Sólo el levantamiento popular puede resolver los grandes desafíos actuales
Al día siguiente de que el Tribunal Constitucional proclamase el resultado de las elecciones legislativas, Boni Yayi envió un escuadrón contra un diputado. El pueblo de Cotonú se sublevó el 4 de mayo contra Boni Yayi y sus símbolos. Hasta las 23 horas, los jóvenes lucharon en las calles jurando continuar el día siguiente. Boni Yayi tuvo que ceder y anunció la «suspensión» de la querella asesina. ¡Victoria del pueblo!
Si el pueblo de Cotonú no se hubiese sublevado, si hubiera dejado en manos de los diputados y otras autoridades políticas y morales, el resolver ese problema, Candide Azannaí estaría ahora desaparecido, al igual que Urbain Dangnivo, o encarcelado o exiliado. El levantamiento popular le ha salvado y ha protegido las libertades. En 1989, fuel el levantamiento el que salvó al país de las garras de la autocracia del PRPB de Mathiequ Kerekou. La sublevación del 4-5 de mayo de 2015 ha impedido la confiscación de las libertades a los ciudadanos y al pueblo.
Principal lección: Los problemas cruciales de un país son resueltos, en definitiva, por la sublevación del pueblo.
La alta burguesía, corrompida y podrida, asustada al sentirse amenazada por el levantamiento popular, implora la paz frente a un pueblo acosado por múltiples problemas:
– El problema del agua, la electricidad, al que hay que añadir el de los carburantes.
– El problema del abandono de la escuela.
– El paro y la angustia de la juventud.
– Los campesinos, los artesanos, las mujeres de los mercados, arruinados.
– Y por encima de todo, la corrupción, el fraude, el saqueo de los recursos del país, todo ello erigido en sistema de gobierno.
Mientras que el país carece de agua, Boni Yayi y sus principales ministros, Barthelermy Kassa, Komi Koutché, Marcel de Souza, han sido descubiertos en flagrante delito de utilización de los fondos otorgados por los Países Bajos para llevar agua al pueblo. Ya no les basta con doblar la facturación, ¡quieren llevarse toda la caja, y la totalidad de los fondos! Eso es un crimen abominable, un sacrilegio, en un país donde dar agua para beber es uno de los deberes hacia el ser humano. Se ha caído al mismo nivel en el que otro dictador, Mathieu Kerekou, nos hundió con el proyecto de importación de residuos tóxicos y nucleares. Boni Yayi es una nueva calamidad nacional.
Clamar simplemente por la paz, mientras que miles y miles de millones de francos han sido distribuidos abiertamente por la gran burguesía para comprar a los electores, llamar a la paz mientras que Boni Yayi lanza el descrédito y el oprobio sobre el país, y provoca la diáspora, es ser cómplice del ladrón, del dictador.
La juventud y el pueblo aprenden, por su propia práctica, que esos consejos de «paz» para nada sirven frente a los problemas cruciales.
El nuevo parlamento elegido, por su modo de elección basado en la compra masiva de electores y el fraude, por sus miembros conocidos como partícipes del sistema de corrupción que desde hace 25 años ha llevado el país a la ruina, no puede resolver los problemas del hambre, de la corrupción, del desempleo, de la defensa del patrimonio nacional.
Sólo la sublevación del pueblo podrá resolver los cruciales problemas e instaurar una nueva gobernanza.
¡Pueblo y juventud de Benín, sublevaos, organizaos para salvar el país y el futuro!
¡Abajo Boni Yayi! ¡Adelante por una nueva gobernanza!
Cotonú, 11 de mayo de 2015
Partido Comunista de Benín