de su gobierno de hacer todo lo posible para no tomar la decisión de abandonar el euro. Ha dado muchas garantías en este sentido. Y, ha fin de cuentas, esto no ha hecho más que alentar a los más decididos partidarios de «hacer pagar a los griegos» a elevar sus exigencias. El resultado es este último plan de contrarreformas.
Esto plantea una cuestión de fondo: ¿es posible cambiar la naturaleza neoliberal de la construcción europea respetando sus reglas? Nosotros decimos claramente: «no».
Y esto plantea de inmediato una segunda pregunta: si una política que rompe con el neoliberalismo es incompatible con el euro y la construcción europea neoliberal, ¿es necesario «abandonar el euro», para poder aspirar a desarrollar tal política? A esta pregunta, decimos que una ruptura con el euro debe prepararse y no ser improvisada. Y cuando decimos «prepararse», nos referimos, sobre todo, a preparar y movilizar a los trabajadores y al pueblo para crear la correlación de fuerzas necesaria para resistir y poder vencer los ataques de la gran burguesía, de la reacción y de la oligarquía internacional, que ha dado un anticipo de hasta dónde está dispuesta a llegar para defender su construcción europea, su euro y todos los mecanismos políticos e institucionales que lo acompañan.
Como no deja de repetir Hollande, su prioridad es preservar esta construcción europea y el euro. La comparte con Merkel. Aun a riesgo de sacrificar a un pueblo, aun a riesgo de pisotear sus aspiraciones, su futuro y su soberanía.
La lucha de los trabajadores y el pueblo griego contra la política de austeridad está, más que nunca, a la orden del día: seamos solidarios con las luchas de los trabajadores, de los jóvenes, de los jubilados, de las mujeres trabajadoras, de los campesinos… de Grecia, contra la política de austeridad, y desarrollemos la lucha, aquí en Francia, en contra de la política de Hollande-Valls-Macron, al servicio del Medef y de la oligarquía.
París, 15 de julio de 2015
Partido Comunista de los Obreros de Francia
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