Cté de Madrid del PCE(m-l)
Queremos comenzar este acto expresando nuestra solidaridad y apoyo a los afectados por la DANA del pasado mes de octubre en las provincias de Albacete y Valencia, y denunciando a los responsables políticos que, por acción u omisión, facilitaron que más de 200 personas perdieran la vida. Ni olvido para las víctimas ni perdón para los culpables.
Lo sucedido ha sacado a la luz una verdad incómoda para el Régimen del 78: que su famoso Estado «del bienestar» solo existe para un puñado de privilegiados, encabezados por la corrupta familia Borbón, cuyo bienestar se paga con la sangre de la inmensa mayoría de la población, es decir, de las clases populares y trabajadoras, que intentan sobrevivir como pueden entre la explotación del trabajo y el saqueo de los precios de los bienes básicos, empezando por el más básico de todos; la vivienda digna.

Pero las clases populares sabemos bien que, la hora de la verdad, cuando necesitamos que el Régimen demuestre su capacidad para garantizarnos las condiciones más básicas de vida digna, el famoso «bienestar» brilla por su ausencia. Lo hemos visto ya demasiadas veces; con la DANA de octubre, con las residencias de mayores durante la pandemia de COVID, con el volcán de la Palma, con los enfermos de hepatitis hace unos años… la lista es infinita.

Pero no es necesario que ocurran catástrofes a gran escala para poner a la vista las vergüenzas de este Régimen. Tampoco encontramos al Estado «del bienestar» en nuestra vida diaria, cuando buscamos vivienda, sanidad y educación dignas y de calidad, pues han sido sacrificadas por el bienestar de los empresarios y especuladores que recogen los beneficios de la privatización; cuando buscamos los transportes públicos que han sido sacrificados por el bienestar de los empresarios del vehículo privado y las autopistas de peaje; cuando queremos comprar alimentos básicos como el aceite o el pan, que han sido sacrificados en beneficio de los empresarios que exportan nuestros productos al extranjero para venderlos a precios de oro, etc., etc.
El único bienestar de este Estado, de este Régimen del 78 encabezado por una monarquía podrida, conspiradora y corrupta, es el bienestar de los traficantes de armas que alimentan la guerra de Ucrania y el genocidio en Palestina; el bienestar de los corruptos que aprovechan las tragedias del pueblo para obtener una tajada aún mayor del saqueo a los trabajadores, y el bienestar de los especuladores que se lucran con nuestra miseria cada día.

Frente a la decadencia y miseria que es lo único que puede ofrecernos un Régimen del 78 con el fango hasta el cuello, estamos hoy aquí, una vez más, para defender nuestro derecho a ser ciudadanos en lugar de súbditos. Para defender nuestro derecho a relacionarnos con el Estado como adultos soberanos y no como títeres de la monarquía y el parlamentarismo que solo sirven a los grandes empresarios.
Nuestra propuesta republicana es muy distinta; representa la igualdad real entre ciudadanos, sin privilegios de cuna ni de clase; representa la solidaridad entre pueblos, renunciando a la guerra como política en el exterior y estrechando lazos de unidad en el interior; y representa la plena legalidad, donde la mal llamada justicia deje ser el arma de los ricos para aplastar a los pobres, como es hoy.
Somos conscientes de que alcanzar estos objetivos no es tarea fácil. Los cantos de sirena que prometen reformas y referéndums son tentadores, pero ocultan que el Régimen nunca va a permitir el cambio estructural que necesitamos, y las promesas electorales de quienes se presentan como «amigos del pueblo» hacen mucho ruido pero cambian muy poco, como demuestra la impunidad que sigue disfrutando el fascismo pese a las llamadas leyes de «memoria democrática».
El único camino, repetimos, es la organización y la lucha por nuestros derechos y libertades como ciudadanos, como soberanos y como trabajadores y trabajadoras.
El único camino es la organización y la lucha por la Tercera República.
¡Abajo el Régimen del 78!
¡Viva la República Popular y Federativa!